Una periodista francesa resiste la «muerte lenta» de los corresponsales extranjeros

Anaïs Reneviere in Beirut with her permission

Anaïs Renevier en Beirut, con su permiso

A veces, solo la pasión no es suficiente.

Esta es la historia de Anaïs Renevier, una joven corresponsal extranjera para medios francófonos en Beirut, pero podría ser la historia de cualquier periodista independiente en cualquier parte del mundo.

Las noticias internacionales fueron siempre una pasión para Anaïs desde que ella tiene memoria. Podría estar siguiendo los pasos de su padre, un ingeniero importante en la televisión, pero ella quería hacer su propio camino. Estudió cinematografía en Berlín y luego fue pasante en un canal de televisión regional francés. En 2012, decidió mudarse al Líbano para cubrir las noticias después de su primera visita al país en 2009. El último trabajo de Anaïs fue como corresponsal para un canal internacional de televisión francófono haciendo la cobertura del Líbano.

El trabajo era muy demandante pero la apasionaba. Pronto, sin embargo, dice Anaïs, se dio cuenta de que la industria de las noticias le exigiría mucho sin ofrecerle a cambio mucho apoyo moral ni financiero. En un artículo publicado en su blog llamado «La petite mort des correspondants» (La muerte lenta de los corresponsales), Anaïs explica por qué a pesar de amar su trabajo se siente obligada a dar un paso atrás y analizar sus opciones de carrera:

A 27 ans, je retourne chez mes parents et je laisse derrière moi des correspondances pour des médias renommés, un réseau que j’ai construit pendant trois ans et un pays que je prenais plaisir à couvrir. Tout cela, car à 27 ans, je ne vis pas de mon métier [..] En moyenne, j’ai gagné environ 800 euros par mois pendant trois ans. Pour ces 800 euros, j’ai été pendant trois ans joignable 24h/24, 7 jours sur 7 : l’info n’attend pas. Pour ces 800 euros, j’ai été plusieurs fois prise dans des tirs croisés de snipers et une fois pourchassée par un hélicoptère du régime syrien (1). Pour ces 800 euros, j’ai été les yeux et les oreilles de plusieurs médias francophones au Liban. Et avec ces 800 euros, j’ai payé moi-même mon permis de résidence, ma caméra et mon assurance santé.  Ma situation financière n’est pourtant pas mon problème principal.  Nous sommes journalistes et nous sommes aussi des fantômes. Certains chefs sont-ils conscients que lorsqu’ils refusent un article sur la Syrie parce que «de toutes façons personne n’y comprend rien», c’est aussi nos sensibilités et nos vécus qu’ils heurtent? Petit à petit, ces voix s’éteindront, étouffées par une information de masse, des dépêches écrites à la hâte, des informations diffusées avant d’être vérifiées. C’est la petite mort des correspondants. Cette agonie peut encore être évitée, par le public en suivant et soutenant les médias qui font entendre nos voix, et par nous en pensant le journalisme autrement.

A los 27 años me mudo otra vez a la casa de mis padres y dejo atrás mi trabajo para medios prestigiosos, la red de trabajo que construí durante tres años y un país donde me gusta trabajar. Todo eso porque a la edad de 27 años no puedo vivir de la profesión que elegí […]. En promedio, gané 800 euros por mes durante los últimos tres años. Por esos 800 euros estuve disponible durante tres años 24 hs al día, 7 días a la semana, porque las noticias no esperan. Por 800 euros varias veces quedé en medio del fuego cruzado entre francotiradores y una vez me persiguió un helicóptero del régimen sirio. Por esos 800 euros fui los ojos y oídos de varios medios francófonos en el Líbano. Y con esos 800 euros debía pagar mi permiso de residencia, mi cámara y mi seguro de salud. Mi situación financiera no era, de todos modos, mi peor problema. Como corresponsales extranjeros, somos periodistas, pero también fantasmas. ¿Son conscientes nuestros editores de la redacción que cuando rechazan un artículo sobre Siria porque «de todas formas nadie entiende lo que está pasando allí», están insultando también nuestra propia existencia y nuestras experiencias personales? Gradualmente sus voces se extinguirán, enmudecidas por la maquinaria de los medios masivos que publica informes escritos a las apuradas, con información difundida sin ser antes totalmente corroborada. Estamos ante la muerte lenta de los corresponsales. Y sin embargo su desaparición todavía podría evitarse si el público siguiera y apoyara a los medios que hacen escuchar esas voces y si pudiéramos imaginar una nueva clase de periodismo.

