El futuro político de Ecuador tras la reelección de Correa

El 17 de febrero de 2013, Rafael Correa fue reelegido como el presidente de Ecuador con más de la mitad de los votos, con lo que se aseguró el mandato ininterrumpido más largo de la historia ecuatoriana.

Setenta y dos horas después de las elecciones, el Consejo Nacional Electoral (CNE) dio a conocer los resultados oficiales del conteo rápido, según los cuales el oficialismo contaría con al menos 96 de los 137 asambleístas que integrarán la nueva Asamblea. Esto quiere decir que el oficialismo tendría mayoría en la Asamblea, con lo que podría aprobar leyes que aún están en discusión, pero no contaría con una mayoría absoluta.

Después de haber conocido los resultados oficiales, las reacciones de los blogueros ecuatorianos no se hicieron esperar.

En el blog Realidad Ecuador, en un post titulado «El futuro político del Ecuador«, Juan Pablo Martínez escribe:

La agenda del gobierno para los próximos cuatro años parece bastante clara. Primero, la tónica de los últimos años continuará, tanto en los aspectos positivos, como la inversión social, como en los aspectos negativos, como los ataques contra la libertad de expresión. Segundo, el plan de trabajo de Rafael Correa, que espero analizar a profundidad en artículos posteriores, incluye algunos puntos que darán mucho de qué hablar como la “Revolución del conocimiento y de las capacidades” y la “Revolución agraria”.

Para Martínez, existen varias interrogantes, incluyendo cuál será el futuro de la nueva oposición liderada por Guillermo Lasso, el segundo candidato más votado en estas elecciones.

Fuente CNE

Imagen publicada por el Consejo Nacional Electoral (CNE)

Una de las posibles conclusiones de los últimos comicios es que Guillermo Lasso se ha posicionado como la principal cara de la oposición al régimen. Lasso, a diferencia de Gutiérrez, Noboa, Nebot (quien es muy poco popular fuera de Guayaquil), o quien sea que represente a Bucaram, no parece generar un amplio rechazo o resistencia entre los ecuatorianos. Después de conocer los resultados electorales, el exbanquero afirmó que “de cero nos hemos convertido en la segunda fuerza política del Ecuador.”

Asimismo, Martínez opina que Lasso debe ser muy selectivo a la hora de elegir sus compañeros políticos en los próximos años:

Lasso deberá mantenerse como un candidato de centro-derecha, con interés en políticas sociales dirigidas a la reducción de la pobreza, y ser cauteloso en no asociarse con grupos dogmáticos de derecha que son fuertes en el Ecuador (léase libertarios). Rodearse de personas con esas creencias podría llevarlo a posturas que, además de ser perjudiciales para el país, resultarían impopulares en sus aspiraciones presidenciales (por ejemplo, pretender revertir el énfasis que el gobierno actual ha puesto en la inversión social).

El bloguero además se pregunta quién tomará el lugar de Rafael Correa como candidato de Alianza País después de que Correa termine su periodo presidencial, y en el caso de que Correa no reforme la Constitución para ser reelegido:

Bajo el supuesto de que Correa cumpla su palabra de no cambiar las leyes para buscar ser reelegido en el 2017, Alianza País deberá empezar a decidir quién será el encargado de tomar la posta como candidato presidencial. ¿Empezará Correa a brindar más protagonismo a su sucesor? De ser así, ¿desde cuándo? ¿El sucesor se elegirá a través de un proceso de elecciones primarias dentro del partido o será directamente seleccionado por Correa? Si bien será difícil para Alianza País posicionar un sucesor fuerte ante la sombra de un líder como Correa.

Por su parte, la bloguera Anita Parada Cotrina reflexiona acerca de los candidatos que se eligen cada cuatro años. En su post titulado «Elecciones Ecuador 2013. Opinión personal», Parada comenta que los ciudadanos deben ser responsables al momento de elegir a sus candidatos:

Un buen o mal manejo de la política es una consecuencia no una causa, y su alcance social, del que somos parte nos afecta a todos, pero también depende de todos. Cuando somos responsables en el rol que nos corresponde, estamos promoviendo un sistema justo.

Si queremos que nuestros representantes sean gente bien preparada y justa, debemos ser eso nosotros mismos, así cambiaremos nuestra representatividad. Para explicar esto inventaré un ejemplo: si 7 de cada 10 personas son corruptas, hay un 70% de posibilidades de que el representante que se eliga [sic] sea corrupto, pero si personalmente 4 de esas personas quisieran cambian y lo hicieran, y ahora solo 3 de cada 10 son corruptos, la posibilidad de que el próximo gobernante sea corrupto baja dramaáticamente a un 30%.

Finalmente, Parada recalca que para tener mejores representantes, cada ecuatoriano debe esforzarse por ser un mejor ciudadano.

Por cada persona que decida hacer la diferencia y ser el mejor ciudadano que puede ser, aumenta las posibilidades de tener un mejor representante.

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