En Hong Kong surge la «brigada de advertencia» contra la represión policial que sufren los manifestantes por la democracia

A police officer looks at the warning banners and doesn’t “seem to understand what they mean,” says Wong. Photo by Kitwa Ho with permission to use.

Un oficial de policía observa las pancartas de advertencia y no «parece captar el mensaje», dice Kacey Wong, el autor de la protesta artística. Foto de Kitwa Hoo usada con su permiso.

La policía de Hong Kong goza de gran prestigio entre sus habitantes debido a la baja tasa de criminalidad de la ciudad. Aún así, desde hace año y medio, dicha reputación ha bajado del 71% a un 54,5% [zh], debido en parte a la percepción popular de que ésta se ha convertido en un instrumento político en manos de los gobiernos de China y Hong Kong para reprimir las protestas pacíficas e interferir en la labor de los medios de comunicación durante la celebración de las mismas.

El artista y profesor auxiliar de la escuela de diseño de la Universidad Politécnica de Hong Kong, Kacey Wong, quiso hacer un llamamiento contra el abuso de poder, organizando lo que llamó la «brigada de advertencia de Hong Kong» una representación artística singular, realizada en la calle, en la concentración del 1 de julio a favor de la democracia .

La «brigada de advertencia» está formada por un grupo de personas disfrazadas de policía y portando pancartas al estilo de las que usa la policía de Hong Kong para advertir a los manifestantes. Las pancartas incluían mensajes tales como «Ama al partido» (haciendo alusión al Partido Comunista chino), «Comunista falso», «Estado unipartidista» (haciendo referencia al régimen de partido único de China), «Enrojecerse» (refiriéndose a la intrusión del régimen de China en Hong Kong), «Apropiación de tierras» (haciendo referencia al proyecto de desarrollo de adquisición de tierras en los nuevos territorios del noreste de la región) y «Corrupción».

A continuación se muestra un vídeo de la protesta:

A muchos ciudadanos de esta antigua colonia británica, les preocupa la creciente influencia de China en la ciudad. En la concentración del 1 de julio, los manifestantes exigieron la celebración de un verdadero referéndum democrático en el 2017 para elegir al próximo gobernador de la ciudad. Pekín ha prometido una votación directa, pero sin permitir que los hongkoneses puedan elegir libremente a los candidatos.

Si el gobierno de la ciudad no presenta una reforma sin candidatos previamente aprobados, se planea una ocupación pacífica del centro de la ciudad a finales de 2014. Tras la concentración del 1 de julio, el grupo realizó una sentada a modo de ensayo, en la cual más de 500 personas fueron detenidas [en].

Wong explicó la razón de la «brigada de advertencia» en una entrevista para Global Voices. Según él, «la policía tiende a hacer cumplir la ley de manera selectiva, y esto es algo que nos preocupa. Persiguen a los manifestantes pro democracia sin motivos concretos. Por ejemplo, arrestaron al conductor de una furgoneta que se utilizó en la manifestación del 1 de julio [en], junto a sus cuatro pasajeros. La policía argumentó que había violado una ordenanza sobre vehículos a motor en ralentí.

Sin embargo, a los manifestantes a favor de Pekín no se les trata de manera tan severa, incluso cuando actúan con violencia. En muchos casos, cuando éstos agredieron a los manifestantes a favor de la democracia [zh], fueron acusados de delitos menores de agresión y se les impuso una multa de unos pocos miles de dólares de Hong Kong. Sin embargo, los manifestantes pro democracia fueron acusados ​​de agresión contra la policía, daños criminales y concentración ilegal, con penas que pueden ser de varios meses de cárcel.

Estas medidas contra los manifestantes pacíficos reflejan el deseo de la policía de complacer a los gobiernos de Hong Kong y Pekín. Son ellos los que controlan a los agentes que se enfrentan a los manifestantes.

Estas presiones jerárquicas para hacer cumplir la ley de manera selectiva, no sólo afectarán a la moral de los agentes más jóvenes, sino que además conducirán, en algún momento, al colapso del sistema. Los casos recientes muestran que la agencia anti-corrupción de la ciudad y el consejo de denuncias a la policía ya no sirven para mantener al poder bajo control. En resumen, el abuso de poder y la represión autoritaria que vemos en la China continental no está muy lejos de la realidad de nuestra región.»

Las fotos de la «brigada de advertencia» [en] se hicieron virales en las redes sociales tras la concentración. «Se trata de una representación artística reivindicativa. Es lo más subversivo y provocador que he visto en Hong Kong», escribe Maureen Nienaber en Facebook [en].

Wong cree que las reacciones provocadas por la actuación reflejan la creciente tensión entre los ciudadanos y la policía: «El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Si el gobierno no gestiona como es debido la situación tan delicada en la que nos encontramos, podríamos enfrentarnos al colapso total del sistema.»

A pesar de la represión, muchos ciudadanos de Hong Kong están decididos a luchar por la plena democracia; la que se les prometió hace años, la que llevan esperando con tanta paciencia. Tal y como dice Wong:

¿Qué sentido tienen las quejas y los lamentos si no se actúa? ¿Por qué no combinar el arte y la política y llevar esta idea a la calle, por moralidad, justicia y libertad? A veces no se trata de ser persistente cuando se percibe la posibilidad de un cambio, sino que a consecuencia de persistir, es cuando el cambio se produce.

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