Para algunos bloggers de la oposición Alexey Navalny es el «Führer»

Alexey Navalny speaking to a crowd of supporters on September 9, 2013. YouTube screenshot.

Alexey Navalny dirigiéndose a una multitud de seguidores el 9 de septiembre de 2013. Captura de YouTube.

El día después de que Alexey Navalny no saliese elegido como alcalde de Moscú, fue a una plaza en el centro de la ciudad y se dirigió a una multitud de seguidores (aproximadamente unos 50.000, según las estimaciones [ru] más optimistas ). Les prometió que iría a los Tribunales para denunciar las elecciones, habló de los éxitos de su campaña y le pidió a sus seguidores que no causasen problemas. Además, también les dijo que les «quería».

El discurso [ru] fue, en líneas generales, carismático. Sin embargo, incluso las personas que se vieron impresionadas por la retórica de Navalny (curtido en docenas de mítines a lo largo de los últimos meses) no pudieron evitar observar detalles extraños; por ejemplo, Alexey Roschin, un asesor político que acudió al mitín escribió [ru]:

[Навальный] держался абсолютно уверенно и спокойно, полный контакт с аудиторией. Грамотная речь. Спокойное заявление о своем лидерстве, «верьте мне, я знаю, что делаю и что надо делать. Вы мне верите? – ДААА-ААА!!!» Классика. […] Со сцены выступали не просто люди – это были СОЛДАТЫ. И офицеры. А в конце речь держал командующий. […] Я был не в толпе – я был посреди строя. В АРМИИ.

[Navalny] se mostraba seguro y calmado, en contacto con su audiencia. Se expresaba con propiedad. Aseveraba su liderazgo «tengan confianza, sé que estoy haciendo lo que hay que hacer. ¿Confían en mí? – ¡SIIIIÍ!» Todo un clásico. […] Las personas que se dirigían a nosotros desde el escenario no eran personas normales, eran SOLDADOS, y por último habló el comandante. […] Yo no me encontraba entre un gentío, estaba en una formación militar, EN EL EJÉRCITO.

Otros miembros de la oposición hablaron del papel indisputable de Navalny como «comandante», aunque no les gustó lo que vieron. Dmitry Ermoltsev escribió [ru] en Facebook: «Esto fue un mitín personal para Navalny, no para la oposición». Además, se lamentaba de que Navalny se autocomparaba con una estrella de rock y que, asimismo, se llevaba todo el crédito del movimiento de protestas. Para el conocido filólogo Gassan Guseinov [ru], esta condición de estrella del rock hace que Navalny se parezca a otro líder ruso:

Много общего с послепутчевым Ельциным […] как и Ельцин, оказавшись в Кремле, Н[авальный] первым делом оседлает чекистско-полицейский аппарат, заточенный под хозяина, вождя, генсека, отца родного, который всех их «любит».

Tiene mucho en común con la etapa posterior [1993] al golpe de Estado con [Boris] Yeltsin como presidente […]. Al igual que Yeltsin, si Navalny acaba en el Kremlin, primero se hará con el control de las fuerzas de seguridad del Estado, ya que están diseñadas para un amo, un líder, un Secretario General, un padre que «ama» a todo el mundo.

Más tarde, continuaba escribiendo [ru]:

Чувство массового единения вокруг персон – отвратительно. Митинг, устроенный под одним словом – именем – Навальный, которое висело над трибуной […] это политически ничтожное убожество […]

El sentimiento de una masa de personas concentradas alrededor de una sola persona es detestable. Un mitín organizado alrededor de un nombre (Navalny), nombre que colgaba del mismo podio […]. Es algo miserable e irrelevante dentro de la política […].

Navalny's September 9 rally stage with his name spelled out for all to see has attracted criticism. YouTube screenshot.

El podio del mitín del 9 de septiembre de Navalny, donde aparece su nombre en grande, ha causado controversia. Captura de YouTube.

Algunos bloggers no tardaron en hacer comparaciones históricas. Después de todo, ¿por qué quedarse con Yeltsin cuando todavía quedaba la Ley de Godwin por explotar? El periodista Arkady Babchenko, acérrimo opositor de Putin, expresó [ru] que:

[…] поздравляю вас с рождением нового фюрера. […] По своему содержанию, форме, интонациям и накалу, это была конечно же, абсолютно вождистская речь. Верите ли вы мне? Даааааа!!!!! Нда… Замусолинило человека знатно.

[…] felicidades por el nacimiento del nuevo Führer. […] Teniendo en cuenta su contenido, forma, entonación y emotividad, el discurso se trataba de todo un culto a su persona. ¿Confían en mí? ¡Siiiiiiií! Sí… este tío se ha Mussolinizado.

