En Registan.net, Gulnoza Saidazimova pinta una imagen sombría del sistema de atención de salud en Uzbekistán (parte uno, parte dos):
[El sistema es tan inadecuado y tan anticuado que] algunos pudientes se dirigen a países extranjeros en pos de tratamiento médico, retirando sus ahorros y a veces los de sus parientes cercanos, en tanto que la mayoría pobre solamente puede confiar en no enfermarse. No cuentan con nadie, excepto con Dios.