Año de cambio en Angola, pero todo sigue igual

La cobertura de Global Voices de Angola en los últimos doce meses vio un choque entre el camino del desarrollo de una de las economías de mayor crecimiento del mundo con pedidos de las bases de una vida mejor y una voz más libre. Año tras año, la historia de protestas y represión se repite, pero las elecciones generales en agosto no trajeron renovación en el campo político, pues el Presidente Eduardo dos Santos fue reelegido por otro periodo de cinco años tras 33 años en el poder.

La economía sigue creciendo de manera estable (desde 2001 a 2010, el promedio anual de crecimiento del PIB fue de 11.1%) y los ricos recursos naturales de Angola han puesto al país en segundo lugar en la producción de petróleo, después de Nigeria. El 70% del petróleo que exporta el país lo producen las olvidadas tierras norteñas del enclave de Cabinda, la décima octava y más disputada provincia de Angola, que ha estado enfrentando una antigua lucha por su independencia.

Por su parte, la capital Luanda, con una población de cinco millones y considerada la segunda ciudad más cara del mundo [en], se ha convertido en un El Dorado para empresas y mercenarios extranjeros. El pasado de guerra e historia de gobierno colonial están ahora dando paso a la modernización. Uno de los proyectos inmobiliarios más icónicos ha sido establecido en Kilamba Kiaxi [en], a unos 30 km afuera de Luanda, donde una empresa china contratada por el gobierno empezó a construir la que posiblemente se convierta en la mayor ciudad fantasma de África debido al alto precio de los inmuebles que la mayoría de la población no puede pagar.

La desigualdad socioeconómica es enorme y el nivel de corrupción [en] es uno de los más altos del mundo. Aunque el dinero angoleño circula dentro de las esferas de poder y en el extranjero, y domina negocios y los sectores económicos en Portugal, hay un cruel contraste con el 70% de la población de Angola que «está descalza, tiene el estómago vacío (y) vive en una barriada».

A guy stands in front of the remnants of a collapsed building of the National Bank of Angola in Kamacupa (Bi Province), destroyed during the civil war. There are people still living inside. -- The civil war in Angola, that started in 1975, ended in 2002. Ten years later, in 2012, Angola is growing fast, though wounds from the recent conflict still remains. Photo by Bruno Abarca copyright Demotix (23/08/2012)

«Hombre parado frente a los restos de un edifcio en ruinas del Banco Nacional de Angola en Kamacupa (provincia Bié), destruido durante la guerra civil. Todavía hay gente viviendo al interior. La guerra civil en Angola empezó en 1975 y terminó en 2002. Diez años después, en 2012, Angola crece rápidamente, aunque las heridas del reciente conflicto continúan». Foto de Bruno Abarca, derechos reservados Demotix (23/08/2012).

Manifestación rima con represión

En 2011, el descontento había tomado las calles a lo largo del año, pero las voces de desacuerdo han sido reprimidas violentamente.

El último informe llegó el 22 de diciembre de 2012, de una de las plataformas de activismo digital más prolíficas del país, Central Angola [pt]. Una manifestación en protesta contra la desaparición de dos ciudadanos en mayo (Kassule y Kamulingue) [pt] fue reprimida violentamente [pt] por la policía antidisturbios [pt] antes de llegar a su destino final, el Ministerio de Justicia, como muestra el siguiente video:

Algo parecido ocurrió en marzo, cuando el estado dejó sentir su fuerte brazo y reprimió una protesta “Contra el fraude en las próximas elecciones». La manifestación terminó con activistas desaparecidos y violencia policial.

A comienzos de mayo, el asesinato de Júlio Kussema, uno de los voluntarios del grupo de derechos humanos OMUNGA [pt], arrojó luces de nuevo al surgimiento de “intimidación policial y alarmantes niveles de violencia del estado”. Poco después, Amnistía Internacional informó [en] que como se acercaban las elecciones de agosto, se esperaba que aumentaran los ataques contra la libertad de expresión.

Como en el antiguo régimen colonial, los músicos de resistencia tienen ahora un importante rol en sensibilizar acerca de las divagaciones de la élite política también. Raperos como McK, Luaty y Carbono se han convertido en los favoritos de la persecución política y ataques de la policía.

The year started with McK's new hip-hop album “Proibido ouvir isto” (Forbidden to listen this) on the top. The track "O País do Pai Banana" (The Country of the Banana Father) exposes social disparity and denounces oligarchy and corruption. It also refers to the problem of alcoholism among youth, a plight that becomes more visible with the elections approaching, as MPLA organizes “food and drinks marathons” in order to please and distract the voters. In April, a youth demonstration against alcoholism was violently repressed.

El año empezó con el nuevo álbum de hip-hop de McK “Proibido ouvir isto” (Prohibido escuchar esto) a la cabeza. El tema «O País do Pai Banana» (El país de Papá Banana) expone la desigualdad social y denuncia la oligarquía y corrupción. También se refiere al problema de alcoholismo entre los jóvenes, que volvió más visible con la cercanía de las elecciones, pues el MPLA organizó “maratones de comida y bebida” para complacer y distraer a los electores. En abril, una manifestación juvenil [en] contra el alcoholismo fue violentamente reprimida. Foto del blog LusoHipHop.