Global Voices se reunió con Anaïs para escuchar su análisis de los medios y entender sus elecciones.

Global Voices (GV): Tu artículo «La muerte lenta de los corresponsales» hizo eco en muchas personas de la industria y donde quiera que alguien lucha por ganarse la vida, en una industria que una vez fue sólida. Desde tu punto de vista, ¿cuáles son las principales causas del malestar del periodismo en la actualidad?

Anaïs Renevier (AR):  J'ai été surprise et touchée par l'étendue du partage alors qu'au départ je n'avais mis le lien que sur ma page Facebook, à destination de mes amis et contacts professionnels au Liban. C'est à la fois encourageant au plan personnel de le savoir autant partagé, mais aussi démotivant de voir que les correspondants au Liban ne sont pas les seuls à souffrir de cette précarité.

Je pense que dans le journalisme, l'argent est le nerf de la guerre, la première difficulté est donc le manque de moyens financiers dans les médias. Je l'ai connu à tous les niveaux : dans la télévision locale où j'ai travaillé en 2011-2012 (par manque de moyens nous faisions de longues journées de travail), dans de grands médias pour lesquels je collabore (j'ai souvent entendu «ton sujet nous intéresse, mais nous n'avons pas le budget») et également pour tous les nouveaux médias qui tentent d'inventer un nouveau modèle de journalisme.

Mais plus encore, l'instantanéité tue progressivement notre média. Il faut toujours que tout soit fait tout de suite, avec peu de temps pour vérifier les informations et creuser. Et le lendemain, le sujet est déjà oublié, noyé dans la masse des «dernières nouvelles». Malheureusement, les médias qui prennent le temps d'analyser et d'avoir du recul sont souvent ceux qui ont les moyens financiers les plus limités.

Dernier problème, nous sommes interchangeables. Nous sommes nombreux dans ce métier, tous passionnés, et acceptons parfois de travailler dans des conditions misérables. Nous savons que si nous refusons, quelqu'un d'autre prendra notre place (peut-être un stagiaire!)

Anaïs Renevier (AR): Me sorprendió y me conmovió el alcance del artículo, porque primero puse el enlace al artículo en mi página de facebook para mis amigos y mis contactos profesionales en el Líbano. Por un lado fue alentador, humanamente, saber que muchos otros pensaban como yo, pero por otro lado fue descorazonador saber que los corresponsales en el Líbano no son los únicos que sienten lo vulnerables que son sus carreras.

Creo que en el periodismo, el dinero es el nombre del juego, por lo que el primer desafío es la falta de financiamiento de los medios. Conozco los desafíos financieros en todos los niveles: en la TV local donde trabajé en 2011 y 2012 (por falta de recursos debíamos cumplir largas jornadas de trabajo) y en el mayor medio de comunicación en donde trabajé (escuché muchas veces esta frase: «nos interesa el tema, pero no tenemos presupuesto»). Incluso la escuché en los nuevos medios digitales que intentan proponer un nuevo modelo de periodismo.

Pero más que los problemas financieros, es la carrera por tener la última noticia lo que está matando a los medios. Queremos todo de inmediato, con poco tiempo para corroborar la información, proveer un contexto más amplio o indagar más profundamente sobre el tema. Y uno sabe que al día siguiente la noticia se olvidará, desplazada por la última ola de nuevas noticias. Desafortunadamente los medios que se toman el tiempo para analizar y brindar un panorama más amplio son muchas veces los que tienen medios financieros más limitados.

Finalmente, otra presión que tenemos es que los periodistas parecen ser fácilmente reemplazables. Somos muchos en la industria los que nos apasionamos por lo que hacemos y  estamos dispuestos muchas veces a aceptar pésimas condiciones de trabajo. Porque sabemos que si lo rechazamos, otro lo hará (quizás un pasante).

