Una invitación a viajar: Calle 13 cierra su gira Multi_Viral en Puerto Rico

A continuación una crónica sobre el más reciente concierto de Calle 13 en su natal Puerto Rico. Publicado originalmente por el autor en PuertoRicoIndie.com. Fotos reproducidas con permiso.

Cuando Calle 13 convocó a sus seguidores en Puerto Rico para lo que sería el final de su gira en el 2014, me pregunté si aún tendrían al público de su lado. La reacción hacia su quinta colección de canciones, Multi_Viral, fue marcadamente dividida –aún más de lo usual para el grupo. Mientras que el álbum fue promovido y aplaudido por marcar la movida de Calle 13 hacia su propio sello independiente (El Abismo), se conforma en cierta manera la fórmula que Residente y Visitante perfeccionaron con Entren Los Que Quieran, actuando más como secuela que comienzo de un nuevo capítulo.

Tampoco podemos olvidar que el grupo había ofrecido apenas unos meses atrás un concierto gratuito (y masivamente exitoso) en el mismo municipio de San Juan, ni que la repetida estrategia para impulsar la venta de taquillas (el reto de «compra si vas a todas, luego te decimos dónde va a ser»), ingeniosa en el 2012, dejaba de ser tan punzante sin el antagonismo político del «alcalde drogadicto con cara de idiota» favorito de René [Pérez, integrante principal de Calle 13 junto a su hermano Eduardo Cabra-Visitante].

Añádanle a todo eso el hecho de que cada vez se hace más difícil ignorar la fatiga de seguir a un grupo que constantemente se encuentra en la discusión pública, ya sea por sandeces de la prensa, acusaciones, cuestionamientos, cartas abiertas o maquinaciones publicitarias, que conspiran juntas para opacar la música. Pero si hay algo en que podamos coincidir todos es que son muy pocos los artistas que se acercan al impacto del espectáculo que la Calle 13 –como banda, como grupo musical, como colectivo– logra desde el escenario, y en la noche del pasado sábado todas mis preocupaciones desvanecían, al menos por un par de horas, junto a las otras 35,000 personas adentro del Estadio Hiram Bithorn. A continuación un breve recuento fotográfico de lo que allí aconteció.

Marcos Rodríguez de los International Dub Ambassadors

Marcos Rodríguez de los International Dub Ambassadors

Primero que nada, un merecido slow clap al responsable de sugerir a los International Dub Ambassadors como acto de apertura. Aunque el público puertorriqueño es por lo general receptivo al reggae, es difícil venderles a nuevos artistas –pero me parece que a los Dub Ambassadors los compraron sin problema alguno. Excepto Inés Quiles.

Javi Pérez tentando desde el escenario a Inés Quiles con sus movidas.

Javi Pérez tentando desde el escenario a la moderadora radial Inés Quiles con sus movidas.

La banda está compuesta por algunos de los músicos más talentosos de la escena, entre ellos Javi Pérez a quien reconocerán de Fofé y los Fetiches; Pachy García y Marcos Rodríguez, actualmente haciendo ruido en Los Angeles con el grupo Prettiest Eyes; y el también ingeniero de sonido, Bobby Conelly Nadal. Aunque la banda lleva años desarrollándose, fue apenas unos meses atrás que lanzaron su primer EP de temas originales el cual pueden escuchar por acá.

Arturo Verges (Calle 13) junto a los IDA.

Arturo Verges (Calle 13) junto a los IDA.

Mientras los Dub Ambassadors, como dice mi amigo Damián, «dejaban la peste» en el estadio, a la prensa nos dirigían hacia una carpita al lado derecho del escenario, en donde se celebraría una rueda de prensa con Residente y Visitante. Me pareció curioso el detalle, más aún que se celebrara justo antes de que los músicos subieran a la tarima.

¿Conferencia de prensa justo antes del concierto? ¡A fuego!

¿Conferencia de prensa justo antes del concierto? ¡A fuego! En la foto, Eduardo Cabra y René Pérez, desde la izquierda.

Las preguntas giraron en su mayoría en torno a lo político y René se prestó con calma y compostura para contestarlas dentro de sus habilidades. Algunos pensarán ridículo que insistan en preguntarle a un músico como solucionar al país, pero yo digo que si lleva mensajes políticos en la camiseta es justo y necesario. Ahora hay que ver como enviamos un surtido de t-shirts al Capitolio –que alguien vaya pidiendo las tallas.

Ya mismito llega a la pregunta...

