Arrestan a editor marroquí por cobertura de vídeo terrorista

View on the medina of Casablanca in Morocco. Photo by Pawel Ryszawa via Wikimedia Commons (CC BY-SA 2.0)

La medina [barrio] de Casablanca en Marruecos. Foto de Pawel Ryszawa vía Wikimedia Commons (CC BY-SA 2.0)

La versión original de este post apareció en el blog Deeplinks [en] de Electronic Frontier Foundation.

En los últimos años, Marruecos ha hecho grandes avances en el aumento del acceso a internet para sus 32,5 millones de ciudadanos. Entre 2008 y 2013, su población de usuarios en internet se incrementó de 10,2 millones a 17,8 millones, alentando el crecimiento en el sector de tecnologías de la información y la comunicación de Marruecos [en]. El gobierno marroquí ha invertido recursos significativos en el aumento del acceso a internet en escuelas y la expansión de las plataformas de gobierno electrónico. Recientemente, marroquíes iracundos por el indulto monárquico de un pedófilo convicto logró el apoyo masivo a una campaña en línea [en] que culminó con las autoridades revocando el indulto y arrestando nuevamente al perpetrador. Esta ha sido citada como la primera campaña digital exitosa de su clase en el país.

Desafortunadamente y a pesar de haber retirado reiteradamente los filtros en la web, el gobierno marroquí también ha invertido recursos en poner el foco sobre periodistas y disidentes. El año pasado se observó un aumento en los arrestos a usuarios de medios sociales [en], mientras que recientemente un periodista fue acusado por el delito de difamación [en] por un reporte sobre la corrupción gubernamental que avergonzó a un ministro de alto nivel.

La semana pasada, otro periodista fue arrestado luego de reportar sobre fuerzas que han sido críticas del gobierno marroquí. Ali Anouzla, editor de la edición árabe del sitio digital de noticias Lakome —que también cofundó, fue detenido sin cargos el martes 24 en conexión con un artículo publicado por el sitio web el 13 de julio que comentaba sobre un vídeo en YouTube presuntamente publicado por Al-Qaeda del Magreb Islámico (AQIM). Aunque el artículo en Lakome no vincula directamente el vídeo, hace referencia a un artículo en El País que sí contiene dicho enlace.

El vídeo, que fue eliminado de YouTube por solicitud de las autoridades marroquíes [ar], criticaba al Rey de Marruecos y pedía a la juventud comprometerse con la yihad. Según el Comité para la Protección de Periodistas [en], el Fiscal General de Marruecos dijo que la publicación de amenazas de Al-Qaeda era una acción delictiva y que las víctimas de los ataques terroristas en el país habían solicitado una investigación a varias publicaciones que enlazaron o publicaron el vídeo.

De acuerdo a las fuentes en el país, Anouzla está retenido en Casablanca y hasta ahora se le ha impedido reunirse con su abogado. Un informe de Amnistía Internacional afirmó [en] que sus abogados habían recibido la autorización de visitarlo la semana pasada. El Código Penal de Marruecos permite a las autoridades retener a los sospechosos de casos relacionados con terrorismo en detención previa a la acusación por hasta doce días y permite que el contacto con los abogados del sospechoso sea denegado por hasta seis días.

El 18 de septiembre, más de doscientas personas participaron en una manifestación frente a la brigada de la policía judicial exigiendo por la libertad de expresión y la liberación de Ali Anouzla.

Una excusa conveniente

La historia reciente en Marruecos no ha visto una disminución de incidentes como este, donde las autoridades abordan a un periodista o publicación por un delito menor para silenciarlos. En 2007, la vanguardista revista de noticias Nichane fue prohibida por dos meses por publicar un compendio de chistes populares marroquíes, algunos de los cuales las autoridades estimaron eran insultos a la monarquía. Y en 2009, el sitio de noticias Akhbar Al-Youm fue bloqueado [en] luego de publicar una caricatura considerada un insulto a la bandera nacional, sus editores fueron acusados de “profanar la bandera nacional” y “no mostrar sumisión hacia el Príncipe”. Pero quizás el caso más famoso es el de Ahmed Benchemsi, creador de Nichane y exeditor de TelQuel, quien eligió el autoexilio en lugar de la muerte de su revista [en].

Aunque el gobierno ha cerrado exitosamente durante años numerosas publicaciones tradicionales, ha tenido menos suerte silenciando medios digitales. En una entrevista en 2012 de Lakome al cofundador y aclamado periodista Aboubakr Jamaï, la entrevistadora Hasna Ankal abordó de frente este problema [en], preguntando a Jamaï acerca del rol de la prensa electrónica en Marruecos. Jamaï respondió:

No es fácil ser periodista en Marruecos. Según el Índice de Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras, la libertad de prensa [sic] en este país se ha deteriorado. La detención del periodista Rachid Nini [en] causó daños a la reputación de Marruecos como uno de los países más liberales de la región. Aunque la nueva Constitución prometía mayores libertades para los medios, así como mayor libertad de espreción. Pero para Jamaï la única libertad que queda está en línea.

Lakome, que aloja su sitio en servidores en Canadá, se ha aliado al movimiento 20 de febrero [en] promoviendo la democracia, la libertad de expresión y otros valores liberales y es entonces blanco fácil del gobierno marroquí. Además, algunos han citado el «excelente» reportaje de Anouzla sobre #DanielGate —la campaña reciente que vio al monarca revocar su indulto a un pedófilo convicto— como una posible razón para su persecusión.

Junto con nuestros colegas en Electronic Frontier Foundation, Global Voices Advocacy ve el arresto de Anouzla como otro intento del gobierno marroquí de silenciar las voces críticas e independientes en línea. Exigimos a las autoridades sostener sus compromisos con los acuerdos internacionales de derechos humanos, permitiendo a Anouzla el acceso inmediato a sus abogados y disuadirlas de presentar cargos en su contra.

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