¿Pueden las cazas simuladas salvar a los leones en Kenia y Tanzania?

Male Lion at Sunrise, Ol Pejeta Conservancy, Kenya, East Africa. Photo by Diana Robinson. CC-BY-NC-SA 2.0

León macho al amanecer en la Preservación Ol Pejeta, Kenia, en el este africano. Foto de Diana Robinson. CC-BY-NC-SA 2.0

Este artículo de Stephanie Dloniak apareció originalmente en Ensia.com, una revista que resalta soluciones mediambientales internacionales en acción, y se republica aquí como parte de un acuerdo para compartir contenido.

En una meseta cubierta de maleza un poco más allá de la sombra del monte Kilimanjaro, en una tienda de campaña de lona bajo un techo de metal que parece el hangar de un avión, Philip Briggs reparte tres cartas de leones de entre su baraja.

«Estas tres hembras tuvieron crías a principios del 2010, poco después de que empezara la sequía», dice. «Empezaron a atacar bomas [recintos de ganado] constantemente, y como venganza un grupo de caza arponeó a Narika.»

Las cartas fueron creadas por la organización sin fines de lucro Guardianes de los Leones que está basada en Kenia y ayuda a que los conservacionistas locales conozcan a cada león individualmente. Cada carta tiene una foto y una descripción de un león que habita en las vecindades del Parque Nacional Amboseli en Kenia. Colocando las cartas como árboles de familia y desplazandolos a través de la mesa de comer de madera como si fueran grandes felinos moviendose por el paisaje, Briggs y Stephanie Dolrenry, biólogos de Guardianes de los Leones, cuentan la historia de las matanzas crónicas de los leones que atacan al ganado y cómo la muerte de Narika inspiró la creación de una herramienta para gestionar a estos leones problemáticos: las cazas simuladas.

Los masái son indígenas que hacen pastoreo en el sur de Kenia y el norte de Tanzania, y siempre han cazado leones – en respuesta a los ataques al ganado y también como ritual de madurez masculina. En una caza, un grupo de guerreros rastrean a pie a un león, se acercan al animal con cantos tradicionales y gritos, y finalmente lo atacan con lanzas en un ruidoso revuelo.

Trading-card-like images and descriptions of lions help Lion Guardians distinguish among individual animals as they work to minimize human-lion conflict. Photo by Stephanie Dloniak

Cromos con imágenes y descripciones de los leones ayudan a los Guardianes de los Leones a diferenciar entre cada animal en su trabajo para minimizar el conflicto entre leones y humanos. Foto de Stephanie Dloniak

«Después de que mataran a Narika, sus hermanas, sus crías, y un león macho llamado Lomunyak abandonaron la zona y dejaron de matar ganado durante dos meses.» explica Dolrenry. «Vimos un cambio enorme en el comportamiento.»

“If they are reprimanded after attacking lifestock, they can learn» — Eric Ole Kesoi

“Si se les reprimenda tras atacar al ganado, pueden aprender.» — Eric Ole Kesoi

Los Guardianes de los Leones se preguntaban si las cazas simuladas – que imitan las cazas reales a excepción de que no se ataca al animal con lanzas al final- podrían lograr el mismo resultado en comportamiento al tiempo que sirviera para proteger a los grandes felinos. Los leones ahora ocupan solo un 25% de su extensión histórica en África y sus poblaciones están decreciendo, en gran parte debido a la pérdida de hábitat y las matanzas por caza y venganza.

 «[Los masái] creen que los leones son listos, que saben cuando han hecho algo malo,» dice el gestor de la comunidad de Guardianes de los Leones y anciano masái Eric Ole Kesoi, que ha participado en varias cazas simuladas. «Si se les reprimanda tras atacar al ganado, pueden aprender.»

Los Guardianes de los Leones tratan de conservar leones reuniendo el conocimiento ecológico tradicional con los valores de la población masái local y el análisis de datos con tecnología moderna. Los guerreros masái son elegidos para convertirse en guardianes, son entrenados y luego armados con equipamiento de rastreo via radio, unidades de GPS, barajas de cartas de leones y teléfonos móviles además de sus garrotes y cuchillos tradicionales. Los jóvenes rastrean a los leones, registran problemas con la fauna, avisan a los pastores de la presencia de leones y encuentran ganado perdido. Por ahora, los Guardianes de los Leones parecen tener éxito; la población local de leones se ha más que duplicado en los últimos cuatro años y muy pocos leones han sido matados. Las cazas simuladas añaden una herramienta importante más a su repertorio.

Hasta ahora los Guardianes de los Leones han llevado a cabo seis cazas simuladas contra leones identificados individualmente que se sabe que han atacado repetidamente al ganado en bomas y pudieron ser rastreados inmediatamente después. Los resultados preliminares son prometedores: todos los leones que han sido objeto de cazas simuladas han dejado de matar ganado durante uno o dos meses.

Ole Kesoi cree que es beneficioso tanto para leones como para masái. El uso de cazas simuladas como un tipo de terapia de aversión puede llevar a menor conflicto y menos leones muertos. Al mismo tiempo, las cazas permiten a los Guardianes de los leones tener un papel más importante en proteger a su comunidad.

Lion Guardian Ng’ida takes a GPS point in front of Mt. Kilimanjaro. GPS data help Lion Guardians track animals and keep livestock out of harm’s way. Photo by Philip Briggs.

El guardián de leones Ng’ida registra un punto de GPS en frente del monte Kilimanjaro. Los datos del GPS ayudan a los guardianes de los leones en el rastreo de animales y en mantener al ganado lejos del peligro. Foto de Philip Briggs.

Sin embargo, la idea no convence a todo el mundo. Craig Packer, ecologista en la Universidad de Minnesota, ha estudiado a los leones del ecosistema del Serengueti de Tanzanía desde 1978. «A pesar de que los Guardianes de los Leones han sido ciertamente valiosos e innovadores, me preocupa la sostenibilidad a largo plazo del programa,» dice Packer. «Los desafíos de la conservación de leones a largo plazo van a requerir mucho más que estrategias de mitigación de conflictos ‘culturalmente correctas’.»

Susan Alberts parece ser más optimista. Como bióloga en la Universidad de Duke, Alberts ha trabajado en el ecosistema durante más de 20 años con el Proyecto de Investigación de Babuinos Amboseli.

«La mayor amenaza a la fauna en Amboseli es el crecimiento de la población humana. Todos sabemos lo que hace falta para tratar este problema: educación, reasentamientos voluntarios, probablemente compensación. No hay ninguna cura milagrosa. Pero habiendo dicho esto, el uso del conocimiento de los depredadores así como hacer que la comunidad sienta interés porque el ecosistema se mantenga intacto, parece ser completamente esencial para seguir adelante.»

El uso de cazas simuladas para cambiar el comportamiento de los leones problemáticos no es una solución mágica para la conservación en África. Pero junto con otras propuestas- en particular, aquellas que toman algo de las tradiciones y valores locales- pueden ayudar tanto a la fauna como a las personas que viven con ella a ganar en los juegos de la vida con la mano de cartas que les ha sido repartida.

Nota del Editor: Stephanie Dloniak produjo este artículo como participante en el Programa de Tutores Ensia. Su mentor para el proyecto fue la premiada reportera de ciencias y medio ambiente Michelle Nijhuis.

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