Oleada de detenciones en Francia por «apología del terrorismo» tras los atentados de Charlie Hebdo

Viñeta subida a la Encyclopedia Dramatica por el usuario  Patlalrique. Libre de derechos.

«¡Ahí! ¡Veo a uno que no es Charlie!» Viñeta subida a la Encyclopedia Dramatica por el usuario Patlalrique. Libre de derechos.

Desde los atentados que provocaron 17 muertos a principio de enero en Francia, se ha desatado en ese país una inusitada ola de detenciones por «apología del terrorismo» –la defensa o alabanza  pública de acciones u organizaciones terroristas– de una virulencia desconocida hasta ahora en un país con tan larga tradición en la defensa de la libertad de expresión. Las autoridades han pedido a jueces y fiscales que extremen el rigor y la firmeza a la hora de castigar este tipo de delitos.

El 21 de enero ya eran 117 los procedimientos penales abiertos contra ciudadanos franceses, acusados de amenazas de acciones terroristas, incitación al odio racial o apología del terrorismo. Con la nueva ley de noviembre de 2014, este delito –que antes solo afectaba a la libertad de prensa– entraña penas de prisión de entre 5 y 7 años, y multas de 75 000 a 100 000 €. La nueva ley considera la difusión de mensajes de este tipo en Internet como agravante del delito. Al estudiar el impacto de la nueva ley, los legisladores afirmaron que no se pretendía «reprimir los abusos de la libertad de expresión, sino sancionar hechos que están directamente en el origen de actos terroristas».

Pero la caza de brujas desatada en Francia no parece responder a esta filosofía. La situación es tan grave que no solo los adultos están sufriendo el rigor en la aplicación de esta ley, sino también varios niños han tenido problemas con la justicia por la misma causa. En Seine-en-Marne, cuatro adolescentes comparecerán ante el juez de menores el 25 de marzo por publicar en su Facebook el mensaje «No somos Charlie ni lo seremos nunca, panda de putitas. Se recoge lo que se siembra».

Una chica de 14 años fue acusada el 14 de enero en Nantes por increpar a los agentes del transporte público diciendo «¡Somos las hermanas Kouachi, vamos a sacar los kalashnikov!». En la misma ciudad, un adolescente de 16 años fue detenido y se encuentra en libertad con cargos por haber publicado en su Facebook una viñeta que satirizaba el asesinato de los dibujantes de Charlie Hebdo. Irónicamente, el dibujo que ha llevado al joven ante la justicia parodia una portada de la propia revista, aparecida en julio de 2013, y que se refiere a los ataques del ejército egipcio a los Hermanos Musulmanes tras el golpe de estado. En la imagen siguiente podemos ver la portada original a la izquierda y el dibujo publicado por el adolescente detenido a la derecha:

Imagen subida a la web Numerama por el usuario mosquito33, con licencia CC-by-nc-nd 2.0

A la izquierda, la portada original dice «Masacre en Egipto. El Corán es una mierda. No detiene las balas». A la derecha, la parodia dice «Masacre. Charlie Hebdo es una mierda. No detiene las balas». Imagen subida a la web Numerama por el usuario mosquito33, con licencia CC-by-nc-nd 2.0

El 8 de enero en Niza, un niño de 8 años pasó varias horas en comisaría tras la denuncia del director de su escuela por haber dicho supuestamente «Hay que matar a los franceses», «Yo estoy con los terroristas» y «Los periodistas se lo merecían», según afirma la policía, aunque el abogado de la familia manifestó que las palabras del niño fueron: «Yo estoy con los terroristas, porque estoy contra los caricaturistas del profeta».

Esta severidad a la hora de aplicar la ley ha provocado protestas dentro y fuera del país. Muchos denuncian la vaguedad del término «apología del terrorismo», que permite el arresto sin que haya un delito real. Esa es la opinión del abogado y bloguero Maitre Eolas, en una entrevista con L'Obs:

Une enquête terroriste prend beaucoup de temps. (…) Ici, après les événements tragiques qui se sont produits, pour de pures raisons de communication, il faut donner l'impression de réagir vite.(…) Et comme il est impossible de démanteler un réseau en claquant des doigts, on tape sur les premiers idiots venus qui, immanquablement après ces faits aussi tragiques soient-ils, insultent des policiers en se référant à l'affaire plutôt qu'en employant des insultes plus habituelles.

