El accidente de Zonguldak centra la atención en las condiciones laborales de los mineros turcos

Zonguldak es una zona minera en la costa turca del Mar Negro, y su nombre proviene de la palabra turca zondalik, que significa pantano. Tras la muerte de ocho mineros [en] en un accidente provocado por un escape de gas en una mina el pasado 7 de enero, así es como ven los mineros todas las minas de la ciudad: un pantano sin fin.

Mineros de Zonguldak. Foto de gecetreni en flickr.

Kozlu, donde se produjo el accidente, es una ciudad del distrito central de la provincia de Zonguldak, que también tiene un trágico historial minero. En 1992 [tr], murieron 263 mineros a causa de una explosión de grisú en una mina. Este fue el mayor desastre de los 150 años de minería en Zonguldak. Pero no fue el único. En 1983 [tr], Ereğli, otra ciudad del distrito central de la provincia de Zonguldak, se convirtió a su vez en la tumba de 102 mineros tras una explosión de grisú. Hace solo tres años, el 17 de mayo de 2010 [tr], la muerte de 30 mineros en la misma ciudad horrorizó a todo el país una vez más. Después de años y años, lo único que cambia es el número de muertos. Incluso eso no va a evitar que Turquía arrebate a China el primer puesto de la lista [tr] mundial de mineros muertos por 100 000 mineros, según la Organización Mundial del Trabajo.

El accidente del 7 de enero tiene similitudes con los anteriores. La mina está subarrendada a otra compañía que la dirige sin tener las cualificaciones exigidas y sin experiencia previa en minería, puesto que es una empresa de construcción. También el gobierno intenta eludir la responsabilidad del accidente: su inspección de la mina, realizada por inspectores del ministerio del interior, muestra que la empresa subarrendataria no satisfacía los requerimientos básicos de seguridad laboral. Según el informe [tr] sobre la Sociedad Turca de Antracita – Compañía Procesadora de Antracita de Kozlu (la misma mina en la que murieron los ocho mineros), que preparó el tribunal de cuentas en 2011, «es una simple cuestión de suerte que no haya habido un accidente mortal en esta mina». Está más que claro que todos y cada uno de los departamentos del gobierno, incluyendo al parlamento, «han visto» los problemas de la mina y de la empresa subarrendataria, pero no tomaron ninguna precaución.

Por otra parte, ha salido a la luz que solo hace año y medio, los mismos mineros llevaron a cabo una protesta y se declararon en huelga durante dos semanas, alegando que no se les pagaba el sueldo que merecían y que les obligaban a trabajar en circunstancias realmente penosas. Según el periódico turco Hurriyet [tr], uno de los mineros, Ayhan Gökgöz (de 35 años), que durante la huelga habló en televisión de la muerte de 30 mineros, dijo:

«Bu arkadaşlarımız göz göre göre öldü. Önlemler alınsaydı, hiçbir şey olmayacaktı. İş işten geçtikten sonra ’ah anam bunlar gitti’ denmesin. Sayın Valim, emniyet müdürüm, milletvekilleri sesimizi duysunlar. Biz işçi olmak istiyoruz. Biz çalışma koşullarımız iyileşsin istiyoruz. Yalvarıyoruz yetkililere, Allah için gelsinler görsünler halimizi»

«Estos amigos nuestros murieron por algo evidente. Si se hubieran tomado precauciones en el lugar no hubiera pasado nada. Después de que sucediera todo, nadie dijo ‘es triste haberlos perdido’. Gobernador, jefe de seguridad, senadores, escúchennos. Queremos ser trabajadores. Queremos mejores condiciones de trabajo. Pedimos a los funcionarios que, por el amor de Dios, vean nuestras condiciones».

Otro minero se limitaba a gritarle a las cámaras:

«Lamba, maske bile vermiyorlar. Kazmayı küreği kendimiz alıyoruz»

«Ni siquiera nos dan una linterna o una mascarilla, tenemos que comprarnos nuestras propias herramientas para picar».

El 10 de enero de 2013, el mismo minero, Ayhan Tokgöz, habló de nuevo y esta vez dijo:

Ölen 8 arkadaşımla beraber 30 işçi öldüğünde Karadon Maden Ocağı’na gittik. Beraber ağladık orada. Hatta, ’Biz de böyle olur muyuz’ diye konuştuk ve olduk.

«Nosotros y los ocho amigos que ahora yacen muertos en la mina nos acercamos a los 30 compañeros que murieron en el anterior accidente cuando sucedió. Todos lloramos juntos. E incluso nos preguntamos si acabaríamos como ellos. Y eso ha sido lo que ha pasado.

