¿Están regresando los oscuros días de censura e intimidación a los medios en Serbia?

Serbian Prime Minister Aleksandar Vucic meets with German Chancellor Angela Merkel in Berlin, June 2014. Photo by Simone Kuhlmey, Demotix © (June 11, 2014).

El primer ministro serbio Aleksandar Vucic se reúne con la canciller alemana Angela Merkel en Berlín, junio de 2014. Foto de Simone Kuhlmey, Demotix © (11 de junio de 2014).

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El primer ministro de Serbia, Aleksandar Vučić, se ha desempeñado de manera estelar para los medios internacionales como el líder firme, estratégico pero justo que el país no ha tenido en las tres últimas décadas de giros y tumulto político.

Desde su designación para el cargo luego de las elecciones de marzo de 2014 he estado en los titulares por sus promesas de reformas muy necesarias en este pequeño aunque esperanzador mercado del sudeste de Europa, sus reuniones con importantes funcionarios de la Unión Europea y su manejo de los trabajos de ayda luego de las trágicas inundaciones en la región.

Sin embargo, lo que no ha tenido tantos titulares es el pasado de Vučić como introvertido adversario de los medios. Dice que ha aprendido de estos «errores políticos» [en], pero para los medios y periodistas del país, el nuevo Vučić se está empezando a parecer mucho al viejo Vučić.

Las autoridades serbias han retirado sitios web [en] que son críticos del gobierno de Vučić, como el sitio independiente de noticias y comentarios Peščanik. Otros medios de comunicación han recibido advertencias sobre su cobertura. Los usuarios de medios sociales y blogueros han sido interrogados por la policía.

Una audiencia mayor puede haberse dado cuenta de que no todo va bien con la libertad de expresión en Serbia cuando la Representante para la Libertad de los medios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Dunja Mijatović, expresó [en] recientemente la preocupación de su despacho por la tendencia del país a la censura en línea. Vučić exigió una disculpa pública [en], y la noticia fue recogida por muchos medios de comunicación en todo el mundo.

Mijatović y Vučić se reunieron después para discutir el problema, pero no se transmitió ninguna resolución concreta al público, además de una declaración similar de ambos lados de que las conversaciones habian sido «productivas». A los ojos del público en general -una pequeña pero clara victoria de relaciones públicas para Vučić.

Una historia complicada

Quienes viven y trabajan en Serbia, en particular en la industria de los medios, conocen muy bien cómo el actual primer ministro ha manejado estas situaciones con anterioridad. Además de su historia política -Vučić fue miembros del Partido Radical Serbio y asociado cercano durante mucho tiempo del criminal de guerra acusado Vojislav Šešelj antes de fundar y presidir su actual partido político, el Partido Progresista Serbio – ha tenido una historia larga y complicada con los medios y los periodistas en el país.

En 1998, durante el gobierno de Mirko Marjanović en el férreo régimen de Slobodan Milošević, un más joven y menos políticamente correcto Aleksandar Vučić fue designado ministro de Información. En esa época, el país estaba políticamente agitado. Desde fines de marzo hasta comienzos de junio de 1999, Serbia fue bombardada por fuerzas de la OTAN en respuesta a la limpieza étnica de albaneses kosovares durante la guerra en Kosovo. Se decretó el estado de emergencia en Serbia, con lo que se hizo fácil silenciar a los medios que eran críticos bajo la apariencia de proteger a la nación y su gente.

El periodo de Vučić como ministro terminó abruptamente con las elecciones de septiembre de 2000, cuyos resultados llevaron a la hoy histórica revolución del 5 de octubre en Serbia, que al final derrocó al régimen de Milošević.

Aunque solamente estuvo en el cargo durante dos años, Vučić aprovechó el tiempo al máximo. Impuso mayores multas de hasta varios cientos de miles de dólares para los medios de comunicación y periodistas que criticaban al gobierno a los políticos en sus cargos.

Vučić también fue el autor de una nueva Ley de Información que dio al gobierno el poder arbitrario de decidir qué declaraciones de medios  se consideraban fuente de peligro para el gobierno y la seguridad nacional, así como un poder casi absoluto para decidir cerrar cualquier medique no cumpliera con los imprecisos requisitos de la ley. También incluía una total prohibición a los canales de televisión extranjeros en el país.

La ley, a la que muchos calificaron de draconiana, fue aprobada por el Parlamento tras apenas una breve discusión.

Cuando se le preguntó al respecto en su momento, el entonces ministro Vučić sostuvo que no había medios independientes en Serbia. Un artículo de 1998 [sr] del semanario serbio NIN, disponible en su archivo en línea, ofrece una cita de su declaración:

S druge strane, Zakon stiti, kaze Vucic, teritorijalnu celovitost i integritet zemlje. «To sto se Madlen Olbrajt toliko sekira zbog naseg Zakona ili sto se on ne svidja Holbrukovoj zeni znaci da nam je Zakon veoma dobar.» […]

Posle donosenja novog Zakona o informisanju, veli Vucic, tzv. nezavisni mediji od sebe namerno prave zrtvu, jer «nezavisni mediji zapravo ne postoje, to je samo jedna politicka floskula koja bi trebalo da pokaze da su ti mediji nesto bolji i objektivniji od medija koji podrzavaju politiku vlade ove zemlje ili nacionalne interese ovog naroda».

De otro lado, la ley protege, dice Vučić, la entidad territorial e integridad del país. «Solamente porque Madeleine Albright se preocupa tanto por nuestra ley o porque la esposa de [Richard] Holbrook no le gusta, no quiere decir que nuestra ley no sea buena». […]

Después de que se aprobara la nueva Ley de Información, sostiene Vučić, los llamados medios independientes han estado haciéndose pasar por víctimas de manera deliberada, porque los «medios independientes en realidad no existen, son solamente un adorno de discurso político que debería indicar que esos medios de comunicacuión son mejores y más objetivos que los medios que apoyan la política del gobierno de este país o los intereses nacionales de su pueblo».