Profile photo of Anaïs Renevier on Twitter

Foto de portada de Anaïs Renevier en Twitter

GV: Piensas que el periodismo saldrá de esta carrera por la última noticia, o la noticia viral?

AR: Je ne sais pas si cela va évoluer, mais je l'espère sincèrement. En France, de nombreux journaux et sites webs qui laissent la place à de longs reportages ont vu le jour ces dernières années. Ils ont bien compris le ras-le-bol des lecteurs de n'effleurer que la surface des choses. Espérons qu'ils obtiennent des financements suffisants pour perdurer. Nous sommes de nombreux journalistes à vouloir faire les choses différemment, et plus en profondeur.

AR: No sé si eso cambiará, pero espero sinceramente que suceda. En Francia, muchos diarios y páginas web han dado espacio para largos informes en los últimos años. Creo que sienten el cansancio de los lectores por esa información que apenas araña la superficie de las cosas. Esperemos que consigan financiamiento para continuar. Hay muchos periodistas que querrían trabajar de otra manera, con más profundidad.

GV: Tú has vivido en Beirut desde 2012 y estás a punto de irte. ¿Cuáles son las experiencias más impactantes que tuviste durante tu estadía a nivel personal y profesional?

AR: Il y a eu beaucoup de «premières fois» professionnelles au Liban ! Les premiers souvenirs qui me viennent en tête sont ceux de reportage en zone de conflit, et comment je me suis parfois retrouvée entre des tirs de snipers, pourchassée par un hélicoptère ou infiltrée avec des combattants, parfois sans savoir comment réagir (mais on apprend vite quels réflexes avoir dans de telles situations!). Nous sommes souvent exposés à des situations stressantes, comme cette fois où j'étais coincée dans le no man's land entre le Liban et la Syrie. Pour les besoins d'un reportage sur les réfugiés syriens interdits d'entrer au Liban, je suis sortie du pays et j'ai pénétré dans une zone tampon d'une dizaine de kilomètres entre les deux pays. Une fois repérée, j'ai été interrogée par la sûreté générale libanaise (ils m'ont demandé de supprimer mes images, j'ai fait semblant de le faire) et ensuite par l'armée syrienne (ils m'ont demandé de montrer mes images pour prouver que j'étais journaliste, si je les avais supprimées je serai peut-être dans une geôle syrienne à l'heure actuelle!). A mon retour au Liban, j'ai du régulariser ma situation (j'avais un tampon de sortie mais pas de tampon de retour dans le pays), j'ai eu à nouveau droit à 4 heures d'interrogatoire par la sûreté générale. Au final, la chaîne de télévision qui m'avait commandé le reportage m'a dit que ces images volées n'étaient «pas assez fortes».   Mais les souvenirs de mes reportages sont aussi des souvenirs de rencontres, avec des réfugiés, des artistes, des membres d'ONG, des gens passionnés et passionnants. Mon plus beau souvenir d'interview est celui de Marcel Khalifé, un des musiciens les plus célèbres du Liban. Au-delà de sa musique, ce que j'ai apprécié quand je l'ai rencontré c'est sa disponibilité, son accessibilité, sa sagesse et son humanité.  J'ai aussi de très beaux souvenirs personnels, comme cette soirée au bord d'une piscine avec la majeure partie des correspondants français, c'était au mois de novembre et nous avons tous fini à l'eau! Les souvenirs partagés avec eux sont importants, car ils ont été mes principaux soutiens ici et c'est aussi leur voix que je voulais faire entendre à travers mon article. II y a eu des moments de déprime mais il y a surtout eu beaucoup d'entraide. J'ai vécu en 3 ans ici des expériences que je n'aurais peut-être jamais vécues en 20 ans en France. J'ai surtout appris à relativiser mes propres problèmes face à cette détresse que nous côtoyons au quotidien.

