Venezuela: Diálogos sobre el diálogo

Después de dos meses de incesantes movimientos de calle marcados por la violencia y la muerte de numerosos estudiantes, la crisis venezolana vio finalmente un ensayo de diálogo entre el gobierno y los opositores. El encuentro fue transmitido en cadena nacional y fue intensamente comentado en las redes sociales. Allí se compartieron distintas partes del debate y se ampliaron las ideas que rodean la crisis política y social de Venezuela. Sin embargo, en la gran mayoría de estas conversaciones se lee entre líneas una gran incertidumbre por el futuro y una pregunta aún abierta frente a los conflictos entre bandos políticos y la situación económica compartida por todos.

En Twitter, la etiqueta #DiálogoVenezuela sigue en aumento con distintas opiniones y más preguntas se pueden encontrar en #PreguntasSobreElDebate.

Caracas1

Intentos de dialogo entre estudiantes y policias. Derechos reservados Demotix (15 de febrero de 2014).

Marleny Martinez responde a las críticas hechas a la oposición, en las que suele acusárseles de golpistas o de ultraderechistas:

Al mismo tiempo, Ángel David Sardi ve el debate como un juego sin mucho sentido:

Andrea Bernal, por su parte, subraya la ausencia de mediadores objetivos que puedan llevar una especia de hilo conductor en medio de la discusión:

A manera de crítica, Gustavo Mavare señala el error de los voceros del gobierno en insistir en los logros de los primeros años del gobierno de Hugo Chávez:

Mientras tanto, Patricia Gutiérrez desconfía de las intenciones de diálogo del gobierno:

De modo más reflexivo y analítico, Nicmer Evans, en su post Diálogo y Conciliación apunta a los avances logrados por el diálogo y enumera algunos de los aspectos clave detrás de la organización y los resultados de las conversaciones

El diálogo como práctica política no es sólo una alternativa, sino el instrumento fundamental de su práctica en una sociedad global donde la democracia se ha asumido como el sistema universal que rige las relaciones humanas.

En Venezuela, el diálogo entre sectores fuertemente polarizados en principio por concepciones ideológicas, pero hoy más que nunca, por intereses de poder, se plantea como «una necesidad», posterior a dos meses de violencia urbana

Asimismo, el bloguero analiza lo que puede verse en el trasfondo para ambos lados:

La convocatoria y aceptación del diálogo por parte del gobierno es visto por algunos sectores radicales del proceso revolucionario como un síntoma de debilidad […].

De igual manera, dentro de la oposición, la aceptación al diálogo sólo es reconocida por aquel sector que aunque no ha cuestionado las acciones violentas en las calles de diversas ciudades del país, no han convocado a las mismas .

Y sobre el proceso de diálogo en sí mismo y el rol de los bandos más extremos, dice:

[…] debe ser manejado con la prudencia necesaria y con el discurso más favorable para generar la inclusión, no sólo de los moderados sino de los radicales, excluyendo a los extremistas violentos, para obligarlos a ceder.

Cualquier asomo de un gobierno de conciliación activaría al sector extremista del chavismo, colocando a Venezuela en un abismo que generaría satisfacción sólo a aquellos sectores que responden a intereses trasnacionales. Pero, aún sin un gobierno de conciliación, la pérdida de las conquistas sociales logradas en el gobierno de Chávez, basadas en una más justa distribución de la renta petrolera, sería otro detonante pero ahora de un conflicto social.

También de modo analítico, Luis Vicente León publica en el portal Prodavinci sus opiniones acerca del papel que jugaron los representantes de ambos grupos políticos y de los resultados de este intercambio:

¿Qué se ganó? Aunque es muy temprano para proyectar el futuro de estas reuniones y estamos en una fase todavía muy incipiente, se abrió un espacio del tipo de diálogo político que es natural en cualquier dinámica democrática del mundo y que en Venezuela, hasta ayer, era inexistente

El gobierno se presenta a la reunión unido y organizado. Más allá de las múltiples diferencias internas que tienen, el riesgo externo de la oposición en la calle los unifica. En el caso opositor el tema se complica. El conflicto la divide entre moderados y radicales y, además, entre políticos y estudiantes. Nadie individualmente representa a toda la oposición ni puede garantizar el fin del conflicto con un acuerdo de su parte.

Y finalmente, comenta:

Es evidente que aunque todos son importantes en el diálogo, el éxito o fracaso del mismo pasa por lo que Maduro esté dispuesto a hacer para rescatar el equilibrio del país. Y al gobierno le sobraban oportunidades antes del debate de ayer.

Las horas de debate que mantuvieron a la mayoría de los venezolanos, dentro y fuera del país, frente a sus pantallas de televisión y de sus computadoras siguen generando respuestas. Algunas de ellas llenas de desconfianza, otras esperanzadas por ver una puerta de conciliación abrirse después de más de una década de conflicto entre posturas políticas y clases sociales. Las intervenciones, en su totalidad, pueden verse en el portal Albaciudad.org y más comentarios al respecto puede escucharse en el HangOut político de los blogueros Luis Carlos Díaz y Naky Soto, en el que se comentan las intervenciones y sus posibles implicaciones.

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