Ya mismito llega a la pregunta…

Mi pregunta hubiese sido: «¿Se suelen celebrar ruedas de prensa como ésta antes de tocar en otros países?» Pero no quería que sonara antipática mi curiosidad genuina y tampoco me tocó uno de los tres o cuatro turnos. Es que imagínense… ¡Estarían locos por irse! A Visitante se le veía en la cara porque Visitante nunca miente. Cuando le mencionaron de la prensa que si podía decir algo, tiró las manos al aire y le dijo al grupo con alivio de poder expresarse como humano: «¡Pero si todas sus preguntas son para mi hermano!». Comparto tu frustración, Eduardo (y me avisas para la entrevista).

Visitante sonríe.

Visitante sonríe.

Satisfechos con lo que habíamos logrado allí como grupo, pero sin querer faltarle el respeto a las 35,000 personas que esperaban fuera de la carpa por ver a Calle 13, nos movimos frente al escenario para poder tomar fotografías.

Pon tu cabeza aquí.

Pon tu cabeza aquí.

Como suele funcionar esto es que tienes tres canciones para manifestarte desde este espacio privilegiado. Es poco tiempo –más aún para un principiante como yo– y suele correr más rápido entre el bajo retumbándote en el pecho, el espectáculo de luces errático, la manada de videógrafos y fotógrafos profesionales buscando el mejor ángulo y una pared de fanáticos gritando a tus espaldas. Pero lo caótico del reto es lo que lo hace divertido.

Allí al frente, en el «photo pit», me acercaba a Sergio del Batiscafo, quien también se preparaba para tomar fotos, cuando de momento comienza a desfilar la banda: vientos, platos, cuerdas, Visitante conduciendo todo, Residente y Peje 13 brincando en la «Fiestas de locos». Mira que la Calle 13 tiene canciones de sobra en sus extenso repertorio que sirven bien para abrir un concierto, pero ésta va directo al grano y funciona perfecto. Le siguió el «Baile de los pobres», que tras años de recesión económica en la isla se torna cada vez más agridulce.

Brindando por “El Aguante”.

Brindando por “El Aguante”.

El gran Mark Rivera de la Calle 13.

El gran Mark Rivera de la Calle 13.

Los hermanos.

Los hermanos.

Entonces nos tocó brindar por el aguante. Nunca he sido muy fan de la música celta, por lo que desde su lanzamiento «El aguante» me llamó muy poco la atención. Pero Calle 13 es un grupo que gana más dimensión en vivo y este tema como muchos otros se llena de fuerza al aire libre, lejos del estudio de grabación y tus audífonos, entre miles cantando unidos. Ahora, lo que sí me parece es que en Puerto Rico, donde se bebe tanto y se nos espeta la publicidad de cuanta cerveza barata existe por ojo, boca y nariz (un saludo cálido a los auspiciadores del evento), el verdadero acto revolucionario está en el no beber. Aún así me uní al brindis con mi botella de agua.

Draco y la Peje 13 compartiendo los coros.

Draco y la Peje 13 compartiendo los coros.

Luego de terminadas las tres canciones, nos retiramos a ver el concierto junto al resto del público hasta que se nos volvió a convocar para que regresáramos a nuestros puestos iniciales. Se aproximaba el primer invitado especial de la noche. ¿Silvio Rodríguez? ¿Tom Morello? ¿Lucecita Benítez? Se trató nada más y nada menos que de Robi «Draco» Rosa –y al subirse al escenario el estadio estalló a gritos.

Dando la vuelta al mundo.

Dando la vuelta al mundo.

Más adelante el aclamado guitarrista puertorriqueño Omar Rodríguez-López (At The Drive In, The Mars Volta, Bosnian Rainbows, Antemasque) acompañó al grupo durante «Calma Pueblo». Me estuvo extraño que no nos vinieran a buscar para acercarnos una vez más al escenario (les debo la foto, no me dejaron). Se me acercó un periodista, confundido: «¿Quién era el guitarrista ese? ¿Es importante?»

Varios artistas del patio pintaron en vivo mientras la banda tocó.

Varios artistas del patio pintaron en vivo mientras la banda tocó.

Lo que me hizo pensar en una de las cosas que me dijo René en una entrevista ya hace un par de años atrás: «…en la medida en que fui viajando me fui dando cuenta: “diablo mira todo lo que me estoy perdiendo”. Pero hoy en día no hay excusa – hoy en día hay Internet».

Esa invitación al viaje –al viaje al artístico, al viaje intelectual, a «irse en el viaje», aunque sea por Internet– es lo que proyectó la Calle 13 allí adentro del Hiram Bithorn. Aún queda por ver cuántos de los miles se montan en el vuelo.

“Pa’ seguir siendo honesto, yo soy el mejor en esto”.

“Pa’ seguir siendo honesto, yo soy el mejor en esto”.

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