Una carta abierta a las silenciosas cadenas de televisión nacionales de Rusia

Two of these men died hours after this photo was taken in a Russian barracks that partially collapsed. Photo from Sergei Filatov's social media page, via Elena Rykovtseva. Facebook.

Dos de estos hombres murieron horas después de tomar esta foto en un cuartel ruso que se hundió parcialmente. Foto de la página en las redes sociales de Sergei Filatov, vía Elena Rykovtseva. Facebook.

Casi dos docenas de soldados rusos murieron el 13 de julio, cuando parte de un cuartel militar en Omsk se hundió de repente. Los hombres que murieron en la tragedia eran mayormente jóvenes de 18 años, y ninguno de ellos había nacido antes de 1991. Hablando a través de su secretario de prensa, el Presidente Putin expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos y prometió ayuda médica a los 19 supervivientes.

En la televisión rusa, sin embargo, el incidente pasó relativamente desapercibido. Días después del accidente, los fallecidos fueron enterrados por todo el país en funerales que tuvieron lugar en sus ciudades natales. Los entierros no llegaron a aparecer en las noticias de la noche.

El 15 de julio, en un post en Facebook que ha sido compartido más de 12.400 veces y recibido más de 16.000 «like», Elena Rykovtseva (de RFE/RL) escribió un ataque mordaz contra los medios de la televisión rusa, criticando a las cadenas nacionales por ignorar el lado humano de la tragedia. Dada la gran popularidad del texto y lo profundamente que parece resonar en los usuarios de Internet rusos, RuNet Echo ofrece la siguiente traducción del post de Rykovtseva.

THEIR NAMES HAVEN’T BEEN MENTIONED ONCE ON ANY OF THE NATIONAL TV NETWORKS

  1. R.Shaihulin, October 5, 1994
  2. B.Sudnikovich, January 4, 1995
  3. A.Polegenko, January 17, 1997
  4. R.Yumagulov, March 29, 1991
  5. M.Ignatenko, January 20, 1996
  6. R.Filyanin, July 24, 1996
  7. M.Ivanov, October 22, 1996
  8. V.Chemezov, October 19, 1996
  9. S.Vahrushev
  10. Filatov, August 18, 1996
  11. R.Altynbaev, June 14, 1994
  12. D.Kenih, November 16, 1996
  13. A.Gritskov, January 30, 1996
  14. E.Belov, December 3, 1995
  15. B.Nafikov, 21.09.1996
  16. O.Kortusov, March 16, 1996
  17. A.Shokaev, November 5, 1994
  18. E.Herman, July 30, 1995
  19. F.Mamliev, September 2, 1996
  20. E.Reshetnikov, September 30, 1996
  21. AM.Igoshev, April 6, 1996
  22. A.Shingareev, April 24, 1997
  23. V.Lomaev, January 29, 1997

Five of them were buried today in Omsk. Another two went into the ground in Novosibirsk. They’ve declared a day of mourning in Orenburg, too. The dead are also arriving in Irkutsk, Bashkiria, and St. Petersburg. People are crying across the whole country, but it’s no longer an issue for the national TV networks. “[Ukrainian nationalist group] Pravyi Sektor is marching on Europe. The Ukrainian authorities can’t manage the radicals.” This is how their goddamn news broadcasts begin. And there’s not a word about our dead boys.

At this moment, there are funerals happening in Omsk—already for the second day in a row. But there’s no news coming out of there. Not a single live broadcast. And I remember well how Rossiya-24 aired around-the-clock coverage of Lugansk separatist [Alexey] Mozgovoi’s funeral. I remember how it went on endlessly, as the mic was handed off to family, then friends, and then locals, and how everyone cried in their speeches about what a great and wonderful patron and protector he was. When it comes to our own boys in the Russian army, who incidentally wanted fanatically to serve as paratroopers, there’s not a thing on television. Nobody broadcasts the reactions, or the condolences of a single living mourner—apart from Putin’s sympathy, as retold by [his press secretary Dmitry] Peskov. And this was only on the first day.

Yesterday, on the second day, now speaking before a group of students in Klyazma, [Putin] no longer remembered these other young men. He smiled and he beamed and he congratulated the crowd on the day’s fine weather. It was as if the Omsk barracks never happened. The victims’ names were never read on a single national TV network. The men are nameless—all 23 of them.

It’s nothing personal, guys.

But each of these boys has his own social media page, and there are photographs. And it would have been possible at least to say something—anything—about these men, and about their families. Something about Oleg Kortusov, for instance, who was a promising fighter and whose fiancée is expecting a child. Or something about Egor German, another local from Omsk, who leaves behind a baby born less than a year ago.

And this is to say nothing about helping the victims’ loved ones—those close to the men who died and who survived. They transferred another Omsk soldier, Volodya Petrov, to Moscow, and the Defense Ministry is paying for his treatment, but they didn’t allocate any money to his family for their train transportation or accommodations in the city. And his mother has nothing. That’s why the city of Omsk banded together and raised money to help her.

For some reason, they don’t want to talk about this on their national TV networks, with their audience of millions. For some reason, they don’t want to say even one human thing about these guys, or ask the country if maybe it, too, would like to offer some help, in addition to the one-time assistance their families received from the state (which they don’t get right away, incidentally)?

But I don’t want to talk about these people and their TV stations anymore. Let them live with their shame. I just want to tell those boys goodbye. And also in their memory, I want to publish this photograph [see above], which I found on the social media page of one of them, Sergei Filatov. He’s the one second in from the right in the last row in the back. In the front is Valery Lomaev from St. Petersburg. He died, too. The photo is from July 12, a few hours before the tragedy, inside the very same barracks.

