Entrevista con Maksim Kononenko: Blogs no opositores de Rusia

En conexión con un documento más grande de investigación, recientemente me estuve enviando correos electrónicos con Maksim Kononenko (@kononenkome) para saber más sobre su punto de vista de los blogs «no opositores» y los movimientos sociales en internet. Kononenko es ampliamente considerado como uno de los pioneros de RuNet [en], y ha trabajado como publicista, columnista, programador y presentador de televisión, entre otras cosas. Se autodescribe como «liberal», aunque su posición política lo sitúa directamente fuera de la oposición rusa.  

¡Muchas gracias a Maksim Vitalyevich por tomarse el tiempo de contestar a mis preguntas! (Gracias también al compañero de RuNet Echo, Andrey Tselikov, por pulir mis preguntas en ruso.) Espero que los lectores disfruten de nuestra conversación tanto como yo lo hice.

Maksim Kononenko, foto de M.K., utilizada con permiso.

Kevin Rothrock: ¡Buenas, Maksim Vitalyevich! Estoy intentando comprender si es posible argumentar que los blogs no opositores de Rusia constituyen un movimiento social. Los académicos y periodistas por lo general asumen que el no establecimiento de una oposición rusa es un movimiento social, aunque dividido y débil. Quiero saber qué puede decirse de los adversarios en la red.

Una de las definiciones más famosas de los movimientos sociales pertenece a Charles Tilly. Expuso que los movimientos sociales combinan los siguientes factores:

1. Un esfuerzo público sostendo y organizado haciendo peticiones colectivas a la audiencia meta: una campaña
2. Empleo de combinaciones de entre las siguientes formas de acción política: la creación de coaliciones y asociaciones con fines específicos, reuniones públicas, vigilias, marchas, manifestaciones, peticiones, declaraciones hacia y en los medios públicos y el reparto de folletos: el repertorio del movimiento social.
3. La representación pública conjunta de los participantes de valía, unidad, número y compromiso (WUNC, en inglés) por parte de ellos mismos o sus distritos: despligue del WUNC.

Primera pregunta.
¿Cree que la definición de Tilly [de movimiento social] caracteriza su trabajo como bloguero? ¿O quizás solo una parte de su concepto se relaciona con su trabajo? ¿O los factores de Tilly no tienen en absoluto relación alguna con sus blogs?

Asumo que la definición de Tilly no encaja perfectamente, en especial ya que el blogueo político es un fenómeno relativamente nuevo que se hace en la red y no en las calles, donde la actividad del «movimiento» tradicional tiene lugar. Así que, aunque piense que la mayor parte de la definición de Tilly no es aplicable, estaría interesado en saber si piensa que algo de ella describe sus esfuerzos como bloguero.

Segunda pregunta.
Sin reparar en si piensa o no que los blogueros no opositores constituyen un movimiento social, ¿cuál es su actitud a la hora de clasificar ciertos blogueros como miembros de un movimiento social? ¿Cree que esto puede hacerse de forma científica, o es toda la empresa un juego político de glorificar a ciertos individuos y vilipendiar a otros?

Maksim Kononenko: Espero que entienda una cosa importante y fundamental sobre Rusia: hace veinte años todos vivíamos en la Unión Soviética. Era una sociedad más bien peculiar, con una calidad de vida totalmente miserable, pero consecuentemente bastante igualitaria a nivel social. Es decir, todo el mundo era igual de pobre, pero -ya que todos vivían así- esta miseria cotidiana no molestaba a nadie en particular.

Entonces, literalmente en un instante (en cuestión de semanas durante el invierno de 1992), todo cambió de forma radical. Nuestra sociedad se dividió de forma pronunciada entre aquellos que se pudieron adaptar a las nuevas, condiciones antisociales (una minoría), y aquellos que continuaron viviendo igual que antes (la inmensa mayoría). Aquellos que siguieron viviendo como antes envidiaron mucho a los que se adaptaron. Envidiaron sus coches, el cambio de sus condiciones de vida, sus visitas al extranjero. Esta envidia creó las colosales tensiones sociales de los años noventa -una era en la que virtualmente todos los ingresos se redistribuyeron brutalmente a aquellos que se habían adaptado (en especial a unos pocos llamados «oligarcas»).

Y entonces Putin llegó. Y el precio del petróleo aumentó. Putin pasó a nacionalizar las empresas de los oligarcas. Y las oficinas de las empresas del estado crecieron durante mucho tiempo. Esto es, hubo muchas veces más personas entre las que distribuir los beneficios. Y así evolucionó la burocracia. Todo esto, además de la corrupción total, aumentó aún más el número ciudadanos que querían conseguir un trozo del gran pastel de petróleo. Y la situación social paradójicamente se compensó. Poco a poco el dinero fue entrando en las regiones. La gente iba confiando en un mañana (esto era imposible con Yeltsin), y empezó a hacer planes, a tener niños, a pedir créditos, a comprar coches y apartamentos y a construir casas. Y, hasta la fecha, la inmensa mayoría de la población del país está ocupada haciendo simplemente eso: comprar y gastar, en un esfuerzo por recuperar lo que se denegó a la gente con las autoridades soviéticas y Yeltsin.

