El Ministro de Justicia de Bahréin pelea en Twitter con el editor de un periódico

Many voting stations in the opposition areas have been mostly empty as they are boycotting the elections of Bahrain 2014. Photo by Majed Tareef. Copyright Demotix.

Muchos centros de votación de frentes opositores estuvieron casi vacíos, a causa del boicot efectuado en las elecciones 2014 en Bahréin. Foto por Majed Tareef. Copyright Demotix.

Los bareiníes votaron por primera vez desde que se produjo un levantamiento popular en el 2011 y que posteriormente fuera brutalmente reprimido por el gobierno. El número de votantes depende de a quien se le pregunte — el gobierno afirma que un 51,9 por ciento de los votantes acudieron a las urnas, mientras que la oposición (que boicoteó las elecciones) sostiene que la cifra llega alrededor del 30 por ciento.

La diferencia en porcentajes fue recalcada por Mansoor Al-Jamri, editor en jefe del periódico Al-Wasat, y fue él quien les recordó a los lectores que una elección no se trata solo de ganar en los números. Pero sus observaciones sobre la libertad iniciaron una guerra de palabras en Twitter con el Ministro de Justicia de Bahréin, Khalid bin Ali Al-Khalifa, miembro de la familia real gobernante Al-Khalifa.

En la columna editorial del 24 de noviembre titulada «Más allá de la guerra de números,» Al-Jamri escribió:

بغض النظر عن الأرقام، فإن العملية السياسية الناجحة تقاس بمؤشرات أساسية لا يمكن إغفالها، ومنها فيما إذا كانت السجون مليئة أم فارغة من معتقلين لأسباب سياسية، وفيما إذا كان المختلفون في الرأي يمارسون حياتهم بصورة عادية ولا يوجد خطر على حياتهم، وفيما إذا كان بالإمكان أن يمارس الجميع دوراً ما من دون أن يتعرض لتمييز أو مضايقة بسبب انتماءاته أو أفكاره… في ذلك الحين، فإن الأرقام تصبح مادة للتحاور بدلاً من تحولها إلى مادة للتندر أو الاحتراب.

Más allá de los números, un proceso político tiene indicadores que no pueden ser ignorados. Abarca cuestiones tales como si las prisiones están repletas o vacías de gente arrestada por motivos políticos, si las personas con opiniones diferentes viven de manera normal sin temor por sus vidas, si las personas son libres de desempeñar sus roles sin ser discriminados o acosados por sus opiniones o afiliaciones. Después de esto, los números serán una cuestión de debate, en vez de un motivo de risa o un asunto de creciente conflicto.

Al parecer, el artículo — o lo que éste insinuaba enfureció al ministro, que respondió lo siguiente:

¡¡Es una locura que alguien afirme que hay una guerra de números!! La guerra está alrededor de nosotros y la voluntad del pueblo evitó que fuéramos parte de ella. Quédate en tu guerra virtual y ahórranos esta locura.

Al-Jamri le respondió al ministro:

Cálmese, su excelencia, una mente abierta da más espacio a la justicia.

Al-Jamri fue galardonado con el Premio Internacional a la Libertad de Prensa 2011 del CPJ y es el cofundador del periódico. Kareem Fakhraw, el otro cofundador, fue torturado hasta la muerte en el 2011.

El ministro respondió, proclamando la victoria como «histórica», a pesar del llamamiento a boicot de la oposición:

Dudar de la victoria histórica del 22 de noviembre y acusarla de una guerra de cifras es un intento miserable. La justicia no es un tema de humor, sino un mensaje divino y eso es suficiente.

Solo seis de cuarenta candidatos pasaron la primera ronda de elecciones, las que estuvieron marcadas por informes que sostuvieron que el gobierno ofrecía incentivos, entre los que se incluyeron prioridad para empleos y servicios públicos para quienes participen en las elecciones, y hasta un iPhone para algunos estudiantes que votaron. Hasta el momento, el vencedor cuenta con 4197 votos, aproximadamente la misma cantidad de presos políticos según los cálculos de la oposición.

Al-Jamri escribió:

Su excelencia, el término «guerra de números» no es mío, ayer lo leí en una agencia de noticias… Quizás estaba demasiado ocupado como para revisarlo. Gracias.

Al-Jamri se refiere a la agencia de noticias Agence France-Presse (AFP), uno de los medios informativos que cubrieron las elecciones. El gobierno de Bahréin tiene antecedentes de negar la visa o la entrada al país en la frontera a periodistas extranjeros.

El ministro respondió:

Leer lo que se publica es parte de mi trabajo… Si existe un término inapropiado que está siendo usado en el extranjero, es justo evitar promocionarlo dentro del país.

Bahréin además ha presionado a los periodistas nacionales que cubrieron las protestas.

Al-Jamri señaló este problema de libertad de opinión al responder de la siguiente manera:

Sí, usted tiene una opinión que respeto y otros tienen otra opinión que respeto también, el respeto mutuo es un mérito.

El ministro no estaba de acuerdo:

Cuando los jueces están a cargo de publicar las cifras, no es un tema de opinión; es un hecho indiscutible.

El sistema judicial de Bahréin ha sido fuertemente criticado por grupos internacionales de derechos humanos, en especial después que cientos de personas recibieran juicios injustos y abreviados en el 2011. Joe Stork, director adjunto de Human Rights Watch en el Medio Oriente, afirmó: “El problema de Bahréin no es un sistema judicial disfuncional, sino un sistema de injusticia altamente funcional.”

Al-Jamri le respondió al ministro:

Eso no elimina el derecho a tener una opinión diferente, incluso Dios tuvo un debate con Satanás.

El ministro escribió un último tuit al respecto:

¡¡¡Dios no sostuvo ningún debate con Satanás!!! ¡¡¡Y este no es el tema!!! Y esta metáfora es inaceptable… y me detendré en este punto.

Las elecciones en Bahréin se desarrollaron en un clima de temor, donde el disentimiento político es un delito, la libertad de expresión es limitada y el estado fomenta una política tácita de sectarismo. La pregunta es, ¿qué valor tiene un voto en un ambiente así?

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