¿Piedras y casas de cristal? Un escritor desafía al Kremlin

Gatitos aparte, no hay nada que le guste más a tu típico bloguero ruso que una riña jugosa sobre política o literatura, excepto por una combinación de los dos. Precisamente, esto es lo que sucedió la semana pasada, cuando Mikhail Shishkin (no tiene nada que ver con el pintor), laureado escritor ruso que vive en Suiza, restauró la honrada tradición literaria rusa de hacer una crítica mordaz del gobierno desde el extranjero.

Shishkin se negó públicamente [ru] a formar parte de la delegación rusa en la Feria del libro en Nueva York, que estaba financiada por el gobierno, su negativa está motivada por el hecho de que no quiere representar un régimen «corrupto y criminal». Mientras que muchos aplauden está decisión, algunos blogueros y escritores rusos estaban ansiosos por encontrar motivos ulteriores.

Mikhail Shishkin. © EFrolkina. Wikimedia Commons. CC 3.0

Mikhail Shishkin. © EFrolkina. Wikimedia Commons. CC 3.0

Desde Tolstói a Solzhenitsyn, los escritores rusos siempre han jugado un papel en la esfera pública y, por extensión, en la política. Normalmente, dicha participación ha sido filosófica, ideológica, en las líneas del comentario y la crítica. Más recientemente, escritores como Dmitry Bykov, Boris Akunin y Lyudmila Ulitskaya han asumido un papel más directo con su participación activa en el movimiento opositor y siendo candidatos para el Consejo de Coordinación de la Oposición. (Por no hablar de alguien como Eduard Limonov, cuya carrera literaria ha pasado a un segundo plano en favor de la política radical, o su antiguo protegido nazbol, Zakhar Prilepin, que fue primero un activista y solo después un escritor).

Shishkin, por otra parte, se mudó a Suiza hace más de una década y no ha criticado a Rusia o Putin hasta la semana pasada. De hecho, además de recoger numerosos premios literarios (algunos también financiados por el gobierno), parece haber asistido [ru] a la Feria del libro del año pasado sin ningún reparo en particular. Algunos [ru] dicen que el país de residencia de Shishkin y el hecho de que «su pellejo no está en juego» hace que su crítica de Rusia sea hipócrita [ru]:

Я не вижу особой разницы между депутатом Желязняком, проповедующим лапотный патриотизм сразу после отправки детей в Швейцарию, и Шишкиным, пишущим обличительные письма из той же Швейцарии, где он живет уже больше 15-ти лет.

No veo ninguna diferencia significativa entre el parlamentario Zhelezniak, que profesa un patriotismo teatral justo después de enviar a sus hijos a Suiza, y Shishkin, que escribe cartas condenatorias desde la misma Suiza, donde ha estado viviendo durante los últimos 15 años.

Donde algunos blogueros ven hipocresía, otros sospechan una jugada de relaciones públicas astuta (una lectura apoyada por el hecho de que Shishkin, según parece, atenderá una conferencia en Edimburgo este marzo [ru] financiada por el ministerio de Prensa, que Shishkin llamó el «ministerio de propaganda» en su comunicado). En un mensaje en Facebook, el poeta Igor Karaulov se imaginó [ru] la conversación de Shishkin con su editor:

Я представляю себе, как Михаил Павлович входит в кабинет […]: «Вот, Реджинальд, хотел с вами посоветоваться: как, с точки зрения динамики продаж, было бы лучше назвать режим: воровским, преступным или кровавым?» А издатель пробегает глазами строчки, пыхтит губами, поправляет очки на своей оксфордской переносице и изрекает: «Для начала мы обойдемся «воровским».»

Me imagino como entra Mikhail Pavlovich en la oficina […]: «Reginald, quería tu consejo: ¿Qué es mejor en términos de ventas, llamar al régimen ladrón, criminal o sangriento?» El editor echa un vistazo al documento, frunce los labios, mueve sus gafas en su nariz oxfordiana y dice: «Por el momento nos quedaremos con «ladrón»».

Otro escritor, Evgeny Popov, fue más allá, atribuyendo directamente [ru] las declaraciones de Shishkin al hecho de que, recientemente, se las ha arreglado para encontrar editores británicos y estadounidenses.

