Inmigrantes: mucho más que un número abstracto

Este artículo es parte de nuestra serie sobre Latinoamérica: Viajes migrantes en colaboración con el Congreso Norteamericano sobre Latinoamérica (NACLA por sus iniciales en inglés). Estén atentos a más artículos y podcasts.

Esta es la primera parte de la entrevista con la periodista mexicana Eileen Truax.

Eileen Truax, periodista mexicana y autora de Huffington Post Voices, lanzó recientemente su libro Dreamers: La Lucha de una Generación por su Sueño Americano. Travesías de inmigrantes la entrevistó y nos ofreció su opinión acerca del actual proyecto de ley que la plenaria del senado estadounidense recién aprobó y el por qué los DREAMers –más de 65.000 jovenes que fueron traídos a este país durante su infancia por sus padres y que aun siguen clasificados como “indocumentados”– son el mejor ejemplo del aporte que los inmigrantes hacen en Estados Unidos.

Robert Valencia: Coméntanos acerca de este libro DREAMers. ¿Qué te llevo a escribir este libro?

Photo courtesy of Editorial Océano

Foto cortesía de Editorial Océano

Eileen Truax:  Porque yo personalmente soy inmigrante, soy de la ciudad de México y llevo nueve años viviendo en Los Ángeles, donde trabajé para el periódico más influyente en Estados Unidos que es La Opinión. Durante mi tiempo en este periódico cubría la fuente de inmigración y me encontraba con historias muy conmovedoras, otras muy exitosas, otras verdaderamente dramáticas. Y en este proceso me di cuenta de esa constante, especialmente la presencia de los  hijos de estos inmigrantes–o los DREAMERs. En realidad no era un foco de atención para aquellos que estábamos en la noticia, pero ellos siempre están ahí. Al cabo de un tiempo consideré que sería necesario darle un segundo vistazo a las historias particulares de estos chicos y que tiene características que los diferencian del resto de los inmigrantes. Y pienso que así se le puede dar paso a un sistema migratorio más humano. Son estadounidenses salvo en un papel.

RV: Muchas veces en los medios de comunicación escuchamos el lado negativo o la retórica anti-inmigrante. ¿Cuál crees que sea la causa?

ET: Durante mucho tiempo pensé que era falta de sensibilidad, pero en años recientes he encontrado que es la falta de cercanía con el problema. Tendemos a hablar de inmigración como un todo, como algo muy general que a la vez se convierte en algo muy abstracto, 11 millones de indocumentados, ¿y eso qué cara tiene? No podemos darle alma a un ente abstracto. Por eso, debemos empezar a contar las historias de uno de los inmigrantes. Olvidémonos de los 11 millones, vamos a pensar en una persona que llegó a Estados Unidos sin documentos y sin saber el idioma. ¿Cómo le hace el primer día si no conoce a nadie, no tiene dónde dormir, no tiene permiso de trabajo? Si viene con una familia, ¿cómo le hacen los hijos que no hablan inglés para ir a la escuela? Así, podemos hacer una larga cadena de ver los retos a los que se enfrentan estas personas y los esfuerzos que hacen para conquistar estos «pequeños Everest» a los que se enfrentan todos los días. Cuando una persona logra entender el drama de la inmigración a través de un inmigrante la sensibilidad aflora. Como medio de comunicación no debemos olvidar que estamos hablando de seres humanos y los que al final son los beneficiarios.

RV: Como sabemos, Janet Napolitano renunció como Secretaria de Seguridad Nacional. Durante su cargo vimos medidas importantes para los DREAMERS como la acción diferida, un programa de dos años que les permite ser elegibles para una autorización laboral  ¿Cómo su renuncia podría afectar al movimiento pro-inmigrante?