Stanislav Yakovlev de la revista DemVybor se mostraba de acuerdo [ru] con la comparación de líder totalitario:

[…] прогрессивная общественность принципиально жмурит прозрачные очи, как бы не замечая, что речь Навального построена по совершенно классическим принципам Der Führer Spricht […] а вовсе не какого-то ссаного «карнеги», друг друга вы вольны сколько угодно умасливать ласковой брехней, но нас-то зачем, мы все-таки время от времени какие-то книжки читаем […]

[…] los votantes de izquierda están cerrando los ojos y disimulan no darse cuenta de que el discurso de Navalny está configurado bajo principios hitlerianos […] y, por tanto, no se trata de un don nadie que va de Carnegie. Puedes convencer a quién quieras con tus cándidas mentiras; pero déjanos a nosotros en paz, leemos de vez en cuando […].

Comparaciones de este tipo podrían parecer estúpidas, si no fuese por otro editorial sobre el discurso (este es autoría de Egor Provirnin, editor jefe de la revista nacionalista online Sputnick & Pogrom). En un artículo bastante exaltado [ru] y estilizado de una forma que recuerda a la época soviética (o incluso a la Alemania de Weimar), Prosvirnin le dio la bienvenida a Navalny al «lado oscuro» y por simpatizar con el populismo:

НИКАКИХ разговоров про общегражданское движение и прочую демократию.
Одно слово.
Одно имя.
НАВАЛЬНЫЙ! — ревет толпа.
НАВАЛЬНЫЙ! — взметаются вверх тысячи табличек с его именем.
НАВАЛЬНЫЙ! — реет над толпой огромное полотнище и толпа счастлива стоять под ним.
[…] Он выходит на сцену перед ликующей толпой, сдирая с себя остатки скорлупы, и за его спиной клубится хищная русская тьма.
[…] впервые за десятилетие появился политический лидер, который говорил с толпой, как заботливый отец с неразумными детьми, такого себе даже Путин не позволял. И они его слушали, и они плакали, потому что они его ждали.
[…]
НАВАЛЬНЫЙ! — время платить по счетам почти пришло.

NO hablamos de movimientos populares y otro tipo de democracia.

Una palabra.

Un nombre.

¡NAVALNY! – grita la muchedumbre.

¡NAVALNY! – aparece en miles de afiches con su nombre en lo más alto.
¡NAVALNY! – hay una gran pancarta que se alza sobre las cabezas de la muchedumbre y estos parecen contentos de estar debajo.
[…] El se sube al podio frente al público alborozado […] y detrás de él surgen nubes depredadoras de oscuridad.
[…] Por primera vez en una década, hay un líder que le habla a la muchedumbre como lo haría un padre atento con sus inocentes hijos, ni siquiera Putin se permitió tales libertades. Y ellos le escucharon y derramaron sus lágrimas porque le estaban esperando.
[…]
¿NAVALNY! – casi ha llegado el momento de pagar todo lo que debes.

Mientras que la alegría de Prosvirnin puede no ser del todo seria, el populismo de Navalny y, en especial, sus métodos han asustado hasta a Stanislav Belkovsky, analista político considerado como enemigo por excelencia del Kremlin, aunque en el pasado se rumoreaba que existían lazos entre Belkovsky y Navalny. Cuando Belkovsky observa a las masas exaltadas en los mítines de Navalny, a él se le viene una palabra a la cabeza [ru] «culto»:

Насколько можно судить по всем первичным и вторичным признакам, лидер взял четкий курс на создание тоталитарной секты имени себя. Для которой он не просто политик […] Он — мессия, который всемогущ, всеблаг и непогрешим. Его программа — чудесное спасение России в целом и каждого адепта индивидуально, которое произойдет с приходом Навального к власти.

Según se puede observar a partir de las diferentes características, el líder se ha decantado por crear una secta totalitaria que responde a su nombre. Por tanto, el no es solo un político […], el es un mesías todopoderoso, bondadoso y libre de pecados. Su programa político trata, como si fuese de un milagro, de salvar toda Rusia, a cada adepto. Eso es lo que pasaría si Navalny llegase al poder.

¿Están bien fundamentadas las preocupaciones (y esperanzas) de que Navalny se está convirtiendo rápidamente en una especie de «líder supremo» nacionalista? ¿O los miembros de la oposición detestan ver cuanto éxito está consiguiendo? Después de todo, Navalny consiguió el apoyo de cerca de medio millón de moscovitas a pesar de haber perdido las elecciones, lo cual le hizo pasar de activista a político. Sea lo que sea, puede que nunca sepamos qué pasará, ya que la causa penal de Navalny va a revisarse pronto y si el Tribunal Superior decreta que está condenado por desfalco, no podrá volver a presentarse como candidato en el futuro.

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