Cuando los protocolos no importan

Cooper Waldvogel tiene tres años y muchas ganas de abrazar a su mamá, como cualquier niño de su edad. Pero Kathryn Waldvogel, la mamá de Cooper, tiene un trabajo que muchos podrían considerar no convencional para una madre de familia, pues es soldado de la 114 Compañía de la Guardia Nacional.

Los soldados de esa compañía acababan de regresar luego de nueve meses en Afganistán. Como manda el protocolo, todos estaban en estricta formación militar cuando Cooper salió corriendo de entre el público y saltó hacia los brazos de su madre. Los compañeros de la mujer no ocultaron las sonrisas, mientras permanecían en formación a la espera de la ordena de romper filas.

Conmovedor. Kathryn Waldvogel, de 25 años, dejó a uin lado su pose marcial para acurrucar a u hijo de tres años.

Este video de YouTube registra el preciso momento del encuentro entre madre e hijo:


 

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