Diálogo sobre comunicación –no sobre cambio político– en Irán

Estación de carga de teléfonos móviles en Irán. Foto de Ben Piven en Flickr (CC BY-ND-SA 2.0)

Estación de carga de teléfonos móviles en Irán. Foto de Ben Piven en Flickr (CC BY-ND-SA 2.0)

Jillian York, Mahsa Alimardani y Fred Petrossian han contribuido a este artículo.

Prácticamente toda la cobertura occidental sobre Irán parece centrarse en el cambio de régimen y política, incluso cuando se trata de temas como el acceso a la información. Pero no es el jefe de estado de Irán la primera preocupación de los investigadores y activistas por la libertad de Internet, más bien queremos hablar de cómo los iraníes pueden conseguir un fácil acceso a las tecnologías de la información y la comunicación que los conecten entre sí y con el resto del mundo. El gobierno iraní ha desarrollado un régimen político en Internet que refleja las complejidades y contradicciones que existen en las instituciones de la República Islámica, lo que merece mucha atención no solo por el cambio y las estructuras del poder político, sino también por el contexto económico, social y cultural.

Estudiosos e investigadores técnicos comprometidos con este sistema se reunieron a principios de marzo en el congreso Iran Cyber Dialogue celebrado en Valencia (España). Entre los participantes había miembros de gobiernos, como el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. para Persia, Alan Eyre; representantes empresariales como Scott Carpenter de Google Idea, miembros de la sociedad civil, como Amir Rashidi, de la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán y expertos técnicos como Dan Meredith de la Open Technology Fund.

Collin Anderson, investigador de Internet, enmarcó el debate en tres puntos esenciales: desarrollo económico, seguridad nacional y captura de la normativa [la posibilidad de que un grupo condicione a su favor la reglamentación]. Su aporte en un debate titulado «La tecnología como catalizador» ayudó de forma efectiva a llevar el diálogo más allá del marco típico de los derechos humanos. Dijo «Deben preocuparse por las cosas más nimias, pero traducirlas en un mayor acceso». Puso como ejemplo la intención del gobierno de crear una autoridad de certificación SSL local. En este momento, las empresas iraníes y ciertas entidades gubernamentales dependen de autoridades de certificación extranjeras para garantizar la seguridad de sus webs. Anderson argumentó que este empeño del estado era legítimo, ya que la dependencia de los certificados extranjeros crea una sensación de inseguridad nacional.

Golnaz Esfandiari, periodista y editora de Persian Letters, el popular blog de información sobre Irán, explicó el contexto político de la estrategia sobre Internet y describió la polaridad que existe en esta estrategia entre la administración de Rouhani y las instituciones fuera del control del presidente, como el poder judicial.

Jillian York, miembro de Global Voices y directora internacional para la libertad de expresión en la Electronic Frontier Foundation, dio una perspectiva más amplia desde Oriente Medio. York señaló que otros países de la región tienen problemas similares con la libertad en la Red que los que experimenta Irán. Por ejemplo, Israel restringe el acceso de Palestina a las redes 3G, lo que puede tener un efecto en el crecimiento económico. Además, al igual que Irán, Siria y Sudán sufren sanciones que limitan la importación y el uso de ciertas tecnologías en estos países.

Otros debates se centraron en las contradicciones de las empresas de Internet. Los panelistas mencionaron compañías que públicamente defienden el libre flujo de información y la libertad de expresión, pero mantienen políticas antagónicas respecto a los usuarios iraníes. En la mesa redonda «Avanzar: Desarrollo de respuestas efectivas», el director de Impact IranMani Mostofi, dijo que Twitter no permite verificaciones en dos pasos a sus usuarios en Irán. Twitter ha sido muy claro a la hora de exigir que los iraníes puedan acceder a esta plataforma desde el interior del país.

Twitter dice que todo el mundo debería tuitear en Irán, pero no permite la verificación en dos pasos, así que no es seguro: esto es una contradicción.

Ahmed Shaheed, Informador Especial de Naciones Unidas sobre las condiciones de los derechos humanos en Irán, dijo a la audiencia: «Mi savia son las TIC». Al informador se le ha denegado el acceso a Irán, y conecta con los iraníes a través de plataformas como Skype. Marietje Schaake, europarlamentaria holandesa, explicó que el primer consejo que recibió a su llegada a Teherán fue que aprendiera a conectarse a un VPN. El uso de Facebook por parte de los iraníes como herramienta diaria y su participación en cosas como parodias del video «Happy» de Pharrel Williams indica que muchos iraníes tienen un fuerte sentimiento de pertenecer a la cultura de los medios globales.

Schaake señaló:

We should plug in more knowledge about technology as a vital oxygen for Iranian people to connect to the rest of the world, while aware of our role about technologies that can be used for repression.

Debemos introducir más conocimientos sobre tecnología como oxígeno vital para que el pueblo iraní se conecte con el resto del mundo, al tiempo que somos conscientes de nuestro papel en una tecnología que puede usarse para la represión.

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