Periodistas y usuarios de internet en la mira

Aunque la ley no duró mucho, fue muy perjudicial. En el periodo del ministro de Información Vučić, periodistas y medios de comunicación soportaron duras penalidades financieras, campañas de desprestigio y hasta condenas de cárcel por sus reportajes.

Un artículo de la revista en línea Preko Ramena trató de recordarle esto a los lectores antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en 2012, donde el candidato del Partido Progresista Tomislav Nikolić fue elegido por encima del representante del Partido Democrático Boris Tadić. En el artículo [sr] titulado «La nación con la peor memoria del mundo», la autora Marija Dukić recordó:

Prema podacima Gordane Suše, koja je bila na čelu NUNS-a u vreme kad je Vučić bio ministar, vrednost kazni na koje su po hitnom postupku bili osuđeni Dnevni telegraf, Evropljanin, Danas, Glas javnosti, Blic, Studio B i mnogi drugi mediji, prelazi milion tadašnjih nemačkih maraka. U to vreme novinar Slavko Čuruvija je ubijen, pet novinara je osuđeno na zatvorske kazne, a oko 250 ih je bilo pozivano na informativne razgovore. Nekoliko dana pre Ćuruvijinog ubistva u dnevnom listu Politika ekspres on je optužen za „priželjkivanje bombi i izdaju”. Ništa sofisticiranije reči nisu koristili ni radikali, pa i Vučić, u skupštinskim nastupima na temu opozicionih novinara. Ova gebelsovska tehnika već neko vreme koristi se za stvaranje atmosfere u kojoj je lako ukloniti protivnike bez prevelikih empatija javnosti.

Según información de Gordana Suša, que era jefe de la Asociación de Periodistas Independientes de Serbia, mientras Vučić fue ministro el costo de las multas emitidas a lo largo de los procedimientos de emergencia para Dnevni Telegraf [Daily Telegraph], Evroplajnin [The European], Danas [Today], Glas Javnosti [Voice of the Public], Blic [Blitz], Studio B y muchos otros medios de comunicación sobrepasaron el millón de marcos alemanes en ese momento. En ese periodo, fue asesinado el periodista Slavko Ćuruvija, cinco periodistas fueron sentenciados a condenas en prisión y aproximadamente 250 de ellos fueron interrogados por la policía. Pocos días antes del asesinato de Ćuruvija, el diario Politika Express [manejado por el gobierno] lo acusó de «anhelar bombas y traición». Las palabras que usaron los Radicales, incluido Vučić, no fueron más sofisticadas, en las discusiones parlamentarias sobre el tema de periodistas de oposición. Esta técnica goebbelesca ha sido usada desde hace algún tiempo para crear una atmósfera en la que se descarta fácilmente a los oponentes, sin demasiada empatía por parte del público.

Vučić parece estar reviviendo este enfoque de finales de los 90 a los medios serbios en 2014. Sin embargo, una diferencia clave es haber agregado internet.

Durante su periodo como ministro, los proveedores de internet estaban empezando a entrar al mercado en Serbia y la región, para que pudiera ser dejado de lado como amenaza al fuerte control del gobierno sobre cualquier crítica pública independiente. Pero ahora, internet, blogs y redes sociales en particular son una espina masiva, infectada al lado de su imagen como un líder reformado, abierto, proeuropeo y políticamente correcto.

Como muchos profesionales de las comunicaciones han señalado, uno de los mayores errores de Milošević, y que tal vez fue fundamental en su caída, fue su visión de internet como otra fuente de entretenimiento barato para mantener divertida y contenta al insatisfecho pueblo de Serbia.

Su colaborador y ahora primer ministro Vučić parece seguir negándose a entender el rol que la World Wide Web tiene en las modernas sociedades democráticas. Ha hecho varios intentos relativamente chapuceros para silenciar a los usuarios de internet y a los medios en línea del país, desde retirar videos satíricos de YouTube durante su campaña preelectoral, hasta cerrar sitios web críticos de su gobierno. Sin embargo, los videos de YouTube y artículos en estos sitios web solamente parecen multiplicarse y ganar popularidad cuando el equipo de comunicaciones digitales del Partido Progresista los retira.

Una batalla por la libre expresión

Desde que abandonó el muy nacionalista Partido Radical Serbio, Vučić se ha presentado como el proeuropeo, comprensivo y reformista contemporáneo que muchos dicen que Serbia requiere para completar su ya largo camino de (re)unirse a la familia europea.

Sin embargo, las devastadoras inundaciones en la región han puesto una mancha en esa reputación ciudadosamente labrada. Durante y después de las inundaciones, muchos han sido abiertos en mencionar que Vučić y su gobierno han sido ineptos en enviar ayuda para las zonas del país que la necesitaban.

La respuesta del gobierno de Vučić, inesperada en un país democrático en el año 2014, fue emitir advertencias a los medios de comunicación que criticaban los trabajos de rescate del gobierno, cerrar sitios web y citar a los usuarios de medios sociales y blogueros para interrogatorios policiales. Esto se ha convertido en algo frecuente en Serbia y muchos se preguntan qué vendrá después.

Mientras las lluvias siguen cayendo solamente un mes después de las inundaciones que dejaron a un tercio de ciudades y pueblos del país en ruinas, una batalla por la libertad de expresión entre los medios y el gobierno de Serbia pende en el aire.

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