Cómo la campaña para boicotear a McDonald’s en Gaza está afectando a algunos musulmanes en Malasia

McDonalds boycott protest in Terengganu, Malaysia. Photo from Facebook post of BradfordBoycott

Protestas del boicot a McDonalds en Terengganu, Malasia. Foto tomada del post de Facebook de BradfordBoycott

Varios grupo malasios han estado apoyando el movimiento “Boycott Israel”, campaña que apunta a compañías que aparentemente contribuyen con fondos a Israel. La campaña de boicot es una protesta contra las ofensivas militares en Gaza, las cuales han matado casi 2,000 palestinos, incluyendo a muchos civiles y niños inocentes.  

En Malasia, la cual es una nacion predominantemente musulmana, numerosos grupos han llamado a boicotear a McDonald’s, empresa acusada de dar fondos a Israel. McDonald's ha negado repetidamente estos cargos. Un boicot nacional a McDonald’s se organizó de manera exitosa el viernes pasado, pero también generó reacciones mixtas. 

La mayoría de cibernautas apoyó la idea de presionar a Israel para que detenga la ofensiva, pero algunos de ellos se mostraron escépticos con respecto a la efectividad de la campaña. Hubo también reacciones negativas a la protesta, las cuales se tornaron violentas cuando los manifestantes lanzaron piedras a algunos locales de McDonalds. Algunas sucursales fueron obligadas a cerrar mientras otras sufrieron pérdidas de hasta 80% de sus ganancias. 

Stephen Chew, el director de McDonald’s Malasia, escribió una emotiva carta sobre el impacto del boicot sobre sus empleados:

On behalf of the 12,000 employees at McDonald’s Malaysia, I am writing to make an appeal to all Malaysians to please stop hurting fellow Malaysians

Our staff which comprises of 95% Malaysians, among which 85% are Malays, have faced countless attacks ranging from personal harassment to public attacks.

Our staff in uniform have been publicly humiliated. Others were shunned by their peers when they went to the mosque. Even the children of our staff have been singled out in their schools, confused by warnings by some teachers not to go to McDonald’s.

We can understand peoples anger over the conflict in Gaza which has claimed thousands of innocent lives. But what we cannot accept is Malaysians venting out their anger at fellow Malaysians over what’s happening in Gaza.

En nombre de los 12 000 empleados de McDonalds Malasia, escribo para hacer un llamado a todos los malasios para que por favor dejen de lastimar a sus propios compatriotas.

Nuestro equipo, el cual está formado en un 95% por malasios (y de ellos 85% son malayos) han enfrentado incontables ataques, desde acoso personal hasta ataques en público.

Nuestro personal uniformado ha sido humillado en público. Otros han sido apartados por sus compañeros cuando asistieron a la mezquita. Incluso los hijos de algunos empleados han sido apartados en sus escuelas, confundidos por la advertencias hechas por sus maestros de que no se acerquen a McDonalds.

Podemos entender el enojo de la gente con respecto a la situación en Gaza, el cual ha reclamado miles de vidas inocentes. Pero lo que no podemos aceptar es que los malasios desahoguen su frustración con otros malasios sobre lo que está ocurriendo en Gaza.

McDonald’s Malasia ha ordenado remover los logos de la compañía de sus vehículos de entrega y algunos miembros del personal fueron advertidos de no vestir su uniforme en público. Un trabajador narró los ataques sufridos al sitio web Malaysiakini.com:

A few friends of mine have been called names and were insulted while delivering, especially while waiting at traffic lights.

Algunos de mis amigos recibieron insultos mientras hacían entregas, especialmente mientras esperaban en los semáforos.

Escribiendo para el medio Astro Awani, Zan Azlee argumentó que la campaña de boicot está afectando la economía malasia:

The question that has been playing in my head is, whether the boycott works in achieving the objective of pressurising the Israeli government.

At a micro level, the first people to suffer when such a boycott takes place are our own local people who rely on these organisations to earn a living.

To be honest, by refraining from buying burgers, fries and designer coffee, it just hurts us more than it does them.

La preguntando que tengo rondando en mi cabeza, es si el boicot está realmente funcionando en función de presionar al gobierno israelí.

En un nivel micro, las primeras personas en sufrir con dicho boicot son nuestro propios compatriotas que dependen de estas organizaciones para ganarse la vida.

Para ser honesto, abstenerse de comprar hamburguesas, papas fritas y café, nos afecta más a nosotros que a ellos.

V Shuman criticó las protestas violentas:

The way the fast food restaurant staff here are treated is as if they themselves brandished the machine guns and bombs that killed innocent Palestinians.

Most of these protestors hate the Israelis for one main reason – for being a big bully preying on civilians in Gaza.

In essence, the protestors are not much better for making life miserable for our own people. Who’s the big bully now?

La manera en que el personal del restaurante de comida rápida esta siendo tratado es como si fueran ellos mismos quienes manufacturasen las armas y bombas que han matados a palestinos inocentes.

La mayoría de estos manifestantes odian a los israelíes por una razón principal- por ser un bravucón abusando de los civiles en Gaza.

En esencia, quienes protestan no son mucho mejores por hacer miserable de la vida de nuestra propia gente. ¿Quien es el bravucón ahora?

Los organizadores del “Boycott McDonald’s Day” (Día de Boicot a McDonald’s) también condenaron los actos de violencia en algunas sucursales de McDonald’s, pero insistieron en que la protesta como un todo era necesaria y justa. Ashraf Wahab, uno de los líderes del movimiento, negó que la economía doméstica vaya a sufrir con el boicot:

Just because their share of customers shrink, it doesn’t mean the entire market shrinks too. The customers of their products will go to other products, either some local business or an international franchise. Our economy will still reap the benefits. Perhaps it’s our local business that are the ones that will profit the most.

Sólo porque su clientela haya disminuido, no significa que el mercado entero se esté encogiendo también. Sus clientes irán por otros productos, algunos de negocios locales o de una franquicia internacional. Nuestra economía igual va a ver los beneficios. Quizás nuestros negocios locales sean los que saquen más provecho a nivel de ganancias.

Existen diferentes puntos de vista con respecto al boicot, pero el sentimiento popular en Malasia es en favor de la retirada inmediata de las fuerzas israelíes en Gaza. Si el boicot no tiene éxito, ciertamente los activistas malasios continuarán organizando actividades y otras formas de hacer campaña para llamar al cese de las hostilidades en Gaza. 

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