300 terremotos frente a la costa catalana remecen la red

Imagen promocional del Proyecto Castor en la página web de la iniciativa.

Más de 300 microterremotos han removido el suelo en el norte de la Comunidad de Valencia y el sur de Cataluña en los últimos días. Los sismos podrían tener relación con la inyección de gas que se ha iniciado en un almacén subterráneo que se encuentra ante la costa de estos territorios, conocido como Proyecto Castor [en].

El gobierno español ha paralizado la inyección de gas, iniciada hace unas semanas, hasta que los informes técnicos no aclaren el asunto. La empresa niega que la inyección haya causado los sismos, pero sectores ecologistas y políticos ven una relación directa y movimientos vecinales e internautas han empezado a denunciar la situación en la red usando la etiqueta #projectecastor [Proyecto Castor] en Twitter.

El Proyecto Castor aprovecha un pozo petrolífero a 1.750 metros de profundidad para almacenar gas suficiente para satisfacer hasta un tercio de la demanda en España. El proyecto, que ha costado 1.300 millones de euros, se otorgó por concesión a la Unión Temporal de Empresas (UTE) entre la canadiense CLP (30%) y la española ACS (70%), la constructora presidida por Florentino Pérez, que también preside el club de fútbol Real Madrid.

A pesar de que el movimiento contra el proyecto surge con fuerza después de los sismos que pueden estar vinculados, algunos movimientos ecologistas y políticos hace tiempo que advierten de las amenazas que conlleva. En su blog, el europarlamentario ecosocialista Raül Romeva recuerda [ca] que la preocupación por este almacén de gas viene de lejos:

Potser hi ha qui s’ha sorprès amb les recents notícies relacionades amb els moviments sísmics que han tingut lloc a la costa, davant de Vinaròs, relacionats amb la planta d'emmagatzematge de gas, més coneguda com a Projecte Castor. No obstant, cal recordar que fa molt de temps que molta gent ens ve advertint dels riscos vinculats a aquesta mena d’explotacions, i que han fet arribar a les diferents institucions les seves preocupacions.

Quizás hay quien se ha sorprendido con las noticias recientes relacionadas con los movimientos sísmicos que han tenido lugar en la costa, delante de Vinaròs, relacionados con la planta de almacenaje de gas, más conocida como Proyecto Castor. A pesar de todo, tenemos que recordar que hace mucho tiempo, mucha gente nos viene advirtiendo de los riesgos vinculados a este tipo de explotaciones, y que han hecho llegar a las diferentes instituciones sus preocupaciones.

En Twitter, Juan López de Uralde, miembro del movimiento político y social EQUO, advierte de las consecuencias que puede traer un proyecto como el de Castor y critica la política energética española:

@juralde
Atentos a #Castor en la costa mediterránea. Pone de manifiesto la absurda política energética española: apoyo al gas y castigo a renovables.

La situación en los pueblos afectados por los terremotos ha hecho que algunos alcaldes se opusieran al proyecto, tal y como anuncia en este tuit la Plataforma pel Sénia:

Marcelino Domingo, alcalde del PP de Benicarló, anuncia al seu perfil de FB q demanarà la paralització i desmantellament del #ProjecteCastor

Marcelino Domingo, alcalde del PP de Benicarló, anuncia en su perfil de FB que demandará la paralización y desmantelamiento del #ProjecteCastor

En una entrevista en el portal Vilaweb [ca], Lluc Ulldemolins, de la Plataforma en Defensa de las Tierras del Sénia, muestra sus temores ante la incertidumbre por el origen de los sismos, que siguen a pesar de que el gobierno español asegura que la inyección de gas se ha paralizado:

—Sí, l'empresa diu que ja no injecta gas, però els terratrèmols han agafat més intensitat. I això encara és més preocupant. Si sabéssim que hi ha terratrèmols perquè s'injecta gas, tindríem la causa controlada. Però si és cert que l'empresa ho ha aturat, i amb tot i això els terratrèmols continuen, és que la situació és més complicada que no ens podíem imaginar. A qui ens hem de creure? Realment preferiríem que fos l'empresa que mentís, no per donar-li la culpa, sinó perquè almenys sabríem la raó dels moviments sísmics.

—Sí, la empresa dice que ya no inyecta gas, pero los terremotos se han vuelto más intensos. Y esto es todavía más preocupante. Si supiéramos que hay terremotos porque se inyecta gas, tendríamos la causa controlada. Pero si es cierto que la empresa lo ha paralizado, y a pesar de todo siguen los terremotos, es que la situación es más complicada de lo que podíamos imaginar. ¿A quién debemos creer? Realmente preferiríamos que fuese la empresa la que mintiera, no para echarle la culpa, sino para al menos conocer la razón de los movimientos sísmicos.

Mientras la indignación y el temor crece entre la población, la empresa, según algunas informaciones de prensa, ya ha empezado a hacer gestiones para deshacerse de la concesión y cobrar una indemnización. La empresa tiene el derecho de revertir la concesión al Estado y recibir el valor neto contable como indemnización ya que el proyecto lo promueve el Ministerio de Industria.

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