SUS NOMBRES NO HAN SIDO MENCIONADOS NI UNA VEZ EN NINGUNA DE LAS CADENAS DE TELEVISIÓN NACIONALES

  1. R.Shaihulin, 5 de octubre de 1994
  2. B.Sudnikovich, 4 de enero de 1995
  3. A.Polegenko, 7 de enero de 1997
  4. R.Yumagulov, 29 de marzo de 1991
  5. M.Ignatenko, 20 de enero de 1996
  6. R.Filyanin, 24 de julio de 1996
  7. M.Ivanov, 22 de octubre de 1996
  8. V.Chemezov, 19 de octubre de 1996
  9. S.Vahrushev
  10. Filatov, 18 de agosto de 1996
  11. R.Altynbaev, 14 de junio de 1994
  12. D.Kenih, 16 de noviembre de 1996
  13. A.Gritskov, 30 de enero de 1996
  14. E.Belov, 3 de diciembre de 1995
  15. B.Nafikov, 21 de setiembre de 1996
  16. O.Kortusov, 16 de marzo de 1996
  17. A.Shokaev, 5 de noviembre de 1994
  18. E.Herman, 30 de julio de 1995
  19. F.Mamliev, 2 de setiembre de 1996
  20. E.Reshetnikov, 30 de setiembre de 1996
  21. AM.Igoshev, 6 de abril de 1996
  22. A.Shingareev, 24 de abril de 1997
  23. V.Lomaev, 29 de enero de 1997

Cinco de ellos fueron enterrados hoy en Omsk. Otros dos fueron enterrados en Novosibirsk. Han declarado un día de luto en Orenburg, también. Los muertos también están llegando a Irkutsk, Bashkiria y San Petersburgo. La gente está llorando por todo el país, pero ya no es un tema para las cadenas de televisión nacionales. “[El grupo nacionalista ucraniano] Pravyi Sektor marcha en Europa. Las autoridades ucranianas no pueden con los radicales”. Así es como sus malditos telediarios comienzan. Y no dicen ni una palabra sobre nuestros chicos muertos.

En este momento, se están produciendo funerales en Omsk—ya por segundo día consecutivo. Pero no hay noticias procedentes de allí. Ni una sola emisión en directo. Y recuerdo bien cómo Rossiya-24 realizó una cobertura de 24 horas del funeral del separatista de Lugansk [Alexey] Mozgovoi. Recuerdo cómo siguió interminablemente, mientras el micro era entregado a la familia, luego a los amigos, y luego a los vecinos, y cómo todos lloraron en sus discursos acerca del grande y maravilloso jefe y protector que era. Cuando se trata de nuestros propios chicos en el ejército ruso, que por cierto querían de manera fanática servir como paracaidistas, no hay nada en la televisión. Nadie emite las reacciones, o las condolencias de un solo doliente con vida—excepto el pésame de Putin, contado por [su secretario de prensa Dmitry] Peskov. Y esto sólo fue el primer día.

Ayer, el segundo día, ahora hablando ante un grupo de estudiantes en Klyazma, [Putin] ya no recordó a estos otros jóvenes. Sonrió y felicitó a la muchedumbre por el buen tiempo que hacía. Fue como si lo del cuartel de Omsk nunca hubiese pasado. Los nombres de las víctimas nunca fueron leídos en ninguna cadena de televisión nacional. Los hombres no tiene nombre—ninguno de los 23.

No es nada personal, chicos.

Pero cada uno de estos chicos tiene su página en las redes sociales, y hay fotos. Y habría sido posible al menos decir algo—cualquier cosa—acerca de estos hombres, y acerca de sus familias. Algo sobre Oleg Kortusov, por ejemplo, que era un combatiente prometedor y cuya novia está esperando un hijo. O algo sobre Egor German, otro vecino de Omsk, que deja a un bebé nacido hace menos de un año.

Y no decimos nada de ayudar a los seres queridos de las víctimas—aquellos cercanos a los hombres que murieron y a los que sobrevivieron. Han trasladado a otro soldado de Omsk, Volodya Petrov, a Moscú, y el Ministro de Defensa está pagando su tratamiento, pero no han asignado ningún dinero a su familia para su viaje en tren o su alojamiento en la ciudad. Y su madre no tiene nada. Es por esto que la ciudad de Omsk se ha juntado y ha recaudado dinero para ayudarla.

Por alguna razón, no quieren hablar de esto en las cadenas de televisión nacionales, con audiencias de millones de personas. Por alguna razón, no quieren decir ni una cosa humana sobre estos chicos, o preguntar al país si quizás, también, querrían ofrecer algo de ayuda, además de la asistencia excepcional que sus familias recibieron del Estado (que no reciben inmediatamente, por cierto).

Pero ya no quiero hablar más de esta gente y sus emisoras. Déjenlos vivir con su vergüenza. Sólo quiero decir a esos chicos adiós. Y también en recuerdo a ellos, quiero publicar esta fotografía [ver la parte superior], que encontré en la página de las redes sociales de uno de ellos, Sergei Filatov. Es el segundo empezando por la derecha en la última fila al fondo. En la parte frontal está Valery Lomaev de San Petersburgo. Él también murió. La foto es del 12 de julio, unas pocas horas antes de la tragedia, dentro del mismo cuartel.

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