Usuario de Facebook en Tailandia sentenciado a 50 años de cárcel por difamar a la Monarquía

Kai speaks about the case of her husband who is in jail for 'defaming' the monarchy. Photo from Prachatai

Kai nos cuenta acerca del caso de su esposo, quien se encuentra preso por «difamar» a la monarquía. Fotografía por Prachatai.

Esta es una versión del artículo escrito por Metta Wongwat sobre el testimonio de la esposa de un detenido por el crimen de lèse majesté (ley de lesa majestad) en Tailandia. Algunos críticos creen que la ley de lesa majestad ya es obsoleta, sin embargo el gobierno insiste en que es necesario proteger a la monarquía. Este artículo es publicado en Global Voices como parte de un acuerdo de intercambio de contenidos.

Tiensutham S., conocido como Yai Daengdueat, de 58 años de edad, se graduó de una prestigiosa universidad tailandesa con un título en ingeniería química, y trabajó como consultor para varias grandes empresas y proyectos de construcción

Tiensutham fue arrestado en su domicilio el 18 de diciembre de 2014 por decenas de militares y policías vestidos de civil, y fue llevado junto a su esposa a una base militar para ser interrogado. Su esposa fue liberada pero Tiensutham quedó aprehendido, y el 22 de diciembre la corte militar aprobó la orden de detención. Fue encarcelado al día siguiente.

La fiscalía militar presentó cargos por difamación hacia la monarquía en cinco oportunidades basándose en publicaciones de Facebook escritas entre julio y finales de noviembre del año pasado. El 31 de marzo de 2015 fue sentenciado a 50 años de cárcel, período que se redujo a 25 años como resultado de haberse declarado culpable. Debido a la duración de la sentencia, Tiensutham fue trasladado de la prisión preventiva de Bangkok a la penitenciaría central de Khlong Prem.

Los detalles del caso se encuentran disponibles en iLaw. Esta es la condena más larga que jamás se haya aplicado por difamación hacia la monarquía, sobrepasando así registros previos de 34 años para un exencargado de la Oficina del Jefe de Gabinete para el Heredero de la Corona (no hay detalles disponibles), y de 30 años para un músico (reducidos a 15 años. Los detalles se encuentran aquí).

En el transcurso del arresto y de la investigación, la esposa de Tiensutham, apodada Kai, fue obligada a ceder cuentas de Facebook de interés al personal militar. Ella optó por no comparecer, con la esperanza de que su silencio disminuyera la sentencia de su esposo. Apenas recientemente ella aceptó hablar públicamente.

A continuación, Kai relata su calvario, con interrupciones frecuentes de lágrimas:

1. El arresto

He had never participated in any demonstrations. He’s a cyber-warrior who cannot abide falsehood. He didn’t only read Thai news but attended to international affairs and loves democracy. During the prosperity of the Thaksin government he made good money and all his business moves were successful. Following the coup, however, things went sour and business dried up and he could find no work. He became anxious and upset and began to spend much more time on Facebook. Previously, he worked as a management consultant, bringing in hundreds of thousands of baht a month, with many companies seeking his services. He is an expert manager, although his degree is in engineering. He had constant work and was loved by his subordinates.

He used Facebook for a long time and the military says that they monitored him for at least three years. He made many posts. You can look at Facebook and find humorous posts. After the coup he heavily criticized the military, putting up graphics accusing them of deceiving the people. After his arrest, the military froze but did not close his Facebook account; they had us both sign over our Facebook accounts. They use the accounts to trick [others] via private messaging. But now everyone knows. At first, we suspected that we were among many who were detained at the military base.

They all came into the house. They were covered in dark shirts and didn’t show any badges. They were all out of uniform, both soldiers and police. Afterwards a soldier in camouflage drove up, entered [the house] and saw a photo of a child we are caring for who is in the cadet school. They were shocked and asked how the troops there could consider him a brother. He said that they would take everyone’s computers, iPhones, telephones, everything from the drawers and he took us both to the camp.

Él jamás participó en manifestaciones. Es un guerrero cibernético que no soporta la falsedad. No leía tan sólo las noticias tailandesas sino que participaba en los asuntos internacionales. Ama la democracia. Hizo bastante dinero durante la prosperidad del gobierno de Thaksin, y todas sus jugadas en los negocios fueron exitosas. Sin embargo, luego del golpe de estado, la situación se puso difícil, el negocio se redujo, y no pudo encontrar empleo. Se puso ansioso y molesto, y comenzó a pasar mucho más tiempo en Facebook. Anteriormente había trabajado como asesor directivo, con ingresos de cientos de miles de baht mensuales y muchas compañías solicitando sus servicios. A pesar de su título en ingeniería, él es un experto en los negocios. Siempre tuvo trabajo, y sus subordinados lo apreciaban.

