Tailandia: Blogueros documentan violentos enfrentamientos

21 muertos. 858 heridos.

Estas fueron las víctimas [en] en el violento choque de ayer entre los manifestantes Camisas rojas y los soldados en Tailandia. Los camisas rojas, quienes han estado manifestandose en las calles desde hace un mes, desean la renuncia del Primer ministro Abhisit Vejjajiva, disolver el Parlamento y llamar a nuevas elecciones.

Tony Joh documenta [en] los violentos enfrentamientos entre los manifestantes y los soldados en el puente Phan Fa.

Aquí la breve narración [en] de Tony del sangriento evento:

Temprano en el día el ejército se abrió paso en el puente Phan Fa e hizo retroceder a los manifestantes, bien, esta tarde los manifestantes decidieron volver.

Al comienzo la situación fue relativamente tranquila con el ejército interpretando música suave tratando de mantener la calma. Sin embargo todo cambió en una fracción de segundo cuando sonaron unos disparos y la multitud atacó con botellas plásticas de agua y varas de bambú.

El ejército, superado en número y quizás sintiendo que estaban perdiendo el control abrió fuego sobre la multitud. La gente corrió y se agachó mientras el sonido de las armas de fuego automáticas se oía mas allá del sitio de la manifestación. Pronto los manifestantes recogían armas aún mas letales y de repente el ejército fue atacado por una lluvia de piedras y de cócteles Molotov.

En ese momento el ejército decidió retirarse y rindieron sus tanques y vehículos blindados a los camisas rojas quienes los atacaron con varas y escudos de protección.

Nirmal Ghosh fue también testigo [en] del violento choque:

Extrañamente el ejército armó un camión con sistema de sonido transmitiendo música de éxitos de los 70 en un intento de mantener el ánimo en alto. Cuando llegué tocaban «Rasputin» de Boney M. Se negoció una tregua local entre un camisa roja y el comandante del ejército.

Pero los camisas rojas reforzaron, en grandes cantidades, a sus compañeros manifestantes tanto en Ratchaprasong como en Rajadamnoen, y a la caída de la noche parecía inevitable que la acción del ejército, para limpiar Rajadamnoen y Pan Fah, saldría mal.

El estado de ánimo en Ratchaprasong donde estaba la manifestación principal de los camisas rojas era estable e incluso optimista. Pero en Rajadamnoen, en el monumento a la Democracia en el sector de la calle San, horas de punto muerto y algunas escaramuzas estallaron en batallas campales con las tropas disparando directamente a los camisas rojas tanto con balas de caucho como con balas reales.

En la calle de Khao San, un area repleta de turistas, también estalló la violencia [en]

El Twitter de Journotopia [en] es de lectura obligada: «Barricadas se organizan en Khao San. Los camisas rojas se preparan para la vuelta de los soldados. Varios charcos de sangre en el camino…. No oigan las garantías del anodino gobierno tailandés. Khao San es un lugar peligroso. He visto dos turistas con heridas. … Khao San está cerrada, camisas rojas por todas partes. Parece zona de guerra… Batallas campales en las calles alrededor de Khao San. Turistas agachándose para cubrirse. Un camisa roja con una AK47. Escenas de caos en Khao San. Turistas me cuentan que han visto horribles heridas, un anciano con un ojo colgando.»

Un corto video muestra la tensa atmósfera [en] en la calle Khao San:

Un lector envió este correo electrónico a ‘New Mandala’. Este informe describe el impacto del enfrentamiento [en] entre soldados y manifestantes.

Caminando hacia la protesta me di cuenta de que había un sentimiento de desconfianza en el aire pero también cansancio. Todos quienes caminaban en la dirección opuesta se veían extremadamente cansados y muchos estaban sucios o con cortes y moretones. También me di cuenta que había individuos (al igual que una familia completa, niños incluidos) que parecen tener «recuerdos» de algunos cascos policiales, escudos anti-disturbios y algunos garrotes recogidos en el camino.

Una columna de vehículos blindados de transporte de tropa está apostada en una de las calles laterales. Pululaban por todas partes cientos de camisas rojas que fueron literalmente desgarrando los vehículos con sus propias manos. Ocasionalmente se detenían para permitir a una familia de clase media de Bangkok posar frente a los APC, quizás poniendo los niños sobre el techo para tener una mejor toma pero no pasaba mucho tiempo hasta que la destrucción comenzaran en serio nuevamente.

Pero no se necesita la evidencia de un video para saber que allí hubo violencia. Las puertas de todos los comercios en toda la calle fueron abolladas con las balas de caucho. Las calles han sido transformadas en un mosaico de vidrios quebrados, piedras y otros escombros. Y allí había sangre.

Nicholas Day comparte su experiencia durante los disturbios. Da asimismo una clara caracterización [en] de los manifestantes camisas rojas:

Si las balas eran verdaderas o de caucho no lo sé. Si fueran verdaderas no debían haber sido disparadas contra la multitud en ese espacio o una gran parte de la gente habría muerto. La gente detuvo su retirada y se quedó quizás a distancia más segura que antes. La gente decía que no eran balas reales. Quienes no se movieron fueron los guardias de los camisas rojas que se mantuvieron allí frente a sus barricadas. Estos individuos tienen que ser o locos o muy determinados y bien disciplinados, quizás un poco de ambos.

He aprendido unas pocas cosas en estas pocas horas. Una es que el gas lacrimógeno es realmente desagradable; la otra es que los soldados necesitarán muchísimo (de el) para sacar a los camisas rojas de la calle Rajadamnern.

Actualmente los blogueros han incluido muchas fotos de la sangrienta confrontación en Bangkok. Algunos soldados fueron tomados como rehenes [en] por los manifestantes durante la escaramuza. Fueron liberados [en] al día siguiente.

Después de visitar el sitio de la confrontación, Thailand's Troubles concluye que los soldados no usaron municiones reales [en] para dispersar a la multitud

La afirmación del Primer ministro de que las tropas solo dispararon al aire municiones reales es incorrecta y puede ser una absoluta mentira. Se ha demostrado una vez más que las tropas tailandesas están mal dirigidas, mal equipadas, y mal entrenadas para hacer frente a los disturbios civiles sin recurrir a la fuerza mortal. Si las tropas organizaron su asalto con órdenes de disparar a los manifestantes o lo hicieron por razones de malicia personal podría nunca ser conocido. Pero enviar tropas mal entrenadas y mal dirigidas, con poca experiencia en tales problemas en una situación tensa y difícil, con municiones reales es la mejor forma de crear problemas.

Los responsables políticos tailandeses quieren que los manifestantes pongan fin a las manifestaciones que han estado dañando la economía, especialmente al sector turístico. Dado el violento choque se espera que el enfrentamiento político empeore.

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