Ampliación del Canal de Panamá enfrenta un nuevo reto

Canal de Panamá. Foto compartida en Flickr por el usuario dsasso, bajo una licencia Creative Commons (CC BY-SA 2.0)

Canal de Panamá. Foto compartida en Flickr por el usuario dsasso, bajo una licencia Creative Commons (CC BY-SA 2.0)

La empresa encargada de la ampliación del Canal de Panamá ha amenazado con detener las obras exigiendo un pago multimillonario por sobrecostos que la autoridad del Canal de Panamá se niega a pagar.

El Canal de Panamá, inaugurado el 15 de agosto de 1914, es una de las obras de ingeniería más importantes a nivel mundial y el motor que mueve la economía de Panamá. Con el aumento del comercio y del tamaño de los barcos, fue necesario pensar en ampliar la vía interoceánica. Así fue como el 24 de abril de 2006, mediante un referéndum nacional, los panameños votaron con una aprobación del 76,8% a favor de ampliar el canal.

Panamá presupuestó la ampliación en US$5,25 mil millones, lo cual incluía el tercer juego de esclusas y también una serie de puertos y otras interconexiones necesarias para el nuevo tamaño de la vía.

El contrato para construir el tercer juego de esclusas fue otorgado por licitación a GUPC (Grupo Unidos por el Canal), una multinacional compuesta por Sacyr Vallehermoso de España, Impregilo de Italia, Jan De Nul de Bélgica, y Constructora Urbana SA (CUSA) de Panamá. 

GUPC ganó con la oferta más baja, US$3 mil 118 millones. La oferta era más baja que el precio de referencia establecido por la Autoridad del Canal de Panamá (ACP)

Según los cables de la Embajada de Estados Unidos en Panamá difundidos por Wikileaks, la estadounidense Bechtel (competidora en la licitación) advirtió que la oferta de Sacyr, líder de GUPC, no daba ni para poner el hormigón, lo que llevaría a renegociar el contrato.

Como si de una profecía se tratase, el 1 de enero de 2014, GUPC reclamó a la autoridad del Canal un pago de 1,600 millones de dólares y amenazó con suspender las obras de construcción si no se recibía el pago o se renegociaba el contrato en 20 días.

La ACP se ha aferrado al contrato y ha pedido a GUPC que haga lo mismo y termine la construcción dentro de los términos establecidos. El grupo aduce como sobrecostos los 1,600 millones de dólares y culpa a la ACP por proporcionarle información incompleta y exigir uso de materiales fuera del presupuesto, según información de El País.

La ACP se ha mostrado confiada de poder terminar ella misma la ampliación si el GUPC decidiera retirarse definitivamente. La Nación reporta que el Canal De Panamá ha asegurado la obra por 600 millones de dólares, lo cual le permitiría terminar la obra (más la diferencia aún no pagada al GUPC).

El mismo medio también nos cuenta: «La práctica de Sacyr y de Impregilo admitida en España e Italia, de suscribir contratos a bajo perfil para después elevarlos con adendas y sobrecostos presuntamente imprevistos, no funcionó esta vez y les ha sido imposible viciar el contrato sacando de sus límites el reclamo de mil 600 millones de dólares».

En una entrevista concedida a El País, el administrador del Canal, el panameño Jorge Quijano, se mostró molesto con GUPC:

Panamá le ha abierto a los españoles una oportunidad de hacer negocio cuando allá (en España) no tienen negocios. A los italianos también, y a los belgas. ¡Y así es como nos pagan! ¿Cómo creen que nos sentimos como panameños? Definitivamente piensan que todavía tenemos el plumero en la cabeza y que nos están llevando a una esquina y nos van a dar nuestro brazo a torcer, porque ellos siendo empresas constructoras de gran mundo van a poder torcernos el brazo porque creen que tenemos miedo de que no vayamos a poder completar la obra o que nos pudiera costar más con otro. Puede que nos cueste un poco más terminar la obra con otro, no lo sabemos. Depende de cómo lo administremos. Tenemos un buen plan de ejecución que si se puede dar, esta obra la podremos completar sin mayor gasto adicional.

La reacción en las redes sociales no se ha hecho esperar y va desde los que culpan a la empresa española de ser abusiva hasta aquellos que pregonan el infaltable «yo se los dije».

Alfredo Mota, por ejemplo, tuitea una fotografía de un articulo del diario español El Mundo y tilda a las empresas de arrogantes:

Teresa Yaniz de Arias advierte que, de la misma forma que los panameños lucharon una vez por el canal, volverán a hacerlo para defenderlo de intereses ajenos:

El caricaturista Hilde comparte una imagen donde se compara el saqueo realizado a los habitantes originales de Latinoamérica por parte de los colonizadores europeos con los intentos de las empresas del mismo continente de obtener más dinero del acordado:

El blog Mira en Panamá comparte un escrito del periodista español Paco Gomez Nadal donde este aduce saber de antemano que estas demoras y exigencias de dinero iban a ocurrir y lo compara con otras obras del gobierno:

Es casi hilarante ver ahora cómo algunos se rasgan las vestiduras. Lo que está ocurriendo con el Grupo Unidos por el Canal ya lo sabíamos. Martinelli, que ahora interfiere y rofea para mostrarse como la salvaguarda de los intereses del país, no ha tenido ningún problema en multiplicar por 2.5 los costos iniciales de su proyecto insignia (el Metro), ni parece muy asustado por el incremento en los precios iniciales establecidos para la construcción de hospitales, ni tembló en adjudicar a dedo la cinta costera o las ampliaciones de la vía Tocumen o de la autopista Arraiján-La Chorrera a precios por kilómetro que marean a cualquier ingeniero menesteroso. Su preocupación por Sacyr, como mínimo, es sospechosa.

En los comentarios vertidos en los periódicos se puede leer el del usuario con el sobrenombre «La Verdad», quien comenta en la noticia del diario La Prensa:

DEJA VU!!! Otro país europeo fracasa estrepitosamente en Panamá. Francia y España hermanados en el fracaso. El Canal de Panamá es la tumba de estos dos wannabes. Llamen al Tío Sam para que resuelva una vez más. Obama, el Teddy Roosevelt del siglo 21.

Lo cierto es que el tema tiene a los panameños en vilo esperando la resolución al conflicto que ha paralizado la obra que prometía catapultar de una vez por todas la economía del país.

Mientras la ACP y GUPC discuten al respecto, el presidente de Sacyr ha asegurado que pretenden terminar la ampliación: “Sacyr no va a abandonar el proyecto, las obras van a continuar y van a acabar, porque no contemplamos otro escenario que el del acuerdo”

A siete días de que se cumpla el plazo dado por GUPC, las conversaciones parecen estancadas.

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