Hace mucho tiempo que usaba Facebook. Los militares dijeron que lo habían estado siguiendo por al menos tres años. Publicó varias entradas. En Facebook se pueden hallar sus publicaciones humorísticas. Tras el golpe de estado, él criticó duramente a los militares, subiendo imágenes donde los acusaba de engañar al pueblo. Luego de su arresto, los militares bloquearon, pero sin cerrar, su cuenta de Facebook. Ellos nos obligaron a entregar nuestras cuentas de Facebook y utilizan dichas cuentas para engañar (a otros) a través de mensajes privados, pero ahora todo mundo lo sabe. Al principio sospechábamos que éramos unos de tantos otros detenidos en la base militar.

Cuando ingresaron al domicilio estaban vestidos con camisas negras y sin placa alguna. Tanto los soldados como la policía no llevaban uniforme. Luego, un soldado camuflado estacionó e ingresó (a la casa) y vio la foto de un niño que cuidamos, quién se encuentra en la escuela de cadetes. Estaban sorprendidos, y preguntaron cómo las tropas allí podían considerarlo un compañero. Él dijo que ellos se llevarían todas los computadores, iPhones, teléfonos y todas las cosas de los cajones, y nos llevó al campamento.

2. La sentencia

I was wrong in thinking that we weren’t news. First, Yai was just an ordinary citizen. Second, he wasn’t a leader or famous; he didn’t stand out in any way. If I raised an outcry that might rouse anger and he might receive a harsher sentence. If I were quiet [I thought] the sentence might be mild. Then he was sentenced. If I knew it was going to be like this I would have liked to have been in the news.

We borrowed 50,000 from relatives, added to the 20,000 in the bank that’s all we have. I tried to post bail with it four times without success.

The judgment was given in camera in the courtroom and I was not allowed in. Everyone but the lawyer had to wait outside. But the court read the verdict very quickly afterwards.

When Yai and the lawyer came out of the room I watched his face to guess what had happened. He shook his head. I didn’t think it would be so bad. I thought maybe three years per count, but I understood from his shaking his head that it was five. I asked. Tears welled up in Yai’s eyes and he said “Fifty years.” I was stunned, but a crowd was gathering in front of the room and he was taken downstairs. He said to wait and he’d tell me what happened.

Me equivoqué al creer que no éramos noticia. Primero, Yai era un ciudadano común y corriente. Segundo, él no era un líder o un famoso. No sobresalía en manera alguna. Si yo elevaba una protesta, ello despertaría enojos, y él podría recibir una sentencia más dura. Si me quedaba callada (pensaba), la sentencia sería más leve. Entonces lo condenaron. De haber sabido que esto iba a ser así, me habría gustado aparecer en las noticias.

Pedimos prestado 50.000 baht de familiares, sumados a los 20.000 en el banco, todo lo que tenemos. Con ello intenté pagar la fianza en cuatro oportunidades sin éxito.

La sentencia se dio en la cámara del tribunal, mas no me permitieron ingresar. Todos, excepto el abogado, tuvieron que esperar afuera. Pero luego la corte leyó el veredicto rápidamente.

Cuando Yai y el abogado salieron de la sala, vi su rostro y supuse lo que había sucedido. Agachó la cabeza. No pensé que iba a ser tan malo. Creí que tal vez eran tres años por cada publicación, pero con su gesto entendí que eran cinco. Le pregunté. Con sus ojos llenos de lágrimas, me dijo: «Cincuenta años». Quedé estupefacta, pero una multitud se estaba reuniendo frente a la sala, y lo llevaron abajo. Me dijo que esperara, y que él me contaría lo sucedido.

3. Los efectos

With him here we could do almost anything. With just me, the family is incomplete. I only had a little education, but Yai has much learning and is a great benefit for both my children. He was expected to go far. I don’t know much about education, but I’m good at buying and selling. Yai taught me English, taught us a great deal so that we didn’t have to spend money on special schools. Now we don’t have him and I can’t afford special schools. I have nothing to give the children. It’s all over.

My children were never before interested in politics. We didn’t get involved. But now they question everything. They have more opinions than I do. They say, “Facebook belongs to another country, how can they arrest Father? Father didn’t kill anybody; the judgment is excessive.” As a result they’ve been trying to learn why their father is being punished so severely. Every day now they look for things to read. This is an effect of loss and pain, and intensifies their anger. I worry. I don’t want them to think that way. I tell them to concentrate on school and not get involved in politics; I’ve got no one.