Boris Akunin, el prolífico escritor de novelas detectivescas y un crítico del gobierno sin pelos en la lengua, defendió [ru] a Shishkin de tales acusaciones:

Зная Мишу Шишкина и его нелюбовь ко всякой публичности, очень хорошо понимаю, как тяжело ему было совершить этот поступок.

Conociendo a Misha Shishkin y su aversión a cualquier tipo de publicidad, entiendo lo difícil que ha sido para él emprender esta acción.

Independientemente de los aparentes motivos de Shiskin, su estilo de redacción le ha dejado abierto a otro ataque más. Aunque Shishkin es aclamado por la crítica, no es ajeno a la polémica: en el pasado, se le ha acusado de plagio, una historia que fue sacada a la luz rápidamente. La primera acusación llegó en 2006, cuando un colega escritor notó similitudes [ru] entre partes del laureado Maidenhair (El cabello de venus) y las memorias de la escritora Vera Panova. Después de una investigación literaria quedó claro que Shishkin reescribió partes del libro de Panova para que remplazase al diario de uno de los personajes.

 Shishkin in a Pine Forest: A Postmodern Interpretation. Fragment. Based on Morning in a Pine Forest, by painter Ivan Shishkin (no relation to Mikhail). Wikimedia Commons. Public domain. and Mikhail Shishkin. © EFrolkina. Wikimedia Commons. CC 3.0. Remix by author. [Note: although most know Morning as a classic Shishkin painting, ironically he did not actually paint the bears himself.]


Shishkin en un bosque de pinos: Una interpretación posmoderna. Fragmento. Basada en Morning in a Pine Forest, del pintor Ivan Shishkin (sin relación con Mikhail), Wikimedia Commons, dominio público, y Mikhail Shishkin, © EFrolkina, Wikimedia Commons, CC 3.0. Remix del autor. [Nota: aunque para muchos Morning es una clásica pintura de Shishkin, irónicamente él no pintó los osos.]

Aunque Shishkin no cita a otros escritores en sus libros, admite [ru] el amplio uso de las llamadas «citas sin citar» en El cabello de venus y sus otros textos -una técnica posmoderna que afirma le permite construir algo nuevo a partir de trabajos anteriores-. En una carta explicativa escribió [ru]:

из старых слов получится принципиально новая книга, совсем о другом, потому что это мой выбор, моя картина моего мира

De las palabras antiguas puedes sacar un libro completamente nuevo, hablando de algo diferente, porque es mi elección, mi visión del mundo

Shishkin continuó más tarde:

Я делаю литературу следующего измерения.

Creo literatura desde la siguiente dimensión.

Tanto si uno está de acuerdo con las elecciones artísticas de Shiskin o piensa que ha llevado el posmodernismo demasiado lejos (ocurre que a menos que un lector sea un perfecto erudito puede no darse cuenta de las «citas» de Shishkin y asumir que él mismo escribió los libros en su totalidad), su técnica le expone a críticas como esta [ru], del bloguero nacionalista radical Yury Belyaev:

литературный ВОР отказывается представлять Россию, называя ее «воровским государством».

un LADRÓN se niega a representar a Rusia, llamándole «estado ladrón».

Una opinión similar [ru] fue hecha por el periodista Oleg Lurie. Aunque un poco engañoso, este argumento tiene una cierta lógica. Después de todo, seguramente Putin & Co. pueden explicar, al menos, algunas de sus controvertidas decisiones, aunque es poco probable que citen a James Joyce mientras lo hacen.

¿Fue el comunicado de Shishkin sincero o un exitoso ardid publicitario? ¿Es un plagiario o simplemente un escritor muy sofisticado? No hay una respuesta definitiva, pero parece como si estas contradicciones reflejan el discurso ruso moderno en general y su componente político en particular. Quizás solo podemos meditar sobre los «¿Y si…?», como el crítico literario Lev Pirogov [ru]:

А меня звали. Я, дурак, отказался и никому не сказал. […] И даже, блин, не выступил с заявлением.

También yo estaba invitado [a la Feria del Libro]. Y, como un tonto, lo rechacé y no se lo dije a nadie. […] Y ni siquiera saqué una maldita declaración pública.

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