Irán no es un país conocido precisamente por su libertad de expresión ni por sus manifestaciones en público; sin embargo, allí el arte urbano está vivo [en].

Los frescos, mosaicos y otras formas de arte ‘permitidas’ decoran las paredes de algunas ciudades; y, a pesar de que el arte underground no esté tan patente como en Europa, es posible verlo en Teherán: los grafitis, pegatinas y plantillas [en] están presentes de una manera más o menos discreta en las ciudades.

Algunas paredes están totalmente cubiertas de pinturas propagandísticas (de un mártir, por ejemplo), pero también de imágenes abstractas o meramente ornamentales. Y algunas son verdaderas obras de arte.

Hace unas semanas, un fotógrafo de Teherán mandó un correo electrónico con estas imágenes de grafitis y el siguiente comentario:

Saqué estas fotografías en Teherán, cerca de una parada de autobús. Creo que alguien está luchando con los municipales de Teherán: un día alguien hace un grafiti y, al siguiente, lo borran. Y así un día tras otro.

Tres semanas después, cuando le pedí permiso para citarle y publicar estas fotos, me dijo que sería un honor y quiso añadir:

Ahora han puesto algo así como un dibujo o una señal en ese muro para evitar que nadie añada más grafitis. Antes, esa misma pared estaba llena de mugre; ahora, por lo menos, no está asquerosa. Así que el enemigo del municipio es ahora un amigo del pueblo porque la pared ya no está sucia.

Aquellos que se expresan en Irán corren más riesgos que en Europa. En la actualidad, no hay ninguna ley en Irán, pero si las autoridades consideran que la obra es subversiva, el arte puede convertirse en un delito.

El arte urbano está floreciendo en Irán. Esperemos que prospere.