Con él aquí podríamos hacer casi cualquier cosa. Estando sola, la familia está incompleta. Yo tuve pocos estudios, pero Yai tiene mucha educación y es de gran beneficio para mis dos hijos. Esperábamos verlo llegar lejos. Yo no sé mucho de educación, pero soy buena comprando y vendiendo. Yai me enseñó inglés, nos enseñó bastante para no tener que gastar dinero en escuelas especiales. Ahora no lo tenemos, y no puedo afrontar el costo de un instituto especial. No tengo nada para dar a los niños. Todo se acabó.

Mis hijos jamás se habían interesado en la política, no nos involucrábamos. Pero ahora ellos cuestionan todo, tienen más opiniones que yo. Ellos dicen: «Facebook pertenece a otro país, ¿Cómo pueden arrestar a papá? Él no mató a nadie. La sentencia es excesiva». Como resultado, han estado tratando de entender por qué su padre había sido castigado tan severamente. Cada día buscan material para leer. Esto es un resultado de la pérdida y el dolor, e intensifica su ira. Me preocupa, no quiero que piensen de esa manera. Les digo que se concentren en la escuela y que no se involucren en la política. No tengo a nadie.

4. En la cárcel

We haven’t yet requested a royal pardon. We’re waiting for him to achieve the status of first-grade prisoner. He’s now in the middle rank. He is teaching English to the other prisoners and the prison personnel see that he has both English and computer knowledge. This should help him to attain first-grade status.

Visits at Klong Prem Central Prison? I don’t like to talk about it, but I have to tell the worst. I really detest the body checks. Aren’t there devices they can use? Do they have to grope with their hands [she brought her hand up as though to grope her breasts]? They’re females, but I still don’t like it. They grab everything. You can’t take in money. You can’t take in a notepad; you have to tear out a single sheet of paper.

Visits are limited to 30 minutes, but it’s not like Bangkok Remand Prison where there are private visits. Here it’s a competition. They let a hundred, two hundred relatives in at once. Then there’s a glass shield separating the relatives five meters from the prisoners. You talk by telephone; they can’t really see each other. There are reflections on the glass any you have to lean this way and that to get a glimpse.

Yai seems to be in better spirits, but I wonder if he’s in bad shape deep down. We can’t say much. Lèse majesté cases have both supporters and opponents there [in the prison]; when is asked [by other prisoners] he just says that he violated the computer crimes act.

Since 18 December [the day of the arrest] I’ve had no day without tears. But the tears have changed. At first I sobbed. Now the tears fall quietly.

For the past five months I have not missed a single visiting day. Do I have a wish? Just a little. If he is released that will be the greatest joy. I want everyone to have such joy. But he is suffering now.

Aún no hemos recurrido al indulto real. Estamos aguardando a que él obtenga el estatus de prisionero de primer grado. Ahora se encuentra en el rango medio. Está enseñando inglés a los otros presos, y el personal de la prisión ve que él posee conocimientos tanto de inglés como de computación. Esto debería ayudarlo a obtener el estatus de primer grado.
¿Visitas en la penitenciaría central de Klong Prem? No me gusta hablar de ello, pero tengo que contar lo peor. Detesto las inspecciones corporales. ¿No pueden utilizar dispositivos? ¿Acaso deben palparnos? (eleva sus manos palpando sus pechos). Si bien son mujeres, aún no me agrada. Se quedan con todo. No se puede ingresar dinero, ni un cuaderno de apuntes. Se debe romper toda y cada hoja de papel.

Las visitas se limitan a treinta minutos, pero no se parece en nada a la prisión preventiva de Bangkok, en donde hay visitas privadas. Aquí es una competencia. Permiten el ingreso de entre cien y doscientos familiares a la vez. Luego, hay un escudo de vidrio que separa a los familiares a cinco metros de distancia de los reos. Se habla por teléfono, en realidad no se pueden ver el uno al otro. Se ven reflejos en los espejos y uno debe inclinarse para vislumbrar algo.

Yai parece estar mejor de ánimo, pero me pregunto si internamente está mal. No podemos decir mucho. Los casos de Lèse Majesté tienen opiniones a favor y en contra (en la prisión). Cuando (otros prisioneros) le preguntan, él tan sólo dice que ha violado la ley de delito informático.

Desde el 18 de diciembre (el día del arresto) no he pasado día alguno sin llorar. Pero las lágrimas han cambiado: al principio eran sollozos, ahora caen silenciosamente.

Durante los últimos cinco meses no me he perdido ni un día de visitas. ¿Si tengo un deseo? Solamente uno pequeño. Si lo liberan, será la alegría más grande. Deseo que todos tengan esa alegría. Pero ahora él está sufriendo.

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