AR: Tuve muchas experiencias en el Líbano desde el punto de vista profesional. Lo primero que se me viene a la cabeza es la cobertura que hice desde zonas de conflicto y las veces que quedé en medio de la línea de fuego, cuando fui perseguida por un helicóptero o cuando estuve infiltrada entre los rebeldes. A veces no sabemos cómo actuar (¡pero tienes que aprender a tener buenos reflejos en esos momentos!) Los periodistas estamos expuestos a situaciones estresantes muchas veces, como una vez que estuve atrapada en tierra de nadie entre el Líbano y Siria. Estaba informando sobre los refugiados sirios a los que se les negaba la entrada al Líbano. Salí del país y entré en una zona desmilitarizada de diez km. entre los dos países. Una vez que me identificaron las autoridades libanesas, fui interrogada y me pidieron que borrara las fotos que había tomado. Simulé hacerlo, pero no lo hice. Más tarde los soldados sirios me pidieron que les mostrara las fotos para probarles que era periodista. Si hubiera borrado las fotos podría estar en una cárcel siria en este momento. Cuando volví al Líbano soporté otras cuatro horas de interrogatorio en la Oficina de Seguridad Libanesa. Al final, el canal de televisión que me había pedido el informe me dijo que las fotos no eran «tan impactantes». Pero entre los recuerdos de mi estadía también hay encuentros con refugiados, artistas, trabajadores de ONG, gente inspiradora por todas partes. Mi mejor recuerdo es una entrevista que le hice a Marcel Khalife, uno de los músicos más famosos del Líbano. Además de su música, realmente disfruté hablar con él por su sabiduría y su humanidad. También tengo recuerdos personales de veladas memorables con muchos compañeros corresponsales en noviembre, donde de alguna manera todos terminamos en el agua. Esos recuerdos con mis colegas son importantes porque son mi principal soporte aquí. También son sus voces las que quise compartir en mi blog. Hubo momentos deprimentes, pero también momentos de ayuda entre nosotros. Me hice amiga de muchos periodistas, todos ellos apasionados, motivados y llenos de talento. Lo que pasé aquí en tres años, quizás no lo hubiera experimentado nunca en veinte años en Francia. Aprendí, sobretodo, a tomar mis propios problemas con filosofía al ver la angustia con la que otros viven todos los días.

GV: Pasaste por situaciones difíciles y dijiste que necesitabas encontrar un equilibrio en la manera en que llevas adelante tu carrera. Algunos de nuestros colaboradores también tratan de sobrellevar experiencias traumáticas al cubrir las noticias. Sientes que a ti y a tus colegas se les da suficiente apoyo como para manejar el estrés? 

AR: Je n'ai jamais demandé directement à mes chefs du soutien pour ces situations de stress, car j'ai réussi à les gérer moi-mêmes. Je pense qu'ils auraient été réceptifs si je leur avais fait part de mes besoins. Cela dit, ce n'est pas le cas de tous les correspondants, certains ont du consulter des psychothérapeutes, parfois pour stress post-traumatique. Cela dit, les journalistes ici (locaux et internationaux) sont soutenus par la fondation SKEYES qui organise régulièrement des ateliers et des formations pour faire face à ces situations. Récemment, j'ai participé à une formation de l'ONG «Trauma Training for Journalists» qui fait un excellent travail de formation des pigistes en zone hostiles.

AR: Nunca tuve que pedir apoyo a mis superiores en situaciones estresantes porque me las arreglé sola. Pienso que me habrían apoyado si les hubiera contado mis necesidades. De todas formas, ese no es siempre así. Algunos periodistas han consultado con psicoterapeutas, a veces por estrés pos-traumático. Los periodistas aquí (a nivel local e internacional) son apoyados por la fundación SKEYES que organiza regularmente talleres y entrenamientos para soportar estas situaciones. Hace poco participé en un taller de una ONG: «Cómo superar el trauma para periodistas», que hace un excelente trabajo ayudando a periodistas independientes que trabajan en zonas hostiles.

GV: La situación política en el Líbano es complicada.  ¿Qué querrías que el público en general pudiera entender mejor acerca de la región? ¿Qué error suele cometer la gente que no conoce el país? 

