México: ¿Quién es un “mirrey”?

Lobuki

La perfección de una lobuki. Tomado de la página de Facebook Yo soy un mirrey.

En los últimos meses ha cobrado auge en México el término “mirrey” para referirse a un estilo de vida particular y fácilmente identificable.

México es un país con una evidente desigualdad económica y social, en el que no sólo vive sino prospera Carlos Slim, el conocido magnate de las telecomunicaciones y uno de los hombres más ricos del planeta, mientras que prácticamente la mitad de la población (45%) se encuentra en situación de pobreza. La información oficial detalla que 11.5 millones de personas viven en pobreza extrema.

Pero nada de eso parece ser obstáculo para que los “mirreyes” existan y se multipliquen. El estilo de vida “mirrey” probablemente pueda ser comparado al de las celebridades de la cultura popular del mundo occidental, basados en el glamour, el consumismo, el exceso (o una aspiración desmedida hacia ellos) y el despotismo. Se trata quizás de una apología al clasismo, profundamente arraigado en el país, al que se ha referido la investigadora Beatriz Urías:

La discriminación racial en México rebasa la cuestión indígena. En la vida social ordinaria circulan y se articulan estereotipos que atañen un abanico de posibilidades fenotípicas asociadas a fenómenos de marginación, pobreza y carencia de oportunidades.

Muy diversos grupos son estigmatizados no sólo por ser mestizos más cercanos a lo indio que a lo español, sino también por encontrarse en los márgenes de la cultura dominante; es decir, además de los matices de la piel o la forma de las facciones, la exclusión pone en entredicho la manera de hablar, el nivel educativo y el manejo de códigos culturales. En México, el racismo y el clasismo se acompañan.

El estilo “mirrey” fue incluso llevado a la pantalla grande en 2013 con la obra cinematográfica “Nosotros los nobles”, que se convirtió en la película mexicana más taquillera de todos los tiempos. El personaje de Javier «Javi» Noble es el que encarna la imagen del “mirrey” en la obra en cuestión.

Detentar el estilo “mirrey” o aspirar a él es algo que ha ocupado innumerables espacios en blogs y sitios web de entretenimiento. Tal es el caso de El Deforma, que se dio a la tarea de emitir un listado de recomendaciones para lograrlo:

Si te cuesta trabajo integrarte a la clase alta de México, sigue estos sencillos pasos:

1.- Siempre usa camisa, sin importar que estés en traje de baño o en pijama, y procura abrirte al menos 3 botones (el clima tampoco debe afectarte), es importante que tengas más escote que tu novia (mejor conocida como lobuki)

2.- Cuando hables de tus padres con otras personas, refiérete a ellos como “mi pa y mi ma”

3.- Menciona constantemente la cantidad de dinero que tienes y lo bien que se siente tener dinero (aunque no tengas)

4.- Refiérete a tus amigos con alguno de los siguientes nombres: Papaloy, Mirrey, Mirrey Midas, Milord, Papagallo, Papawh, etc.

5.- Utiliza un tono de voz muy fuerte en lugares donde se debe guardar silencia como el cine (para demostrar que tu puedes todo)

6.- Di que juegas golf aunque no tengas idea de como

7.- Dile a los meseros “capi” y a las meseras “reina”

8.- Agrega el sufijo ‘uki’ o ‘irri’ a todas las palabras que puedas (Ej. Playeruki, lobuki, peluki, fiestirri, besirri, onduki, fotirri etc.)

En días pasados, Sopitas compartió un polémico video en el que se exhibían los excesos del estilo “mirrey”, comentando lo siguiente:

Entonces nos topamos con un video del Instituto Cumbres, anunciando la próxima y elegante graduación de su generación 2014. Lo vimos y todavía no sabemos cómo sentirnos al respecto. En las imágenes, vemos a varios mirreyes alumnos del Cumbres viviendo una vida de lujos y oropel, y poniéndose bien papalords para la pachanga con la que festejarán el final de sus estudios.

El instituto Cumbres es un centro de estudios religioso exclusivo para hombres, con alumnos de clase social media-alta o alta.

La vida “mirrey” de abusos y clasismo no es exclusiva de la juventud y ha llevado a diversos incidentes en poco tiempo, que han sido ampliamente divulgados y comentados en redes sociales. Ejemplos de esto se pueden encontrar en Twitter con las etiquetas #LadyProfeco #LadySenadora y #Sacal (éste último en referencia al caso de la agresión cometida por Moisés Sacal).

El politólogo Ricardo Raphael se ha referido así a los “mirreyes” mexicanos:

En el país donde nacieron el esfuerzo vale poco y el dinero lo es prácticamente todo. Los síntomas de la pobreza intelectual que predominan en la élite mexicana son inocultables.

En una segunda entrega sobre el mismo tema, Ricardo Raphael cuestiona:

¿Por qué los hijos de la élite mexicana se permiten el exceso? ¿Por qué su arrogancia y su indolencia? ¿Por qué su distancia con el resto? ¿Por qué su mediocridad?

(…)

¿Por qué, de todas las desigualdades que imperan en México, resulta más ofensiva la que se expresa en el comportamiento de estos jóvenes? No es fácil responder a esta pregunta y sin embargo vale la pena intentarlo. Una primera hipótesis: porque al resto de los mexicanos nos apena -nos duele- la asimetría. En cambio entre la élite que vive en el Penthouse nacional no hay vergüenza. Ellos suponen que su riqueza la obtuvieron por derecho propio (un resabio de lo que en la era feudal se llamaba derecho divino).

Algunos usuarios en Twitter presumen de detentar el estilo “mirrey”, como Luis Fernando (@SoyFernie), quien compartió que estaba instruyendo a su conductor sobre el “idioma mirrey”:

Aparentar o disfrutrar del estilo de vida “mirrey” en México (una nación que no se caracteriza por su riqueza financiera) es entonces una conducta digna del análisis, que genera reacciones diversas entre la comunidad y que evidencia el clasismo de la sociedad.

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