Joven yemení norteamericano busca llevar el café de la «Tierra del moca» al mundo

Over the past year, Mokhtar Alkhanshali, who lives in California, has worked with Yemeni coffee farmers to promote their beans to the world. Photo courtesy of Mokhtar Alkhanshali. Published with PRI's permission

Durante el año 2014, Mokhtar Alkhanshali, quien vive en California, ha trabajado con agricultores de café yemeníes para promocionar sus granos en el mundo. Imagen cortesía de Mokhtar Alkhanshali, publicada con la autorización de PRI.

Este artículo y el informe radial realizado por Monica Campbell para The World originalmente se publicaron en PRI.org el 9 de abril de 2015 y es republicado aquí como parte de un acuerdo para compartir contenidos. 

Hace aproximadamente un año, en 2014, un amigo me invitó a una degustación de café en la parte trasera de una cafetería de San Francisco. Los baristas, varios de ellos tomaron vuelos especialmente para ir allí, probaron la bebida en unas tazas pequeñas, la escupieron en unos tazones y hablaron entre ellos acerca del sabor.

Se oyeron muchos «¡Oh!» y «Este es asombroso». Pero lo que más me sorprendió fue la charla acerca de la búsqueda de granos de todo el mundo, el reconocimiento del «café salvaje», y, en esa negociación entre personas especializadas, la determinación de trabajar con agricultores de diferentes rincones del mundo para producir café de alta calidad.

Ese es el mundo de Mokhtar Alkhanshali. Tiene 26 años, es «Q grader» (catador profesional certificado por el Coffee Quality Institute) y es yemení norteamericano. Luego de años de estar inmerso en el café, a través de sus raíces familiares y por trabajar en la recepción de lugares como Hills Bros. Coffee de San Francisco, ahora codirige Mocha Mill, su compañía cafetera situada en Oakland. Hablé con él acerca de cómo maneja el trabajar en Yemen y qué se trajo en su equipaje luego de un horroroso escape de la escalada de violencia de ese país.

Q: ¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado con el café?

En Yemen, mi familia es de la zona más grande donde se cultiva café. Cuando era pequeño y visitábamos Yemen, solía recoger los cerezos de café con mi abuela, los secábamos; ella, luego, los llevaba al molino, les quitaba las semillas a los frutos, los molía y hacía el café con ellas. De modo que es parte de quién soy. Desde aquel momento, trabajé en distintos niveles del negocio y, finalmente, me convertí en un catador de café certificado. Para uno de mis exámenes, debí memorizar 36 diferentes olores o aromas del café.

Q: ¿Cuándo fue la primera vez que fuiste a Yemen como profesional del café y que tan diferente fue de cuando visitabas a la familia como lo hacías de pequeño? 

Hace aproximadamente un año, me sumergí completamente en el mundo del café de Yemen. Viajé a 32 zonas. Los yemeníes están muy aislados entre ellos, de modo que conocí personas que, normalmente, no hubiese conocido. Fui a aprender acerca de los varietales que ellos tienen – la elevación, el tipo de suelo- pero lo más importante es que fui a escuchar historias acerca de cómo sus abuelos cultivaban café y los problemas que estaban enfrentando. Las políticas, la inestabilidad. Nos conectamos también. Al ser yemení yo mismo y norteamericano, fui capaz de ponerme en distintos lugares. Por un lado, soy un catador profesional, y, por otro lado, soy una persona yemení de tribu, de una tribu de allí. Por eso, cuando voy, no voy como un extranjero, uso un atuendo yemení y hablo con el acento local.

Mokhtar Alkhanshali lives in the San Francisco Bay Area and co-runs a coffee company there that specializes in beans from Yemen, where he travels frequently and has family roots. Photo courtesy of Mokhtar Alkhanshali. Published with PRI's permission

Mokhtar Alkhanshali vive en el área de la bahía de San Francisco y codirige allí una compañía cafetera que se especializa en granos de Yemen, adonde viaja con frecuencia y tiene raíces familiares. Imagen cortesía de Mokhtar Alkhanshali, publicada con la autorización de PRI.

Es tan asombroso ir a esos pueblos remotos donde la gente no ha cambiado la forma en que ha cultivado café durante cientos de años y ver cómo están usando camas modernas para el secado del café. Les he enseñado a hacerlas. Ahora están utilizando medidores de humedad de avanzada que traje de Inglaterra para ellos para que puedan aprender a secar el café de forma correcta. Esas son las últimas tecnologías para café utilizadas en Brasil, Perú, Etiopía y, ahora, en Yemen.

