El bloguero Nic Wirtz dice que el arresto [en] de ocho soldados tras los enfrentamientos en Totonicapán -que dejaron al menos a ocho manifestantes indígenas muertos- es la «primera prueba de la política de mano dura del presidente guatemalteco Otto Pérez Molina para restablecer el estado de derecho».

Pérez Molina hizo campaña para el cargo con la promesa de usar el ejército, del que es general en retiro, para ayudar a combatir el narcoterrorismo y la violencia asociada a este que invade el país. En cambio, la remilitarización de Guatemala, con bloqueos de caminos mezclados del ejército y la Policía Nacional Civil (PNC) como algo común, ha traído de vuielta recuerdos de la guerra civil de 36 años donde la brutalidad estatal era cosa de todos los días.

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