En Moscú, en los últimos años se ha formado un estrato de personas para las que el consumo básico ya no es un problema. Esto incluye tanto a los soviéticos, que se han reorientado hacia las nuevas condiciones, y otros, a los que las autoridades soviéticas ni siquiera recuerdan, y crecieron en una Moscú ya capitalista por la que saben navegar. Son estas dos categorías de personas las que comprenden la base de las protestas en las calles de Rusia hoy en día. Y precisamente esto explica por qué hay protestas en Moscú, pero no en las regiones —las regiones siguen luchando con el consumo básico. Conforme las regiones se van saciando, las protestas se desplazan hacia estas. Pero es improbable [que se movilice] más del uno por ciento de la población. (Esta es mi estimación).

Lo siguiente es que la fórmula de Charles Tilly no se aplica en realidad a nuestra realidad rusa. Cualquier petición colectiva que hagamos a las autoridades viene de grupos pequeños y esas peticiones son casi siempre altamente utilitaristas. Son unos tiempos difíciles para la unidad en Rusia. Después del derrumbe de una sociedad soviética muy unida, nunca se formó una nueva sociedad y la gente vive aislada.

Por este motivo, cualquier estudio de la «blogosfera opositora» siempre corre el riesgo de convertirse en el estudio de una comunidad bastante estrecha de gente unida por ciertos intereses comunes —algo en el sentido de «blogosferas de pescadores» o «blogosferas de estudiantes de alguna universidad en particular.»

Lo mismo ocurre con la «blogosfera pro-Kremlin». En líneas generales, es una comunidad de gente que se conoce y vive en una ciudad. (Está claro que Moscú es una metrópolis, pero los clubs y cafés intelectuales que hay en el centro de la ciudad no pueden alojar a más de mil personas). Ahora bien, los «blogueros opositores» y «blogueros pro-Kremlin» se conocen inevitablemente y a menudo han estudiado o trabajado juntos. Y su «enfrentamiento» en la red es, en gran parte, un juego.

Sobre todo en este núcleo de gente que se conoce mutuamente, también está, por supuesto, la gente ideológica —los seguidores, digamos. Se encuentran en ambas partes y la blogosfera central (opositores y pro-Kremlin) a menudo consiente a estos seguidores ideológicamente motivados, como si fueran niños.

Pero no hay un conflicto de super-sistemas.

Así que su suposición de un «juego político» es correcta en general. Los movimientos políticos en la blogosfera rusa todavía no se han formado. Los movimientos de caridad se están formando. Los movimientos de voluntarios se están formando. Los movimientos medioambientales están peor, pero también se están formando. Desde 2005 hemos hecho grandes progresos en esta dirección, pero los movimientos políticos no se están formando. No han ido más allá de las viejos camarillas de la primera década de Putin. Además, entienda que la «oposición» está liderada por personas que han apoyado a las autoridades durante la primera década del 2000. Solo más tarde, los que se desilusionaron o se cansaron se pasaron al otro lado. Aquellos que se quedaron [de parte de las autoridades] (como yo) no constituyen una fuerza unida —están solos. Puede llamarlo un tipo de ejercicio intelectual, validando y justificando las acciones de Putin hoy en día, ya que haciéndolo se ha convertido en algo más difícil de lo que era hace cinco o seis años.

Pero, esencialmente, la blogosfera rusa y la sociedad de la que deriva es completamente apolítica.

Kevin Rothrock: En 2008, en un libro titulado «La web que fracasó» [en], Floriana Fossato, John Lloyd, y Alexander Verkhovsky concluyeron que el gobierno ruso está interviniendo a conciencia en la RuNet, enviando blogueros pro-Kremlin y «trolls» a luchar contra la oposición para «reproducir los mecanismos probados de propaganda y manipulación».

¿Qué piensa de esto? ¿Es cierto lo que escribieron Fossato y los demás? ¿Es su idea (y no solo de ellos) que existe un movimiento de base oposicionista en RuNet? El movimiento está siendo atacado por ciertos «trolls», a quienes el Kremlin organiza. ¿Podría una interpretación como tal describir la realidad?

Por ejemplo, me parece que hay dos alternativas: o bien (1) no existen esos fundamentos y todos los blogueros políticos están simplemente a disposición de sus socios, o (2) los autores «pro-Kremlin»/»no opositores» escriben sinceramente, también, sin manipulación desde arriba. ¿Cuál es su opinión sobre este asunto?

