Un grupo de ocupas convenció a las autoridades brasileñas de expropiar un edificio vacío para vivienda social

The building was unoccupied for 20 years before being expropriated. Photo: Ocupação Saraí/Facebook

El edificio llevaba 20 años vacío antes de ser expropiado. Foto: Ocupação Saraí/Facebook

En el corazón de Puerto Alegre en Brasil, alrededor de dos docenas de familias ocuparon un edificio vacío durante diez meses, una ocupación que llegó a su fin a principios de este verano. No hubo intervención policial como en anteriores ocasiones, sino que esta vez ha sido un decreto aprobado el 4 de julio en el cual se dispone que el edificio será expropiado para ofrecer viviendas sociales. La movilización de los ocupantes ha conseguido «sensibilizar al Gobierno del Estado» y que así declarase el edificio como bien social.

Además de ser la residencia de varias familias, el edificio se ha convertido en un espacio cultural en el centro de Puerto Alegre. El movimiento, conocido como la Ocupación Saraí, utilizó Facebook como herramienta para su campaña de sensibilización y para contactar con otras ocupaciones dentro del país; YouTube para mostrar cómo es su vida dentro de la comunidad; y la etiqueta #OcupaSaraiEuApoio para sus seguidores en Twitter. Y por último, se creó una petición en Internet con el objetivo de obtener más apoyos para la ocupación de la propiedad.

Con un plazo de 60 días antes de que el Gobierno decida si ratificar la expropiación, se ha puesto en circulación un vídeo en el que se explican los motivos por los que se ha producido la ocupación de Saraí. Uno de los principales motivos es el hecho de que el edificio había sido construido inicialmente para dar viviendas a 40 familias, sin embargo, lleva vacío casi diez años, «sin cumplir ninguna función social». El vídeo trata de concienciar acerca de la situación de los ocupantes y de la importancia que el apoyo social puede tener para ganar su causa.

Além de residência, edifício virou espaço cultural no centro de Porto Alegre. Foto: Ocupação Saraí/Facebook

Una de las niñas que vive en la casa ocupada participa en una manifestación, promovida por los residentes de Saraí. Foto: Ocupação Saraí/Facebook

La historia de un edificio deshabitado

El edificio había sido construido para ofrecer viviendas asequibles con fondos del Banco Nacional de la Vivienda —una empresa gubernamental ya disuelta que financiaba proyectos inmobiliarios. No obstante, el edificio nunca cumplió el propósito para el que fue construido. Tras haber servido como sede del banco público de Brasil, Caixa Econômica Federal, permaneció abandonado durante casi dos décadas.

Según un informe especial publicado por el periódico local independiente Jornal Tabaré, a principios de la década de 2000 una importante inmobiliaria compró al banco el edificio por 600 000 reales (unos 271 000 dólares estadounidenses). Dos años después de la adquisición, al no encontrarle un uso a la propiedad, la compañía lo revende por un importe de 1,2 millones de reales (450 000 dólares estadounidenses) —el doble del valor inicial— a un hombre que representaba a una de las organizaciones criminales más importantes de Brasil, el PCC (Primer Comando Capital).

El grupo tiene su base en São Paulo, pero tiene sedes en todos los estados del país, en Paraguay y Bolivia. En el edificio abandonado de Puerto Alegre, los miembros de esta banda intentaron excavar un túnel que les diese acceso a la sede central de un banco a pocos metros de distancia. Según el informe Tabaré, tras el escándalo que provocó este caso, «la inmobiliaria se volvió a encargar del edificio, a pesar de que el registro de la propiedad nunca se había transferido oficialmente a la Caixa Econômica Federal».

De las ocupaciones organizadas por el Movimento Nacional de Luta pela Moradia (MNLM) (Movimiento Nacional de Lucha por una Vivienda) desde el año 2005:

Photo: Ocupação Saraí/Facebook

Esquina del edificio donde se encuentra Ocupación Saraí en Puerto Alegre, Brasil. Foto: Ocupação Saraí/Facebook

Duas delas foram ações de denúncia pela situação do prédio, com duração de um ou dois dias. A ocupação de moradia que mais durou teve 4 meses, de 20 de novembro de 2006 a 23 de março de 2007. A maneira como foram removidos também é simbólica – mas da repressão.

Dos de ellas fueron protestas en las que se denunciaba el estado del edificio, y duraron uno o dos días. La ocupación más larga duró cuatro meses: del 20 de noviembre de 2006 al 23 de marzo de 2007. El modo en el que los ocupantes fueron retirados también fue simbólico, pero a causa de la represión.