AR: La chose que j'entend le plus souvent quand je suis hors du Liban est : «mais il y a la guerre au Liban!» Il faut donc repartir de zéro et expliquer qu'il n'y a pas de conflit au Liban, et que la situation sécuritaire s'est plutôt améloriée depuis trois ans. Je pense que les médias français qui couvrent l'international de manière correcte démontrent très bien la complexité politique du Liban en faisant appel régulièrement à des experts pour des analyses. Ce que je regrette, c'est que certains sujets tombent dans l'oubli, comme le sort des réfugiés syriens. Je regrette aussi que dans de nombreux médias, on ne parle du Liban que négativement, quand il y a une urgence sécuritaire. Mais je crois que ce sont des frustrations que tous les correspondants, dans tous les pays du monde, connaissent! On a toujours l'impression qu'on ne parle pas assez du pays qu'on couvre, c'est symptomatique! Et au final, le Liban est plutôt bien couvert dans les médias français par rapport à d'autres pays.

AR: Lo que más escucho cuando estoy fuera del Líbano es «¡pero hay guerra en el Líbano!» Muchas veces tengo que empezar desde el principio y explicar que no hay guerra en el Líbano. De hecho, la situación ha ido mejorando a lo largo de estos tres años. Creo que los medios franceses que cubren noticias internacionales hacen generalmente un buen trabajo cuando explican la complejidad política del Líbano. De todas formas, querría que algunos temas se tocaran más seguido, como la mala situación de los refugiados sirios. También lamento que en la mayoría de los medios, el Líbano se describa muchas veces de forma negativa, solo porque tiene una emergencia de seguridad. Pero creo que estas son frustraciones que todos los periodistas han sentido en algún momento. Siempre sentimos que no decimos lo suficiente del país que cubrimos.

GV: Dices que estás a punto de irte del Líbano y quizás de cambiar de carrera. ¿Cuáles son tus planes? ¿Qué esperas para el Líbano y la situación de los refugiados. 

AR: Dans un premier temps, je vais poser mes valises chez mes parents en région parisienne, passer du temps avec mes proches et souffler. J'ai des idées de reportage en France, mais aussi à l'étranger, et bien sûr je reviendrai au Liban régulièrement, c'est mon pays de cœur! Il faudra juste que je trouve un nouvel équilibre dans la manière dont j'exerce mon métier. J'ai également des projets de films documentaires sur lesquels je vais pouvoir me concentrer.
Abandonner le journalisme maintenant ce serait un échec pour moi. Mais si dans quelques années je me rends compte que je n'arrive pas encore à vivre de mon métier, il sera temps de raccrocher et de devenir fleuriste, je suis passionnée par les fleurs exotiques! Mais quelle que soit la voie que je prends, je sais que je continuerai toujours à être journaliste dans l'âme.  J'espère que le pays continuera à tenir debout. Quand je suis arrivée, on parlait de «guerre civile imminente» après l'attentat de la place Sassine. Deux ans et demi après, le pays tient encore debout, même s'il est bancal. Pour les réfugiés, qu'ils soient syriens, irakiens ou palestiniens, il y a beaucoup à espèrer et beaucoup de choses doivent changer. Mais l'urgence est de débloquer des fonds pour aider le Liban, pays qui accueille le plus grand nombre d'entre eux.

AR:Primero voy a tomar un descanso en casa de mis padres en París, pasaré un tiempo con mi familia y me repondré. Tengo ideas para historias en Francia y el exterior, y por supuesto volveré regularmente al Líbano. Es mi país de adopción, después de todo. Solo necesito encontrar de nuevo el equilibrio en la manera que practico la profesión. También tengo proyectos de documentales a los que espero dedicar más tiempo. Dejar el periodismo por completo sería un error para mí. Pero si en unos años me doy cuenta de que no puedo vivir de mi trabajo, entonces será el momento de abandonarlo y de convertirme en florista; ¡me fascinan las flores exóticas! Pero cualquier camino que tome, sé que siempre seguiré siendo una periodista en el fondo de mi corazón. Espero que el Líbano continúe llevando la cabeza en alto. Cuando llegué, había rumores de «una inminente guerra civil» después del ataque en la plaza Sassine. Dos años y medio más tarde, el país sigue en pie, a pesar de sus problemas. La urgencia ahora es liberar fondos para ayudar a los refugiados, ya sean sirios, paquistaníes o palestinos. Libano es el país que da cobijo al mayor número de refugiados.

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