Un año en Global Voices: Un gracias con hiperenlaces

En lugar de un recuerdo del «primer post», he decidido republicar un post de octubre de 2006 de mi ahora abandonado blog, Caribbean Free Radio, conmemorando mi primer año en GV. Menciona a muchas personas que han dejado de ser miembros activos de la comunidad y leerlo probablemente les permitirá sentir lo pequeña que era la comunidad de GV en aquellos días.

También me recuerda cosas que había olvidado, y cosas que probablemente han quedado muy atrás en mi memoria como para recuperarlas, como si Rebecca, Alice y yo realmente vimos al genial pianista de jazz Herbie Hancock en el National Press Club, o si sólo lo imaginamos. Y para aquellos que no lo sepan, la referencia a que me dieron «mi propio cuarto» alude a la división de la región de «las Américas» que resultaron en la creación del puesto de editor para el Caribe a principios de 2006, aliviando la carga de trabajo de David Sasaki que antes cubría todo el hemisferio occidental, y preparando el camino que me permitió vencerlo en el tenis.

Sigan leyendo.

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9 de octubre de 2006

Es difícil creer que ya ha pasado un año desde que me uní a Global Voices. El verdadero aniversario de mi debut fue el 14 de octubre, pero como los días hábiles son lo que son, ayer decidí dedicar una parte de la inactividad del sábado para escribir una nota de agradecimiento a mis colegas de GV. Como los enlaces — en todos los sentidos de la palabra — son una de las cosas que mejor hacemos en GV y en honor a los preciados enlaces (aunque “conexiones” es la palabra que preferiría aquí) que he hecho como resultado de mi asociación con esta gran empresa, decidí que una carta con hiperenlaces era el único camino para hacerlo. Aquí está:

Mis queridos amigos de GV:

El próximo viernes se cumplirá un año desde que escribí mi primer post para Global Voices. Algunos días antes de esa fecha, había recibido un correo de un misterioso individuo con apellido japonés y un nick español. ¿Te gustaría cubrir el Caribe para un sitio web llamado Global Voices como autora voluntaria? me preguntó.

Todo el asunto sonaba como que requería mucho tiempo y bastante bizantino, si me preguntas, y que pasaba si este individuo, con su combinación distinta de atributos físicos (googlearlo me reveló que tenía cabello color arena y pecas) y transnacionales, resultaba ser del tipo Keyser Söze?

Pero, contrariamente a lo que parecía en aquel momento mi mejor decisión, estuve de acuerdo en agregar esta tarea a la ya compleja mezcla de potencialmente imposibles de cumplir fechas límite y cosas que hago. Escribí el primer artículo. Luego escribí otro. Y otro. Durante semanas, mis sueños se poblaron de símbolos adinkra; murmuraba el lema de GV mientras dormía, recitaba el Manifiesto de GV en reuniones sociales…

Luego recibí otro correo electrónico, esta vez de una mujer con el nombre de un personaje bíblico cuya actitud solícita con los camellos le consiguió un esposo y cuyo apellido indica su pertenencia a un clan escocés cuyo jefe alguna vez contrajo matrimonio con una princesa noruega llamada “Saucy Mary”. Ella me invitó a una reunión en Londres. Acepté gentilmente, por supuesto, y en diciembre me encontré desayunando con un hombre corpulento cuyo nombre combinaba un héroe tradicional de Vermont y un personaje de Philip Roth.

El día de la reunión, conocí, entre otros, a la hija de un secesionista del delta del Níger; una mujer india que llevaba el mismo apellido que un desacreditado autor de literatura femenina que me dijo que no conocía nada de Trinidad salvo el cricket (que, le dije era más que lo que sabían la mayoría de las personas en esa sala sobre Trinidad); y un jordano nacido en Kuwait con raíces palestinas que reside en el país que mi propia pequeña nación derrotaría por un lugar en la Copa del mundo de 2006. Y muchos otros.

Ethan, Fred and others awaiting the train to Canary Wharf for the Global Voices 2005 Summit in London.

Ethan, Fred y otros esperando el tren hacia Canary Wharf en la Cumbre de Global Voices de 2005 en Londres.

Más recientemente tuve el placer de probar comida sudafricana y pastelería francesa en Fort Greene, Brooklyn con una mujer de la primera república negra independiente del mundo cuyo nombre evoca a una heroína de una novela de Lewis Carroll.

Y recién el pasado 18 de setiembre en Washington DC, como Herbie Hancock hubiera señalado sin dudas en su blog si tuviera uno, la heroína de Lewis Carroll, el personaje bíblico que se preocupa por los camellos y yo nos encontramos bebiendo champagne en el bar del National Press Club al promediar la tarde, celebrando un premio.

Incluso más recientemente — con un poco de ayuda de mi mortal golpe de derecha — tuve la oportunidad de confirmar que, aunque el individuo con apellido japonés no sea del tipo de Keyser Söze, ¡tampoco es exactamente del tipo de Roger Federer!

Varias veces a la semana charlo vía IM e intercambio correos electrónicos con un elenco de personajes de los cuatro extremos del mundo, incluyendo a una mujer en Londres con nombre del personaje bíblico que una vez le ofreció refugio al hijo de la mujer con debilidad por los camellos — ahora es una práctica estándar durante las sesiones de IM que una de nosotras o ambas terminemos ROTF (rodando por el suelo), generalmente muertas de risa.

Todas estas personas y experiencias se las debo a este impresionantemente ambicioso e imponente proyecto llamado Global Voices, y espero seguir acumulando muchas, muchas más.

Un año ha pasado, y la lista de personas por las que me tiraría al río para salvarlas de ahogarse o les donaría un órgano vital ha crecido de manera considerable (y por favor noten que esta lista incluye a aquellos entre ustedes que aún no han aparecido en mi página de Flickr).

Gracias Ethan y Rebecca, por construir esto. Gracias Oso, por invitarme a ser parte del proyecto. Gracias a todos por permitirme quedarme — y eventualmente ¡tener mi propio cuarto! (Y por aguantar mis pobres metáforas). Ha sido un año maravilloso. Que GV florezca y crezca por siempre.

Paz y amor,

GAP

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