Una alauita marginada: Cómo una muchacha siria perdió a su madre

Como parte de nuestra colaboración con Syria Deeply [en], estamos publicando una serie de artículos que capturan voces de civiles atrapados en el fuego cruzado, junto con perspectivas de escritores de todo el mundo.

Loubna Mrie pagó un elevado precio por su lugar en la revolución siria. Como alauita que adoptó una postura contra el Presidente Bashar Al Assad, se enfrentó contra su comundad. Muchos alauitas han seguido incondicionalmente detrás de Assad, como líder de su secta y protector de su privilegada posición de poder.

Desde el inicio del levantamiento, los padres de Loubna tomaron lados opuestos: su padre y tíos se pusieron del lado de Assad, mientras que Loubna y su madre apoyaron las crecientes protestas.

Fue una posición que el padre de Loubna dejó en claro que no iba a tolerar: le exigió lealtad al bando de Assad. En agosto, Loubna dejó su ciudad natal en Latakia, en el oeste de Siria, y huyó a través de la frontera a Turquía. Su padre secuestró a su madre y amenazó con matarla como castigo. Cuando Loubna se negó a regresar, su padre cumplió con la amenaza. Mató a su madre, y a ella la apartó de la vida que había conocido antes del levantamiento.

Loubna es ahora una cineasta con Basma [en], grupo activista de medios. Viaja por todo Siria con una cámara, haciendo crónicas de la revolución en película. Nos encontramos con ella en Gaziantep, Turquía, para hablar de la vida y la guerra en Siria. A continuación, una parte de esa conversación.

SD: ¿Cómo eran las cosas en Latakia al comienzo de la revolución?

Mrie: Empezó como cualquier otra ciudad en Siria. Las manifestaciones habían tenido los lemas normales, pacíficos como “queremos mejores colegios”, “queremos mejores trabajos”, “queremos democracia”. Ni siquiera dijimos la frase “al shaab yureed isqat al nizam”—“el pueblo quiere que el régimen caiga”.

SD: ¿Había muchos alauitas protestando?

Mrie: No. Casi no los había. Latakia está lleno de alauitas, y la mayoría de ellos apoyaba al régimen. Teníamos apenas una pequeña porción de la sociedad que estaba en contra del régimen, pero no iban a manifestaciones porque tenían mucho miedo. Desde el primer día, el régimen trataba de convencer al pueblo de que esto no es una revolución –son solamente terroristas o un movimiento islámico en contra de ustedes.

SD: ¿Cuándo ocurrió? ¿Cuándo se quebró tu familia?

Mrie: Ocurrió el pasado noviembre. Fue tan traumático, ni podía pensar en nada. Sentía culpa, enorme culpa. Lloré tres días, pero luego me di cuenta de que mi mamá no murió solamente para verme llorando en mi cama todo el día. Así que elegí otra opción: tomar mi cámara y regresar a Siria.

SD: ¿Habló contigo el mes final?

Loubna

Mrie: No, a ella la secuestraron a mediados de agosto. No supe de ella desde entonces. Ni mis tías ni mi abuela me llamaron porque estaban tan asustadas de que si el gobierno se enteraba de que estaban en contacto conmigo les haría daño. Ni en mi barrio ni mis viejos amigos me hablaban. No dijeron lo sentimos, estamos tristes, sentimos algo. Decían que te mereces eso. Así que no es solamente la pérdida de mi mamá lo que me rompió el corazón, es también la actitud de la gente con la que crecí.

SD: ¿Cuál fue el argumento de tu padre?

Mrie: No tengo idea. Pero tal vez solamente estaba convencido por estas historias que el régimen les contaba: que este es un movimiento islámico y que te van a matar, y que vas a perder todo. Creo que las grandes familias –mi familia es una de ellas— tienen mucho miedo. Saben que cuando el régimen caiga, lo perderán casi todo porque cuando el régimen tenía el control, podían hacer cualquier cosa y nadie los castigaría. Podían robar, mentir todo lo que quisieran.

Yo entiendo a las familias ricas o las familias que están en el poder, pero no entiendo a las familias pobres que apoyan a Assad. Recuerdo a mis vecinos… eran tan pobres. Me pregunto ¿por qué apoyan este régimen? ¿Qué ha hecho el régimen por ti?