ET: Hay que considerar dos cosas. La primera es que la magnitud de la afectación depende de quién llegue a reemplazar a Napolitano y qué continuidad se le va a dar a las políticas de la administración Obama o si habrá un viraje. También depende de la visión que se tenga como equipo. Mi segunda observación es que aunque Napolitano ha sido muy vocal en algunos temas, también hay que recordar que hemos tenido el mayor número de deportaciones en la historia reciente de Estados Unidos–es decir, 400,000 deportaciones al año no es poca cosa–. Así que hablamos de luces y sombras en esta administración. Obama que ha sido simpatizante con el movimiento de los DREAMER y con el movimiento inmigrante es también la cabeza de esta administración que ha hecho estas deportaciones masivas. Falta ver quién llegue y si existirá un giro en las políticas actuales.

RV: Ann Coulter, una de las figuras más sobresalientes del movimiento conservador, dijo que de legalizarse a los 11 millones de inmigrantes el futuro de los Republicanos se vería en peligro, dando a entender que los beneficiarios votarían a favor de los demócratas en señal de agradecimiento ¿crees que es prudente encajar a una comunidad que claramente no es monolítica en sus preferencias partidistas? ¿Qué piensas al respecto?

Eileen Truax, photo courtesy of René Miranda

Eileen Truax, foto cortesía de René Miranda

ET: Es perverso hablar de una reforma migratoria con los ojos puestos en los partidos. Lo que hay que empezar a entender es la necesidad de una medida migratoria justa viéndolo desde la perspectiva de los derechos humanos y de la justicia social, no como un botín electoral  ni como capital de un partido. Si no cambiamos nuestra perspectiva no podemos hacer justicia. El tema migratorio tiene que estar basado en el respeto a los derechos humanos. Si usamos a estos 11 millones de personas como un premio político no estamos haciendo lo correcto ni como país ni como sociedad y los gobernantes no están cumpliendo su función. La reforma migratoria busca dar una certeza política a 11 millones de personas que ya están aquí y que contribuyen a nuestra sociedad y nosotros como sociedad debemos proteger a los que viven en ella. Por comentarios como estos hace que se desvíe el objetivo de una reforma. Además que esta preocupación es prematura y oportunista, ya que le tomaría 13 años a una persona, una vez aprobada esta ley, a convertirse en ciudadano.

RV: Hemos visto la oposición a este proyecto de ley en la cámara baja en cabeza de John Boehner. ¿Se puede hablar de optimismo ante la posibilidad de que la reforma muera en la plenaria de la cámara?

ET: En este momento no se puede tener ninguna certeza, ni los propios congresistas saben muy bien cuáles son las perspectivas de que esto avance en los próximos meses. Pienso que será  después del receso de agosto que se definirán algunas posturas cuando sus legisladores regresen a sus localidades. Espero que las comunidades les recuerden a sus legisladores el por qué están allí y que nosotros tengamos derecho de decirles la postura que deben adoptar. No te diría optimismo porque la perspectiva es muy ambigua. Lo que sí creo es que estamos en una coyuntura en la que todo el mundo tiene que hacer algo. Con lo que está en juego y más allá de las condiciones de la reforma, es decir, a pesar de que hay cosas que no nos gusta y de sus particularidades, el hecho de tener una reforma migratoria nos da una oportunidad que nadie debe desaprovechar. Es tarea de las organizaciones activistas de cerrar filas y presentar un solo frente, y también es tarea de los periodistas la de buscar distintos ángulos de las historias, recordarle a los congresistas y a la sociedad  en general que esto va más allá de la militarización en la frontera. Nos olvidamos de los que verdaderamente se benefician y las particularidades de cada grupo. Hay un apartado que se habla sobre los trabajadores agrícolas, otro apartado sobre los DREAMERS, etcétera. Y de pronto nos olvidamos de contar las historias y las particularidades de cada grupo. Hay muchas particularidades dentro de la muy extensa reforma de 1,000 páginas, y no nos podemos enfocar el debate migratorio solamente en la seguridad de la frontera.

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