En memoria de Mahsa Shekarloo, pionera de Internet y defensora de los derechos de la mujer en Irán

Photo of Mahsa Shekarloo by Kamran Ashtary. Used  with permission. You can share it with attribution, but don't sell it.

Foto de Mahsa Shekarloo por Kamran Ashtary. Usada con permiso del autor.

Mahsa Shekarloo, defensora de los derechos de la mujer, escritora, editora, traductora y fundadora de la revista feminista online Bad Jens, murió el 5 de setiembre de 2014, rodeada por su familia. Padecía un tipo de cáncer muy agresivo. En la siguiente publicación, Tori Egherman de Arseh Sevom, una organización que lucha por la apertura y los derechos humanos en comunidades de habla farsi, comparte el dolor por su pérdida y celebra la vida de Shekarloo.

Mahsa era atenta, escéptica y perspicaz. No le habría gustado recibir tantísima atención. Con su pasión y trabajo no buscaba satisfacer sus ambiciones o convertirse en una figura mediática. Trabajó por su gran curiosidad, su dedicación a los derechos humanos y de la mujer y su creencia en que el cambio es posible.

Mahsa nació en Teherán, pero pasó la mayor parte de su infancia en Chicago. Se mudó a Irán a principios de la década de los 2000 tras terminar sus estudios universitarios. Allí descubrió un lugar que podía amar y una sociedad a la que podía aportarle algo. En un artículo sobre Mahsa, The Feminist School escribió:

Formaba parte de un grupo de la diáspora iraní que usaba su capital cultural y su experiencia para contribuir a la cultura. Se unió a un grupo de mujeres iraníes que aprovecharon una pequeña apertura del sistema político para expandir el movimiento feminista y debatir sobre la igualdad de hombres y mujeres.

Mahsa también tradujó dos obras de la Nobel Shirin Ebadi: Los derechos de la mujer en la República Islámica de Irán y El despertar de Irán.

Las calles son nuestro hogar

En febrero de 2014, Mahsa promovió y organizó One Billion Rising en Irán, que formaba parte de una campaña mundial que usaba el baile como medio para defender los derechos de la mujer. El grupo se autodescribía en los siguientes términos:

En Irán, One Billion Rising no es sino otra forma de que diferentes grupos sociales se unan y exijan justicia e igualdad para la mujer tanto en el hogar como en la sociedad. Ocupamos las calles porque ellas tejen nuestras vidas. Las calles son nuestro hogar. En ellas nacen nuestros recuerdos, penas y alegrías. En ellas encontramos aliados y amigos, y nos hacemos conscientes del peligro. En ellas nos refugiamos cuando nuestras casas dejan de ser seguras. En ellas hemos descubierto nuestras voces y hemos perdido nuestras vidas. En las calles expresamos nuestras exigencias; regateamos y negociamos no solo con comerciantes, sino también con nuestros líderes y soberanos. Tomar la calle es nuestra forma de lograr reconciliación, igualdad y justicia para todos. Tomar la calle es cosa de quienes buscan la felicidad para sí mismos y para otros y para quienes están dispuestos a luchar por ella.

A continuación, uno de los muchos vídeos creados por los participantes de One Billion Rising:

 

Bad Jens

En una entrevista de 2007 con Qantara.de, Mahsa habló de su revista Bad Jens, cuyo fin era concederles la palabra a feministas iraníes, brindándoles un medio para terminar con su aislamiento y desafiar las ideas preconcebidas occidentales.

Mahsa declaró:

Creo que la mayoría de occidentales que vienen a Irán asumen que las iraníes, las musulmanas, son las mujeres más oprimidas del mundo, cosa que puede o no ser cierto. Lo que quiero decir es que, al asumir esto, todo lo que ven cuando están aquí parece confirmar esta creencia.

Ahora, desde que Jatamí es presidente, existe otro estereotipo, otra imagen, la de una joven con el velo suelto, mucho maquillaje y ropa ajustada. Casi se glorifica. Bueno, lo que estas chicas hacen sí que es importante; pero hacer como si fuera la mayor revolución social de la historia es otra cosa, porque no es el caso.

Y si los occidentales tienen una imagen positiva de las mujeres iraníes, es siempre de estas heroínas. Existen dos extremos: por una parte, las mujeres iraníes son víctimas pasivas; por otra, hay excepciones que rompen todas las normas sociales. Se olvida el término medio.

La pionera de Internet

Para muchos, la revista bilingüe Bad Jens fue todo un descubrimiento. Cuando comenzó a editarse, existían pocas fuentes en inglés de personas que vivieran y trabajasen en Irán. Mahsa y otros iraníes usaron Internet para crear un foro público que antes habría sido imposible por culpa de las leyes estrictas a las que están sujetos medios como revistas en papel o periódicos.

La red caló pronto en Irán, al abrir un espacio que luchaba contra la doctrina del gobierno y animaba al debate y a la opinión personal.

A principios de la década de los 2000, el farsi era el segundo idioma más usado de la red. Los blogueros iraníes eran todo un fenómeno. Un país de narradores había descubierto el formato en que escribir sus historias. Hablaban de todo: desde Harry Potter a la ley islámica y los derechos de la mujer. Las primeras palabras que se publicaron fueron reveladoras: los iraníes habían hallado una manera de conectar unos con otros a nivel personal y político, después de años de restricción. Un estudio sobre el uso de Internet en Irán elaborado en 2008 reveló que personas con diferentes ideologías debatían y coexistían. Se desarrollaban debates en los comentarios de los blogs. En su estudio Reformistas y activistas en Irán: los que sacan partido de Internet, Babak Rahimi y Elham Gheytanchi escribían:

El impacto de Internet en la política iraní recuerda al de otras tecnologías anteriores, como el telégrafo a finales del siglo XIX y el casette a mediados de los 70, que también crearon espacios sociales nuevos para la disidencia.

Bad Jens aportó artículos meditados, relatos de ficción y poemas.

En una entrevista en 2005 con ABC news, Mahsa declaró:

Puedes usar cualquier medio al que tengas acceso. Este es uno de los motivos por los que Internet es tan popular en Irán. Es un espacio independiente y relativamente accesible, o al menos relativamente poco controlado.

Nuestra conciencia

Para muchos defensores de los derechos humanos y de la mujer, Mahsa era una especie de conciencia. Creía en el poder de los pequeños cambios en el centro de la familia y de grupos sociales pequeños. Los cambios positivos permanecerían si naciesen en la familia y no se impusieran desde el exterior.

Vivió poniendo en práctica sus ideales de diversas formas, como amiga, madre y compañera. Por eso su pérdida es una tragedia para nosotros. Lo que su compañerismo nos dio fue más de lo que ella sabía o imaginaba: su trabajo como intelectual comprometida y defensora de derechos básicos iba más allá de lo profesional. Nos enseñó que los efectos de una vida dedicada a cambios pequeños podría tener un gran impacto y crear cambios duraderos.

No debería sorprendernos que los tributos a su memoria vengan de tantos puntos del mundo. Su gran inteligencia, calidad humana y espíritu generoso eran motivo de admiración. Nos mostró la mezcla justa de escepticismo, realismo y optimismo a la hora de crear proyectos y actuar.

Una de las biografías de Mahsa disponibles en la red dice:

[…] cuando no está ayudando a otros a ayudar a las mujeres iraníes, se dedica a cultivar en secreto las semillas del feminismo poscolonial entre sus compañeros, sin que ellos sospechen nada.

Mahsa Shekarloo fue una pionera de Internet, defensora de los derechos de la mujer y amiga. La echaremos de menos.

Publicado originalmente en Arseh Sevom.

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