También vi que la mayoría de las personas que trabajan con el café en Yemen son mujeres. Por eso, uno de mis requerimientos para la cooperativa con la que trabajo, es que la mitad del directorio deben ser mujeres.

Q: ¿Tiene características particulares el café de Yemen? 

Depende de los diferentes varietales, microclimas. Pero, tradicionalmente, el café yemení tiene sabor a moca para ellos. Es el país de donde viene el nombre moca, después de todo. Tiene un sabor a chocolate, es más fuerte y espeso. Uno de mis cafés tiene un sabor a chocolate, pero también a cereza, mientras que otro es de cuerpo liviano. Nadie sabe realmente cómo sabe el café yemení por completo. No tiene una sola característica fuerte, debido a que nadie ha podido obtener un solo varietal que no se haya mezclado con otro de otra región. Me gusta hablar sobre esto. Puedo hablar durante horas sobre todo esto y su historia.

Mokhtar Alkhanshali, a Yemeni American who co-runs a coffee company in California, specializes in Yemeni beans, and that takes him to some of the more remote parts of the country. Photo courtesy of Mokhtar Alkhanshali. Published with PRI's permission

Mokhtar Alkhanshali, un yemení norteamericano que codirige una compañía cafetera en California, se especializa en granos de Yemen, y eso lo lleva a los lugares más remotos de país. Imagen cortesía de Mokhtar Alkhanshali, publicada con la autorización de PRI.

Q: ¿Qué pasa con el khat, el cultivo contra el que compiten en Yemen? 

Yo quiero combatir el khat. Es un estimulante que se consume en Yemen. Es ilegal en muchos países, entre ellos, Estados Unidos y, recientemente, Inglaterra. Pero es legal en un montón de otros lugares, entre ellos, Yemen. El problema con el khat es que es un cultivo comercial allí. Se cosecha tres a cuatro veces por año y es fácil de cultivar. Ha tomado el lugar del café y de otros cultivos del país. Mi objetivo es lograr que el café sea una mejor alternativa al khat y que genere una mayor ganancia. En la zona de Haima estamos viendo agricultores que sacan las plantas de khat y se vuelcan al café. El próximo paso será proveer de almácigas a estas áreas y darles plantas de semillero gratis a aquellos agricultores que quieran cambiar sus cultivos.

Q: Yemen es uno de los lugares donde están las raíces más históricas en lo que respecta al café, junto a Etiopía. Pero oímos más acerca de conflictos que de café. ¿Qué piensas sobre esto y cómo trabajas en ese ambiente?  

Mi objetivo principal es crear un puente entre los agricultores yemeníes y el mundo. Eso es lo que quiero hacer, y no que lo único que relacione a Yemen con Estados Unidos sean los drones, la guerra y los titulares, si no algo que todos conocemos y amamos: el café.

Y la inestabilidad es parte del lugar. Yo lo sabía. Pero no sabía que iba a ser así de difícil. Lo que está ocurriendo en estos momentos es un cambio total a como se venían dando las cosas unos meses atrás.

Mokhtar Alkhanshali, 26, at his Oakland-based Mocha Mill coffee company, which specializes in beans from Yemen. Photo courtesy of Mokhtar Alkhanshali. Published with PRI's permission

Mokhtar Alkhanshali, de 26 años, en su compañía cafetera Mocha Mill situada en Oakland que se especializa en granos de Yemen. Imagen cortesía de Mokhtar Alkhanshali, publicada con la autorización de PRI.

Q: Tú has podido escapar de la violencia de Yemen. Los aeropuertos principales fueron bombardeados y los puertos son inseguros. Te fuiste en un pequeño bote pesquero desde el puerto de Moca hasta Djibouti. ¿Qué te llevaste contigo?

Mis muestras de café. Dos valijas llenas de muestras de café, las mejores muestras de Yemen. Granos verdes limpios, libres de daños producidos por insectos, libres de moho. Un año de trabajo con estos agricultores. Tuve que llevarme conmigo esas muestras de café y mostrarlas en el principal evento de Seattle. Así que las puse en las valijas, las envolvimos en bolsas y más bolsas y pusimos lonas a su alrededor.

Y vamos a seguir trabajando en Yemen. Los agricultores continúan cosechando su café. Mi molino sigue procesando el café que tengo. Mis clasificadores están trabajando. Yo tengo que hacer de cuenta que todo es normal. Espero que, próximamente, los puertos vuelvan a abrirse y pueda continuar vendiendo mi café. Creo que, si miro a todos los obstáculos que he enfrentado, nunca hubiera comenzado este proyecto.

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