En agosto de 2013, las familias del MNLM volvieron a ocupar el edificio que se encontraba en desuso y vacío en el centro de la ciudad. En setiembre, la policía militar intervino un día por la mañana. Mientras arreglaban un problema con las tuberías del edificio, algunos residentes afirman que fueron atacados y golpeados por algunos agentes que pasaban cerca del edificio. La Policía incluso reconoció que se produjeron irregularidades en la intervención.

Pero Saraí resistió. Y pasaron diez meses hasta la decisión del Gobierno. En otro vídeo, Gloria Maria, una niña que ha considerado Saraí su hogar durante estos últimos meses, explica qué es el concepto de la propiedad, debatido y analizado con entusiasmo por parte de los ocupantes. Gloria Maria lo llama el «derecho a la propiedad». Tras enumerar una serie de cosas que uno debería poseer, Gloria Maria relacionaba la propiedad con el derecho a tener una ciudadanía, a la que llama «un lugar de residencia temporal».

La lógica del mercado

El derecho a una vivienda digna está consagrado en la Constitución brasileña. Pero aun así, según el informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, en Brasil 33 millones de personas no poseen un hogar. De acuerdo con los datos del censo del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE):

Existem hoje no Brasil, segundo o censo, pouco mais de 6,07 milhões de domicílios vagos, incluindo os que estão em construção. O número não leva em conta as moradias de ocupação ocasional (de veraneio, por exemplo) nem casas cujos moradores estavam temporariamente ausentes durante a pesquisa. Mesmo assim, essa quantidade supera em cerca de 200 mil o número de habitações que precisariam ser construídas para que todas as famílias brasileiras vivessem em locais considerados adequados: 5,8 milhões.

De acuerdo con el censo, hoy en día en Brasil hay 6,07 millones de viviendas vacías, incluidas aquellas en construcción. Esta cifra no incluye las segundas viviendas (residencias vacacionales, por ejemplo) ni las casas cuyos residentes se encontraban ausentes en el momento del censo. Aun así, esta cifra supera en cerca de 200 000 el número de hogares que habría que construir para que las familias brasileñas pudiesen tener una vivienda digna: 5,8 millones.

A finales de abril de este año, se celebró una reunión entre los ocupantes y los propietarios del edificio para intentar llegar a un acuerdo. Tras admitir que vendería el edificio y rechazaría la cifra ofrecida por el Gobierno Rio Grande do Sul —1,9 millones de reales (452 000 dólares estadounidenses)—, el propietario dio marcha atrás y afirmó que quería utilizar el edificio como sede central de su negocio. Este empresario ya había pedido 4,5 millones de reales por el edificio (1,8 millones de dólares estadounidenses).

En otro vídeo de Saraí, la arquitecta Claudia Favaro defiende que «la lógica de alejar cada vez más a los pobres de los centros urbanos genera una polémica en la cuestión de la expansión del equipamiento. Es mucho más caro llevar el equipamiento y las infraestructuras a los lugares adonde están expulsando a la gente». Pero sigue pasando.

Cómo Saraí llevó su protesta a las calles

Mientras que los residentes de Saraí seguían con su lucha, los titulares de los medios de comunicación locales parecían evitar contar los esfuerzos de los ocupantes. Pero el movimiento no se achicó, sino que busco otras salidas: organizaron una serie de eventos públicos, repartieron panfletos en los que se anunciaban actuaciones y protestas enfrente de la sede del Gobierno, celebraron fiestas clandestinas dentro del edificio y empezaron a organizarse y a hacer publicaciones en su página de Facebook.

La ocupación logró cautivar a cada vez más simpatizantes todos los días. Los seguidores de sus publicaciones en las redes sociales pudieron conocer las historias de las familias que se compartían sin cesar.

La movilización en Internet conseguida por los miembros de Saraí se ha convertido en un ejemplo del impacto que pueden llegar a tener los movimientos sociales utilizando las redes sociales. Internet no funciona si no hay acción en el mundo real y el mundo real, a su vez, se organiza y debate en Internet. Lograr el equilibrio entre estos dos mundos ha sido la clave del éxito (o del fracaso) de muchos de los llamados nuevos movimientos sociales, desde Ocuppy Wall Street a Ocupación Saraí.

Las familias que ocupan Saraí, en el momento en el que este artículo fue escrito, tenían de plazo hasta finales de julio para abandonar el edificio, de modo que el Estado pueda comenzar el proceso legal para apropiarse del edificio. De los 70 residentes del edificio, no todos recibirán un apartamento, cuya adecuación, se estima, finalizará en los próximos dos años. El Gobierno tendrá que tomar en consideración a otras personas que ya se han apuntado a la lista de espera para recibir una vivienda. Mientras que la burocracia toma las riendas, en el edificio de Rua Caldas Júnior, se celebra una gran victoria.

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