Una investigación terrorista lleva mucho tiempo (…) En este caso, después de los sucesos trágicos que se han producido, por simples razones de comunicación, hace falta dar la impresión de reaccionar rápidamente. (…) Y como es imposible desmantelar una red de forma instantánea, recurren a los primeros idiotas, que después de estos hechos, por trágicos que sean, inevitablemente insultan a los policías refiriéndose al suceso en lugar de emplear insultos más habituales.

También Amnistía Internacional se ha pronunciado sobre las detenciones, en un comunicado en el que se puede leer:

Les traités internationaux sur la prévention du terrorisme prévoient la criminalisation de l’incitation à commettre un acte terroriste. Cependant, une notion comme « l’apologie du terrorisme » risque d’être utilisée pour criminaliser des propos tenus sans l’élément intentionnel nécessaire à la définition d’une infraction et sans qu’ils soient directement susceptibles de provoquer des violences de ce type. 

Los tratados internacionales sobre la prevención del terrorismo prevén la criminalización de la incitación a cometer un acto terrorista. No obstante, existe el riesgo de que una noción como la «apología del terrorismo» se utilice para criminalizar afirmaciones hechas sin el elemento intencional necesario en la definición de un delito, y sin que sean directamente susceptibles de provocar violencias de ese tipo.

Un popular personaje que ha sufrido el rigor de esta ley es el controvertido humorista Dieudonné, declarado antisemita, que tendrá que comparecer ante un tribunal antiterrorista por publicar en su página de Facebook un cáustico comentario sobre las manifestaciones del 11 de enero, acabando con la frase «Sepan que esta noche, en lo que a mí respecta, me siento Charlie Coulibaly», mezcla del eslogan de la manifestación y el nombre del terrorista que asesinó a cuatro personas en un supermercado judío. Más tarde, Dieudonné explicó también en Facebook el sentido de su frase: «Me consideran como un Amedy Coulibaly, aunque no soy diferente de Charlie».

Sin embargo, también hay voces que defienden la severa política del gobierno francés. Como manbu, que dejó este comentario en la web Numerama:

Un peu de prison ne leur fera pas de mal et pourrait même les faire réfléchir à ce vieux précepte: «la liberté (d'expression) des uns s'arrête là où commence celle des autres» ou à l'article 4 de la déclaration des droits de l'homme : » la liberté (d'expression) consiste à faire tout ce qui ne nuit pas à autrui».

Un poco de prisión no les hará ningún daño, e incluso les podría hacer reflexionar sobre este viejo precepto: «La libertad (de expresión) de unos se acaba donde comienza la de otros», o sobre el artículo 4 de la declaración de los Derechos Humanos: «La libertad (de expresión) consiste en hacer cualquier cosa que no perjudique a otras personas».

Un caso particularmente inquietante es el de Jean-François Chazerans, profesor de Filosofía de un instituto de Poitiers y militante de izquierda, que ha sido suspendido durante cuatro meses y procesado por apología del terrorismo después de que varios padres de alumnos le acusaran de «perturbar el minuto de silencio» y «hacer comentarios inadecuados en clase», lo que el profesor niega taxativamente. Massy Palaiseau dejó este comentario en la página que se ha abierto en Facebook en apoyo de Chazerans:

Le pauvre…il y a trois mois il aurait montre un exemplaire de Charlie Hebdo a ses eleves il aurait ete suspendu. La c est l inverse. J y comprends plus rien.

Pobre… Hace tres meses, si hubiera mostrado un ejemplar de Charlie Hebdo a sus alumnos, le habrían suspendido. Ahora es a la inversa. Yo ya no entiendo nada.

La deriva que aparentemente han tomado las instituciones francesas hace pensar en que asistimos a una «matización» de la libertad de expresión que podría hacerle perder mucho de libertad. El tuit del escritor y columnista del New York Times Kenan Malik incide en la incoherencia de todo este asunto:

Y ahora, que alguien me recuerde… ¿de qué iba esa marcha en París la semana pasada? De la defensa de la libertad de expresión, ¿no?

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