Después del accidente, el vicedirector de la Sociedad Turca de Antracita – Compañía Procesadora de Antracita de Kozlu, Ali Demirsoy [tr], se reunió con familiares de los tres mineros cuyos cuerpos no han podido ser aún rescatados de la mina derrumbada para informarles. Aunque su discurso sorprendió a las familias, pues dijo: «Todas las mujeres lleváis velo… No importa si lleváis velo o no, estamos en ese tipo de situación». No es la primera vez [tr] que se oyen discursos sorprendentes después de accidentes mineros en Turquía. Tras la muerte de 30 mineros en 2010, el primer ministro Recep Tayyip Erdoğan dijo «Morir es el destino de un minero», y Omer Dinçer, ministro de trabajo y seguridad social, siguió sus pasos diciendo que «los mineros murieron de una manera hermosa, sin sufrimiento».

Las reacciones de los internautas iban casi todas en la misma dirección, aunque quienes las expresaban tuvieran distintas opiniones políticas. Hakan Coşar (@hakancoar1) dijo en su cuenta de Twitter:

Daha çok grizu patlamaları ve göçüklerle gündeme gelen madenciler.Güneşin doğuşunu ve mavi gök yüzünü onlardan daha iyi anlayan var mıdır?

Los mineros solo aparecen en la agenda después de que haya explosiones y derrumbes. ¿Hay alguien que entienda el amanecer y el cielo azul mejor que ellos?

El usuario de Twitter Dede (@mhmmtgkc) mencionó el programa Haber del canal oficial de noticias del gobierno TRT durante el accidente. Tuiteó:

Daha yarım saat önce patlamanın olduğu işletme TRT Haber'deydi. Yok güvenlik şöyle yok dedektörler böyle dediler yarım saat sonra facia :S

Solo hace media hora, la mina que ha explotado aparecía en el programa Haber de la TRT. Alababan su seguridad y sus detectores, y media hora después, el desastre :S

Ernoyan Ç. (@ernoyan), que dice pertenecer a una familia de mineros, dio otro punto de vista del incidente al decir:

Madenci bir ailenin çocuğuyum. Dedelerim de babam da madenlerde çalıştı. Ne zaman bir maden kazası haberi gelse yüreğim parçalanıyor

Soy hijo de una familia de mineros. Mis abuelos, mi padre también trabajaban en las minas. Cuando oigo hablar de un accidente minero, mi corazón se rompe en pedazos

Acz (@aczvefakr) llamaba la atención sobre uno de los mineros que perdió la vida:

taşeron çalışan muhsin akyüz 800 TL maaş alıyordu. 14 yerine 7 kere, 25 yerine 10 metre sondaj yapıldı diyorlar. muhsin'i devlet öldürdü.

trabajando para los subarrendatarios, Muhsin Akyüz ganaba 800 libras turcas al mes. Dijeron que se habían hecho exploraciones solo 7 veces, en lugar de 14, solo hasta 10 metros en lugar de 25. El gobierno mató a Muhsin.

En la plataforma social turca eksisozluk.com [tr], uno de los usuarios, de apodo «nekadarmukemmelimsahaneharukayim» publicó una entrada comentando lo habituales que estos accidentes han comenzado a ser:

haberi duyduğumuzda anlamsız hayatlarımıza ara verip yarım dakika bilemedin 1 dakika etkilendiğimiz, sorumlularının hukuken hiç bir ceza almayacakları, köseleşmiş vicdanları sebebiyle suçluluk bile duymayacağı »iş kazası»dır.

Es un tipo de «accidente laboral» que da un descanso de 30 segundos, un minuto como máximo, a nuestras vidas sin sentido, el tipo de accidente en el que los responsables no pagan las consecuencias, y con la ayuda de sus conciencias anestesiadas, ni siquiera se sienten culpables.

De nuevo, Zonguldak sale en la primera plana como suele suceder con los accidentes mineros. También hubo reacciones en los medios sociales, sobre todo en eksisozluk.com (una plataforma social turca) y Twitter, donde se contaban las cosas como eran. Nilüfer Zengin [tr], hermana de Köksal Kadıoğlu, uno de los mineros muertos en el accidente, exclamaba en el funeral de su hermano:

«Seni bu ocaklara girmeye mecbur kılan bu düzen utansın ağabey. Sana ’girme’ dedim. Sen, ’Girmek zorundayım, ne yapayım kardeşim, özel sektör bu çalışmadan sigorta vermiyorlar’ dedin. Emekliliğine 5 sene kalmıştı ağabeyimin»

«Vergüenza del sistema que te coloca en esas minas. Te dije que no entraras ahí, y tú contestaste: ‘tengo que hacerlo, qué otra cosa puedo hacer, hermana, en el sector privado no hay seguridad social si no trabajas’. Solo quedaban cinco días para tu jubilación».

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