El peor incendio de una fábrica en Filipinas fue asociado a normas de seguridad negligentes

Photo Credits: Tudla Productions

La fachada de la fábrica Kentex con las ventanas selladas que impidieron la salida de los trabajadores durante el incendio. Crédito de fotografía: Tudla Productions.

El incendio de una fábrica de elaboración de sandalias en un suburbio al norte de Manila cobró la vida de 72 trabajadores, en su mayoría mujeres, que quedaron atrapadas en el edificio de dos pisos, el 13 de mayo. Este incidente se ha denominado como el más mortal incendio en una fábrica en la historia de Filipinas. El dueño de esta instalación, Kentex Manufacturing Incorporated, emplea 200-300 personas en la producción de zapatillas de hule, incluyendo las «Havanas», que son una imitación de las sandalias marca Havaianas.

Según el reporte del equipo de investigación independiente, coordinado por el Centro de Sindicatos y Derechos Humanos (CTUHR), el Instituto Ecuménico para la Investigación y Educación Ocupacional (EILER), el Instituto para el Desarrollo de la Salud y Seguridad Laboral (IOHSAD) y Kilusang Mayo Uno (KMU, Movimiento Primero de Mayo), el siniestro comenzó en la planta baja luego que unas chispas de soldadura provenientes del portón de la fábrica, que estaba en reparación, entrasen en combustión con los químicos altamente inflamables que se encontraban en el suelo almacenados incorrectamente.

Relatives of Kentex factory fire victims wait in line to view the bodies hoping they will be able to identify their loved ones. According to Valenzuela City's PIO, the bodies are beyond recognition. Photo Credits: Tudla Productions.

Los familiares de las víctimas del incendio de la fábrica de Kentex hacen fila para ver los cuerpos con la esperanza de identificar a sus seres queridos. Los cadáveres están carbonizados hasta el punto de ser irreconocibles. Crédito de fotografía: Tudla Productions.

Los químicos peligrosos no tenían etiquetas de identificación adecuadas y a los trabajadores no se les informó sobre el peligro que esto representaba. A pesar que el gobierno certificara el cumplimiento total de las normas de seguridad de Kentex en el año 2014, la fábrica no contaba con alarmas contra incendios, rociadores, ni salidas de emergencia. Según el equipo de investigación «los empleados que han trabajado por años en esta fábrica nunca han experimentado ningún simulacro de incendio o de seguridad que haya sido llevado a cabo por la administración».

Con el portón para camiones cerrado, los trabajadores únicamente tuvieron acceso a una salida durante el incendio. Inclusive las ventanas estuvieron bloqueadas con barrotes de metal y malla de alambre – colocados para evitar que los trabajadores robasen la mercadería producida dentro del edificio. La defensora de IOHSAD, Nadia de León, comparte los testimonios de los colaboradores de Kentex y de aquellos que se encontraban en los alrededores del edificio durante el incidente:

Of the 72 dead bodies, 69 were retrieved on the second floor. Thus majority of the dead workers were trapped in the second floor… Witnesses even saw the workers on the second floor shouting, but they couldn’t open the windows, they couldn’t escape because of the grills.

De los 72 cadáveres que se recuperaron, 69 provinieron del segundo piso. Por lo tanto, la mayoría de los trabajadores fallecidos quedaron atrapados en el segundo piso… Incluso los testigos los vieron gritar desde ese lugar, sin embargo, no pudieron abrir las ventanas; no pudieron escapar a causa de los barrotes.

Photo Credits: Kilusang Mayo Uno

Crédito de fotografía: Kilusang Mayo Uno (Movimiento Primero de Mayo).

Infracciones a las normas de seguridad y salud ocupacional en Kentex: ninguna salida de emergencia en el edificio, almacenamiento inadecuado de químicos inflamables, ningún simulacro de incendios, ventanas cubiertas por alambre.

Nadia de León también resaltó la forma en que el gobierno del presidente Benigno Aquino III comparte la responsabilidad de la tragedia del 13 de mayo. Hasta el momento, la respuesta de los funcionarios no ha inspirado mucha confianza, tal es el caso de la reacción impulsiva del Ministerio de trabajo (DOLE), que en referencia al siniestro aseguró al público que Kentex cumplía con las normas de seguridad:

The DOLE has a big responsibility for the tragedy. This is especially because Labor Sec. Rosalinda Baldoz admitted that their office’s inspection of Kentex eight months ago had the result of the factory’s being compliant with safety standards. This shows how unreliable and questionable their system of inspecting factories is.

DOLE tiene una responsabilidad enorme por esta tragedia. Esto se debe, particularmente, a que la ministra de trabajo, Rosalinda Baldoz, admitiera que la inspección realizada a Kentex por esa dependencia hace ocho meses, determinó que la fábrica sí estaba cumpliendo con las normas de seguridad. Esto demuestra lo poco fidedigno y dudoso que es su sistema de inspección industrial.

Según el periodista Tonyo Cruz, el siniestro de Kentex es un incidente reciente de una cadena de incendios laborales y de sucesos relacionados que han cobrado las vidas de muchos empleados desde el año 2010:

Workers group express sympathy for the victims of the Kentex factory fire. Photo Credits: Tudla Productions.

El grupo de trabajadores expresa condolencias por las víctimas del incendio de la fábrica Kentex. Crédito de fotografía: Tudla Productions.

El horroroso y reciente suceso en Manila ha provocado incertidumbre no solo por las condiciones de seguridad y salud en las fábricas de todo el país, sino también por los problemas de contratación y bajos salarios. A manera de ejemplo, la mayoría de los trabajadores de Kentex son considerados como contratistas independientes – después de laborar por 10 años los clasifican como empleados «eventuales» y alcanzan el estado de empleados «regulares» tras 20 largos años de labor.

El personal operativo, además, reveló al equipo de investigación que recibió un jornal de 202 a 220 pesos filipinos (cerca de cinco dólares), esto depende de los años que lleve laborando – más bajo que el jornal mínimo de 466 pesos filipinos (11 US$) para los empleados del sector privado en Manila metropolitana. Además, existen colaboradores contratados por destajo que laboran por 12 horas al día, y no poseen contratos formales.

Kentex workers, relatives of the fire victims, and supporters hold a vigil in front of the factory during the May 18 "National Day of Mourning". Photo Credits: Vencer Crisostomo

Los empleados de Kentex, los familiares de las víctimas y personas solidarias realizaron una vigilia frente a la fábrica el 18 de mayo durante «el día de luto nacional». Crédito de fotografía: Vencer Crisostomo.

Para la escritora y maestra Candy Cruz Datu, la condición lamentable de los filipinos, que se ven obligados a aceptar condiciones laborales injustas solo para poder sobrevivir, es una acusación de la vacía promesa de campaña del gobierno de Noynoy Aquino para eliminar la corrupción y la pobreza.

Algunos cibernautas también cuestionaron el silencio y la ausencia del presidente Aquino tras la tragedia. Entre tanto, los empleados de otros sectores económicos de todo el país no han perdido el tiempo para expresar su solidaridad y apoyo a los trabajadores de Kentex y a sus familias.

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