Jóvenes de Djibouti miran a Burkina Faso para hacer su propio camino hacia la democracia

Protests for Democracy in Djibouti via USN Djibouti

«Por una nación democrática en Djibouti»: Protestas contra el estado totalitario de Djibouti vía USN Djibouti (captura de pantalla)

El impacto de los jóvenes de Burkina Faso marchando por la democracia se está difundiendo en todo el continente africano. Unos pocos días después de la destitución del Presidente Blaise Compoaré luego de 27 años en el poder, parece que la juventud de otro país africano está lista para decirle basta a otro gobernante de larga data, Ismaïl Omar Guelleh.

El líder de Djibouti ha estado al mando del país desde 1999 y se ha mantenido en el poder a pesar de numerosas protestas nacionales reclamando una nueva alternativa para el país. La República de Djibouti es una antigua colonia francesa de aproximadamente 850,000 habitantes situada entre Eritrea, Etiopía y Somalía.

En 2010, Guelleh logró reformar la constitución para permanecer en el poder por un tercer mandato. Esta fue la misma estrategia que provocó la destitución de Compoaré en Burkina Faso. Guelleh ha sido presidente durante 15 años, pero su partido ha estado en el poder durante 34 años. 

El 3 de noviembre, miembros del Movimiento de Jóvenes de la Oposición (MJO en francés) marcharon por las calles de la ciudad de Djibouti exigiendo la realización de elecciones transparentes y democráticas en Djibouti. Aquí está un video de las protestas:

El bloguero de Djibouti Houssein Ibrahim Houmed escribió lo siguiente acerca de los acontecimientos en Burkina Faso:

Vu de Djibouti, je peux dire avec certitude que  les sympathisants du parti politique d’Uguta-Toosa (Djibouti) soutiennent le juste combat du peuple Burkinabé. J’invite la coalition USN (Union pour le salut National) de l’opposition djiboutienne d’exprimer leur indéfectible solidarité à l’endroit de la résistance que mènent les Burkinabés contre la dictature de Blaise Compaoré.

Desde el punto de vista de Djibouti, puedo decir con certeza que los simpatizantes del partido político Uguta-Toosa (Djibouti) apoyan la lucha justa del pueblo de Burkina Faso. Invito a la coalición Unión por la salud nacional (UNS) que representa la oposición de Djibouti a expresar su inquebrantable solidaridad con la resistencia opositora a la dictadura de Blaise Compaoré en Burkina Faso.

El régimen de Guelleh es famoso por su falta de respeto a la democracia. En 2011, antes de las elecciones, el gobierno prohibió todas las protestas y arrestó de manera arbitraria a manifestantes pacíficos y a líderes de la oposición, según Human Rights Watch.  

Además, la constante lucha por más democracia en Djibouti está estrechamente vinculada con las relaciones del país con su vecinos más grandes así como también con su futura y próspera economía. 

Etiopía, Eritrea y Somalía enfrentan sus propios desafíos para incorporar un proceso democrático sustentable en sus políticas. El énfasis en la lucha contra el terrorismo en la región ha permitido a los gobernantes de esos países beneficiarse en gran medida de la ayuda de EE.UU. sin los usuales requisitos de respeto por la democracia. Además, el potencial para un rápido crecimiento en la región ha consolidado a Guelleh en su lugar de poder. Malik Ibrahim, un experto en la región del Cuerno de África, explicó cómo Guelleh usa su red internacional para fortalecer su liderazgo:

Americans, French, Germans, Chinese, Russians and even the Japanese have been vying for influence within the country’s government. As a result, Djibouti’s main source of income comes from the rents it charges its Western partners for the military facilities it hosts. While the exact sums are unclear, the U.S. pays some $60 million a year, while the French and the Japanese both contribute some $30 million. Most recently, the Djiboutian government signed a security and strategic defense partnership with China. Djibouti is offering China military facilities in exchange for training of their military forces

Norteamericanos, franceses, alemanes, chinos, rusos e incluso japoneses han estado compitiendo por influir en el gobierno nacional. Como resultado, la principal fuente de recursos de Djibouti proviene de las rentas que les cobra a sus socios de Occidente por las instalaciones militares alojadas en el país. Aunque las sumas exactas no están claras, EE.UU. paga alrededor de $60 millones al año, mientras los franceses y japoneses aportan cerca de $30 millones. Más recientemente, el gobierno de Djibouti firmó un pacto de asociación de seguridad y defensa estratégica con China. Djibouti le está ofreciendo a China instalaciones militares a cambio de entrenamiento para sus fuerzas armadas.

Sin embargo, las cosas pueden cambiar rápidamente como lo han demostrado los acontecimientos de Burkina Faso. El bloguero Houssein Ibrahim Houmed, nuevamente, expresó sus esperanzas para el país:

La disparition du régime de Guelleh sera effective, consommée et probante, que lorsque un Etat de droit sera instauré en République de Djibouti. J’ose espérer que les Etats-Unis d’Amérique, le Japon et la France favoriseront l’avènement de la démocratie et qu’ils ne cautionneront pas une prise de pouvoir par les héritiers haineux du sous clan. 

El fin del régimen de Guelleh será un hecho efectivo y consumado sólo cuando el estado de derecho sea instaurado en la República de Djibouti. Espero que EE.UU., Japón y Francia favorezcan el advenimiento de la democracia y que no concedan una extensión del poder a los herederos de este atroz clan.

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