El reportaje de Aljazeera “Angola: Nacimiento de un movimiento”[en], lanzado en noviembre, cuenta la historia de tres jóvenes activistas inspirados por la escena subterránea de rap de Angola:

(No muchos) angoleños van a las urnas

En marzo, surgieron versiones de que el proceso electoral de 2012 estaba fuertemente parcializado, con una protesta contra la nominación de Suzana Inglês, miembro del partido gobernante, el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), para encabezar el Comité Nacional Electoral.

A lo largo del año, mientras los medios convencionales pintaban una festiva imagen de la campaña electoral, con muchas inauguraciones públicas del partido de gobierno, los blogueros nacionales informaron lo que estaba ocurriendo tras bastidores. En vísperas de las elecciones de Angola a fines de agosto, el partido de oposición habló fuertre y claro con los medios, y afirmó que el proceso electoral fue el peor [en].

El día de las elecciones llegó y los ciudadanos reportaron falta de transparencia en los padrones electorales, problemas con asignaciones de personas en los centros de votación y falta de observadores acreditados. Además de las altas cifras de ausentismo, el resultado no sorprendió: Eduardo dos Santos renovó su mandato, y su brazo derecho, Manuel Vicente [en], expresidente de la empresa petrolera estatal Sonangol y considerado uno de los africanos más influyentes del mundo en 2012, se convirtió en vicepresidente. Vicente está bajo investigación [pt] en las cortes portuguesas por lavado de dinero y fraude fiscal.

El Ejecutivo asumió el 26 de setiembre, pocos días después de otra protesta reprimida el 20 de setiembre, que tenía la intención [en] de “presionar a la oposición para que no tomara su lugar en el Parlamento tras unas elecciones claramente fraudulentas”.

Libertad de prensa

Un artículo publicado en Global Voices en noviembre sostiene que el modelo de censura angoleña se está volviendo cada vez más sofisticado.

Free information. Photo of a stencil in Lisbon by Graffiti Land on Flickr (CC BY-NC 2.0)

Información libre. Foto de un grabado en Lisboa de Graffiti Land en Flickr (CC BY-NC 2.0).

Ciertamente, el año empezó con la polémica decisión de RDP (Radio y Televisión de Portugal) de cortar un programa de radio estatal portuguesa luego de la emisión de un artículo de opinión sobre Angola. Los blogueros manifestaron control de los medios portugueses por parte de los grupos económicos angoleños:

La verdad acerca de la “petroligarquía” angoleña, en un país donde la cornucopia de los ricos se reduce a algunos y más de la mitad de la población vive en la más terrible pobreza, es una línea que simplemente no se cruza.

En febrero, Maka, organismo supervisor angoleño de la corrupción, lanzó una campaña en línea [pt] pidiendo a CNN Internacional que dejara de aceptar publicidad [pt] del gobierno del Presidente Dos Santos. El presupuesto presidencial para 2012 destinaba cerca de US$17 millones [pt] para promover una imagen positiva de Angola en CNN Internacional [en], a través de una empresa manejada por la familia Dos Santos.

En marzo, el Comité para Proteger Periodistas condenó una incursión policial [en] en el semanario independiente angoleña Folha 8, donde se confiscaron 20 computadoras por razones políticas, y lo calificó como un “crudo acto de censura”. Ese mismo mes, Mohamed Keita, funcionario encargado de África en el Comité para Proteger Periodistas, fue entrevistado por Global Voices, y afirmó que Angola es uno de los países africanos donde la libertad de expresión está en mayor riesgo:

El Presidente José Eduardo Dos Santos y sus asociados del goberante MPLA controlan la mayor parte de los medios de comunicación de Angola y aplican censura de noticias e información. Solamente dos periódicos y dos estaciones de radio no fueron controlados por el gobierno. A los periodistas que informan de la corrupción oficial se les procesa y condena a la cárcel. Las fuerzas de seguridad atacaron e intimidaron a periodistas que informaban de protestas contra el gobierno de jóvenes que pedían que Dos Santos dejara el cargo. Angola y Camerún han presentado medidas legislativas para combatir el  “crimen de internet” pero las leyes castigan la difusión electrónica de fotos y videos de acontecimientos públicos con periodos en prisión.

En mayo, la periodista guineana Milocas Pereira desapareció misteriosamente en Luanda, donde vivía, y nadie la ha visto desde entonces. Había informado de la presencia del ejército angoleño “Missang” desplegado en Guinea Bissau para reforma militar, y desapareció tras el golpe de estado en abril de 2012. En noviembre, nueve generales y dos compañías angoleñas iniciaron un caso judicial [pt] en Portugal por difamación contra el periodista de investigación Rafael Marques y su casa editora Tinta da China [pt], que editó el libro de Marques “Diamantes de Sangue – Corrupção e Tortura em Angola” (Diamantes de sangre – Corrupción y tortura en Angola). Marques es el editor de Maka e investiga la corrupción en Angola.

Keita también agregó que, como en cualquier país africano, los «medios sociales en manos de los jóvenes periodistas ciudadanos están avivando los movimientos de protesta en Angola», aunque muchos ciudadanos, como Carlos Lacerda en Facebook [pt], no esperan muchos cambios en el año por venir:

BOM 2013. Em Angola os poucos que têm milhões vão ter ainda mais milhões e os milhões que têm pouco, ou nada, vão continuar na mesma.

[Que tenga] BUEN 2013. En Angola los pocos que tienen millones van a tener aun más millones y los millones que tienen poco, o nada, seguirán igual.

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