Después, descubrimos que es como algo religioso para ellos. En los últimos años, fue Hafez Al Assad, y ahora es Bashar Al Assad. El pueblo idolatra a estos hombres. Desde que empezó la revolución, les digo que los manifestantes que están en las calles, la oposición, no son monstruos. Hui a Turquía con ayuda del Ejército Sirio Libre. Fueron buenos conmigo y me ayudaron. Sabían que soy alauita, pero no me mataron como el gobierno siempre trata de decir.

SD: ¿Creen que están cambiando su opinión? ¿Crees que la comunidad está cambiando su opinión?

Mrie: Ahora están atrapados al medio. Están perdiendo hijos en la batalla. Están perdiendo su generación en el ejército. Así que saben que el gobierno no les está haciendo ningún bien, pero al mismo tiempo tienen tanto miedo de la oposición. Tenemos elementos islamistas en la revolución, y eso les da miedo. Están al medio. Saben que el gobierno no los está ayudando, pero al mismo tiempo le tienen mucho miedo a la oposición.

He escuchado historias de cómo, cuando los cadáveres llegan a las aldeas de los alauitas, toda la aldea empieza a maldecir a Bashar Al Assad y a su gobierno porque no los está protegiendo y se están sacrificando por alguien que no está haciendo ningún esfuerzo.

SD: A partir de lo que estamos escuchando, el régimen ha atemorizado a la comunidad alauita tanto que creen que es una batalla por la sobrevivencia, de vida o muerte. ¿Cómo crees que calmas esos temores?

Mrie: El problema en esta comunidad es que no entienden. Todo lo que saben es que si eres un alauita y estuviste en contra del régimen, tu castigo será doble.

Si vieran las historias y prendieran el televisor y escucharan los lemas, sabrían que esta no es una revolución contra ellos.

SD: En este momento en la comunidad alauita, si alguien resiste como tú y apoya la revolución, ¿que ocurre?

Mrie: Matarian a su mamá.

SD: ¿Dicen eso?

Mrie: No, pero me ocurrió. No soy una terrorista. No hice nada malo. Simplemente salí de mi pequeña comunidad y dije que estoy con la revolución, estoy con mi pueblo. No voy a presenciar todo este derramamiento de sangre y quedarme callada. No es una causa política, es ahora una causa humana… esta es una revolución para nosotros, nuestros hijos, nuestros nietos.

SD: Todo el régimen puede cambiar mañana. Cuando sea que ocurra, ¿cómo va a reaccionar esta comunidad? ¿Cómo va a cambiar Siria si tienen tanto miedo dentro de la comunidad alauita?

Mrie: Ahora tenemos zonas liberadas. Hay alauitas en esas zonas liberadas, así que puedes ver muestras de una nueva Siria, cómo va a ser. [La oposición] no está matando a los alauitas, no los está botando de sus casas. Todos somos uno. Somos solamente una buena comunidad. No debido a Bashar Al Assad, sino porque somos un pueblo pacífico.

SD: Hay algunos alauitas en la coalición, en la oposición. ¿Son personas que las comunidades alauitas más grandes respetan? ¿Son personas que pueden ser líderes y ayudar a la comunidad?

Mrie: La comunidad odia a los alauitas que están con Moaz al Khatib [en]. Dicen que ni siquiera son alauitas —son marginados.

Loubna

Yo misma estoy vivendo la misma situación. Entraron en mi casa. Se robaron todas mis cosas. Se robaron mis papeles de la universidad. Todo lo que tengo de la comunidad alauita, que apoya al régimen, es solamente malas palabras en Facebook.

SD: ¿Qué dicen?

Mrie: Que te lo merecías y que querriamos que lo mismo que le pasó a tu mamá te pasara a ti.

SD: ¿Siempre habrá algo de rabia contra los alauitas por estar al lado de Assad? ¿Qué significa eso para Siria?

Mrie: En Siria, el bombardeo sigue y todos los dias tenemos más muertos. Así que en realidad ahora no podemos decidir la forma de la futura Siria. Sabemos que la venganza no construye un país, no construye democracia. Fuimos a las calles e hicimos sacrificios para hacer un país nuevo; la venganza no nos ayudará a hacerlo. Pero castigaremos a las personas que cometieron errores, que mataron.

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