España: ¿mujeres militares represaliadas por prejuicios sexistas?

Mujeres militares durante un acto en la base de El Goloso (Madrid) en 2006. Foto de la web laicismo.org.

Mujeres militares durante un acto en la base de El Goloso (Madrid) en 2006. Foto de la web laicismo.org.

En los últimos días se han conocido dos noticias relacionadas con la situación de las mujeres en el ejército español que inducen a pensar que después de 25 años de integración en las fuerzas armadas, las mujeres siguen sufriendo el rechazo de sus superiores.

La primera historia es la de la capitana Zaida Cantero, que denunció al coronel José de Lezcano-Mújica por acoso sexual, y tras muchas vicisitudes consiguió que el Tribunal Supremo lo condenara a dos años y 10 meses de prisión. A partir de ese momento, la brillante carrera de la capitana comenzó a caer en picado, e incluso se le abrió un proceso en un juzgado militar por una falta aparentemente banal:

un juzgado togado militar de Madrid ha abierto diligencias contra ella por un presunto delito de deslealtad, que el Código Penal Militar castiga con penas de hasta seis años de prisión. Se la acusa de haber “manipulado” las fechas en la solicitud de permiso que presentó mientras estaba en el curso de ascenso a comandante.

Aunque la jueza militar archivó el caso por considerar que dicha alteración no revestía importancia, el ministerio de Defensa ha aplicado la vía disciplinaria y la ha expedientado. Ahora podría ser castigada con hasta dos meses de arresto en un centro disciplinario. El caso es doblemente injusto, porque como informa El País,

La capitán Zaida Cantero con varios compañeros en unas maniobras conjuntas en Alemania. Foto de la web diariomilitar.es.

La capitana Zaida Cantero con varios compañeros en unas maniobras conjuntas en Alemania. Foto de la web diariomilitar.es.

Cantero ha sido expedientada a partir de un auto de archivo que, al no haberse celebrado juicio, no puede darse como un hecho probado. En cambio, no se actuó tras la sentencia del Tribunal Militar Central que señalaba a una serie de mandos como cómplices del coronel abusador.

El segundo caso es el de la soldado Silvia Ruiz, que padece cáncer de mama, y cuyo contrato no fue renovado por absentismo laboral y por el informe negativo de un capitán:

El capitán al mando en su compañía de entonces ordenó su arresto hasta tres veces, la última de ellas fue de 14 días por haberse negado a realizar los ejercicios aduciendo que fingió una lesión el día que sintió el dolor en el pecho. Posteriormente, este capitán elaboró el informe negativo del que se ha valido el Ejército para justificar su expulsión.

La madre de Silvia ha iniciado una petición en change.org para solicitar al ministro de defensa la readmisión de la soldado en las fuerzas armadas que ya ha alcanzado más de 50 000 firmas.

Irene Lozano, portavoz de Defensa de Unión Progreso y Democracia (UPyD) pidió la revisión parlamentaria de la Ley del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, poniendo como ejemplo el caso de la capitana Cantero, que calificó de «sangrante»:

Se utiliza el régimen disciplinario contra ella, transmitiendo el mensaje de que no se puede acusar ni condenar a un coronel por acoso sexual

El principal partido de la oposición, el PSOE, ha exigido la comparecencia del ministro de defensa, Pedro Morenés, para que explique la situación de las mujeres en el ejército:

El portavoz de Defensa del Grupo Socialista en el Congreso, Diego López Garrido (…) se interesó por la situación actual de la capitana [Cantero]; los motivos por los que fue objeto de un Informe Personal de Calificación (PEC) de carácter extraordinario, cinco meses después del ordinario; y por qué no se atendió su solicitud de aplazamiento del curso de ascenso a comandante. Además, López Garrido pidió conocer qué medidas ha adoptado el Ministerio de Defensa y cuál fue la intervención en este caso del Observatorio Militar por la Igualdad.

Jóvenes soldados españolas en misión de paz con la ONU. Foto del blog blogodisea.

Jóvenes soldados españolas en misión de paz con la ONU. Foto del blog blogodisea.

También Elena Valenciano, Vicesecretaria General del PSOE, mencionó el caso de ambas mujeres en su cuenta de Facebook, donde compartió el enlace a la antes mencionada petición de change.org.

En las redes sociales y en las webs de informaciones, las noticias han causado indignación. Tanchus comentaba en El País:

El «glorioso» ejército español: un nido de vagos, borrachos, corruptos y maleantes (salvo honrosas excepciones). Por otro lado, nada de extrañar en este país que se ha convertido en un patio de Monipodio en el que, el que más puede, más trinca.

Y anguiman también expresaba su cólera por lo sucedido:

Puaj, qué asco de gente. Y estos mierdas son los que se llenan la boca con la patria. Lameculos del poder y sostenedores de reyes que trastabillan. Y magreadores de mujeres con valentía que no se dejan arrinconar.

En Twitter, los internautas también se mostraban en desacuerdo con el trato recibido por las mujeres:

Pero quizá el que resume con mayor agudeza el sentir de la mayoría de los internautas es el sarcástico comentario de Metaxa en El País:

La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música.

4 comentarios

  • Txus Guevara

    Olvidais comentar el caso de la marinero Meritxell Martínez, que denunció acoso sin que nadie le hiciera caso, fue a la justicia y nadie le hizo caso y, en su desesperación, denunció su caso posando en Interviú. Al final la han expedientado y expulsado y sus acosadores se han ido de rositas.

  • […] by Lourdes Sada · Translated by Elizabeth · View original post [es] · comments (0) Donate · Share: facebook · twitter · googleplus […]

  • […] by Lourdes Sada · Translated by Elizabeth · View original post [es] · comments (0) Donate · Share: facebook · twitter · googleplus […]

  • […] Zaida Cantera, la capitán que denunció por acoso sexual al coronel José de Lezcano-Mújica y que en 2012 logró que el Tribunal Militar Central (ese órgano en el que no se ejerce presión, no, qué va) lo condenase a casi tres años de prisión, ha tirado la toalla y se marcha del cuerpo por el que sentía verdadera vocación. A algunos de sus compañeros (seguramente eso de ‘compañero’ no se usa en una institución donde la jerarquía y el ordeno y mando es como respirar) no les ha bastado ver lo que la justicia ha dictaminado y no han dejado de hacerle la vida imposible. […]

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