Australia: Julia Gillard y un gobierno de minoría

La Primera Ministra Julia Gillard. Fotografía de la página de Troy en Flickr utilizada bajo los términos de la licencia genérica de atribución 2.0 de Creative Commons

La expectación terminó en las elecciones legislativas de Australia con Julia Gillard formando un gobierno laborista de minoría:

Julia Gillard ha conseguido apenas volver al gobierno como Primera Ministra después que los parlamentarios independientes Tony Windsor y Rob Oakeshott anunciaran que apoyarían a los laboristas para formar un gobierno de minoría.
Los laboristas han cruzado la línea: Windsor y Oakeshott dan el poder a Gillard

La Primera Ministra es una figura polémica: de tendencias izquierdistas, nunca se ha casado, no tiene hijos, sostiene una relación de hecho, no creyente. Graham Young, editor de Online Opinion publicó algunos datos sobre el impacto de la religión en su sitio web sobre las elecciones WHAT THE PEOPLE WANT [«Lo que quiere la gente»]:

Una investigación de John Black confirma que los laboristas perdieron los votos cristianos que ganaron en las últimas elecciones, pero obtuvieron más votos de ateos y agnósticos. Pero los cristianos tenían más fuerza al residir en electorados clave. Los no creyentes en su mayoría votaron a los verdes.
Cristianos y ateos: análisis postelectoral

Grog’s Gamut adquirió una reputación como un perceptivo bloguero durante la campaña, particularmente por sus críticas sobre la cobertura mediática. Ahora centra su atención en el futuro:

Pero, ¿qué pasará ahora con el ALP [Partido Laborista Australiano]?

Mi consejo: no sean tímidos. Es cierto que la situación es «frágil», pero lo peor que podrían hacer es no hacer nada por miedo a molestar a alguien.

La primera lección del gobierno de [Kevin] Rudd es que la gente quiere que los políticos tomen decisiones. No importa si son impopulares, lo único importante es si es o no una buena decisión. Y si es una buena política, entonces defiéndanla, sean su paladín, no actúen como si estuvieran vendiendo un coche.
Las elecciones de 2010: Fin del juego (o, Más carácter en «La Cabaña» [residencia oficial del Primer Ministro en Canberra]) *

John Styles, editor de Australian Conservative y colaborador de The Spectator Australia, considera los acontecimientos desde otro punto de vista:

Al apoyar a la alianza entre la izquierda laborista y los verdes, los denominados «independientes» han despreciado la voluntad de sus electores…

Ataca a ambos independientes, que en el pasado fueron miembros del Partido Nacional (conservador), pero se reserva su más fuerte condena para el independiente Rob Oakeshott:

Oakeshott hizo una aparición admitiendo que le concedía su apoyo decisivo a un partido en el que no creía. Describió su decisión como «innatural». Más bien extraña, rara, descabellada. Y ¿por qué no llamarla simplemente disparatada?
¿Acaso no es el deber de los representantes electos servir a sus votantes?

Jane escribe en Sanity * Sustainability [«Cordura * Sostenibilidad»], un blog «sobre sostenibilidad en la comunidad, la transición de un consumismo caníbal al bienestar pacífico y el descubrimiento espiritual». Para ella, un gobierno en minoría puede aportar algo de aire fresco a la viciada atmósfera del sistema parlamentario australiano:

Lo más curioso de todo este episodio es que a pesar de una campaña terriblemente aburrida, una cobertura mediática más aburrida aún, y un sistema diseñado especialmente para servir los intereses de los dos partidos mayoritarios, los cuales favorecen a las grandes corporaciones a expensas de la comunidad, el electorado australiano ha logrado hacer oír su voz.
Por fin.

Mi artículo favorito es de Cristy, una feminista embarazada de 38 semanas y triste adicta a la política, residente en Canberra, la capital de Australia. La encontré In a garden…. somewhere [«En un jardín… en alguna parte»] :

Ahora, por supuesto, tenemos un nuevo Gobierno (y afortunadamente es un gobierno de minoría liderado por Gillard sobre la cual tengo un presentimiento esperanzador de que me va a gustar mucho más en el gobierno de lo que lo hizo durante la campaña) y es hora de seguir adelante con nuestras vidas. Pero dado que estoy embarazada de 38 semanas esto no es tan sencillo. La vida en estas últimas semanas de embarazo se parece bastante a la vida en un gobierno de mayoría cambiante: no tienes ni idea de lo que puede pasar mañana. Lo que es peor, y al contrario de la situación que acabamos de pasar como nación, nadie más se interesa realmente en especular indefinidamente sobre lo que podría pasar y cuándo, y hay incluso menos información concreta sobre el fundamento de estas especulaciones.
Limbo Land

Chief Blogger, en Right Pulse, ve el trato que hicieron los independientes en claros términos combativos. Es «la Gran Traición». Él o ella aboga por la consabida política de confrontación por parte de los partidos de la oposición:

Se me ocurren muchos temas sobre los que se puede atacar la credibilidad del Gobierno. Los impuestos del carbono, los precios de la electricidad, el déficit presupuestario, el impuesto a la minería, etcétera… todo esto sumado a las políticas más extremas de los verdes, y tenemos un terreno fértil para acosar al Gobierno.
El olor de la sangre -de Gillard- aún está en el aire. 2ª actualización

Right Pulse no es el único en pensar de esta manera. El nuevo Australian Tea Party utiliza imágenes sexuales en sus ataques, señalando que el «poder popular» ha evitado que el independiente Oakeshott aceptara un puesto en el Gobierno como Ministro de Asuntos Regionales:

No cabe duda de que si a Oakeshott no lo hubieran bombardeado con 5000 mensajes hostiles en relación con su traición y con las revelaciones de que iba a aceptar un ministerio en el gobierno laborista como remate a su putaísmo, se hubiera proclamado hoy nuevo Ministro de Asuntos Regionales.
El PODER DEL PUEBLO frena la ambición del Elector infiel Oakeshott

Possum, del blog Pollytics, es más conocido como especialista en elecciones por sus análisis estadísticos de las encuestas de opinión y de los resultados electorales. A pesar que utiliza un pseudónimo, no esconde sus ideales progresistas en su evaluación del futuro:

Muchas personas han invertido mucho en la derrota del gobierno laborista… para ver ahora cómo se les escapa la victoria por milímetros políticos, lo que ha producido una frágil Primera Ministra con una mayoría mínima y dependiente de un puñado de «crossbenchers»‡ que representan electorados ideológicamente heterogéneos, un resultado que no será respetado.

Possum vaticina un futuro espinoso para los partidos de la oposición y la prensa conservadora:

Lo que presenciaremos durante los próximos 18 meses o así es una Gran Confusión, una orgía de histerismo que sobrepasará con creces la duplicidad, la deshonestidad, y por supuesto la imbecilidad total que ha ocupado el lugar del debate público en materias de gobierno durante los últimos 12 años.
Que comience la Gran Confusión

Así pues, es el fin del juego y el comienzo de una nueva partida. La política australiana no ha sido tan impredecible desde los días del gobierno laborista de Gough Whitlam a principios de los 70.

En el momento de escribir este artículo, se ha anunciado que el depuesto Primer Ministro Kevin Rudd será Ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno de Gillard.

(Revelación personal: he sido miembro del Partido Laborista Australiano desde 1972.)

* Juego de palabras con  fibre, que significa fuerza de carácter y también fibra óptica, en alusión a la propuesta de algunos parlamentarios de llevar internet de banda ancha a las áreas más remotas de Australia (N. de la T.).

‡ Parlamentarios independientes o miembros de un partido menor (N. de la T.).

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