Maksim Kononenko: El mundo es diverso. Por supuesto que hay líderes de la opinión pública a quienes le compran la lealtad. Pero la inversión en la «oposición» ocurre exactamente de la misma forma. Es más, esto en realidad solo incumbe a los líderes y hay muy pocos de ellos en cada lado. A veces asumen una función impuesta desde arriba, pero eso es solo en ocasiones. Lo importante es que no van contra sus conciencias cuando están en un lado o en el otro. Escriben lo que creen.

Además de esto, hay diferentes categorías de oponentes a cada lado.

Primero, están los luchadores comprometidos —los que llama «trolls». Se podría comparar su lucha con las batallas entre grupos de aficionados a los deportes, que son a la vez tan sinsentido como entretenidas.  Hay aficionados en ambas partes: Putin los tiene y Navalny también. Y son precisamente esos aficionados los que constituyen la inmensa mayoría del tráfico polémico de LiveJournal. No necesitan recursos especiales para hacerlo —dirigen sus propias líneas de la trama (por ejemplo, la historia sobre una hipster embarazada [a la que la policía le pegó una paliza] en [la plaza] Bolotnaia).

En segundo lugar, están los trolls comprometidos. Estos no son luchadores comprometidos y su propósito es trolearnos a todos. En el LiveJournal de Navalny, trolean a los seguidores adoradores de Navalny. En el LiveJournal de Maksim Sokolov, por ejemplo, trolean a los fans de Maksim Sokolov. Ahora esto es simplemente una parte de la cultura online. Necesita entender que Anonymous varía. Hay un Anonymous contra todo el gobierno y hay un Anonymous contra gobiernos específicos (por ejemplo, Georgia).

Y tercero, están aquellos que buscan fondos. De nuevo, lo que se encuentra en una parte, se encuentra también en la otra. Se encuentra gente en ambas partes intentando vender ansiosamente las redes de bots ya hechas hasta el grado de que ambas partes son financiadas. O eso o vendiendo sus propios blogs como vehículos publicitarios.

Existe un movimiento de base de la oposición. (Ya me he referido a la naturaleza de este). Pero es igual de real el movimiento de base patriótico y es mucho más fuerte que la oposición, aunque es menos entretenido con relación a los medios. Créame: las visitas que los líderes de la oposición hacen a los congresistas norteamericanos enfadan a más gente en la red que Putin y su sistema decrépito. [A pesar de su enfado con Putin], no están listos todavía para compartir sus penas con los políticos de otro país.

Kevin Rothrock: Me interesa mucho lo que escribió sobre esta incestuosa «comunidad de gente». Si toda la blogosfera política está jugando en la camarilla, ¿significa que la mayoría de los blogueros consideran su trabajo como una especie de juego? Mencionó un cierto «ejercicio intelectual». ¿Es ese ejercicio un juego para usted? ¿Es Maksim Kononenko simplemente un opositor articulado o critica a los opositores por algún propósito real?

Maksim Kononenko: Esa es una buena pregunta. No sé si por otros (las relaciones en el contexto actual pueden ser complicadas —solo mire a Marat Gelman, a Gleb Pavlovsky, a Marina Litvinovich o a Stas Belkovsky), pero puedo hablar por mí. Soy una persona muy liberal. En mi juventud, mi liberalismo fue absoluto, pero —con los años y la responsabilidad de la familia, los niños y los padres— ese liberalismo se ha separado del mundo ruidoso. Sigo siendo un liberal, pero no quiero que mi mundo se cruce con el mundo de los revolucionarios ideológicos —con el mundo de la gente que arroja asfalto a la policía ni tampoco con la gente que asiste a las marchas. Pero en la medida en que soy todavía un liberal, no me puedo permitir decir, «Mandemos a toda esta gente a Siberia». No, por mi parte, me enfrentaría a esas personas con los mismos métodos que mis convicciones liberales exigen. Me burlaría de ellos y pondría sus pecados bajo la lupa (como en la historia sobre la experiencia jurídica de Navalny). Esto es simultáneamente un juego y un ejercicio intelectual y al mismo tiempo una postura política.

Por desgracia, hay pocos como yo, pero también hay otras personificaciones de lo mismo. Tome a Navalny, por ejemplo. Navalny es un político. Su imagen actual como «Campeón de la anticorrupción en toda Rusia» es el cuarto de sus proyectos políticos. Primero estuvo el movimiento “Yabloko,” después, el “Da-Debaty,” y luego el “NAROD”. En ninguna de esas veces no funcionó, aunque el «Da-Debaty» fue muy popular e incluso lo llamaron para salir en la televisión. ¡Y asumió el papel de presentador de televisión totalmente en serio! Esto es porque era su capitalización y él es —repito—un político natural. Más tarde encontró el éxito al exponer [la corrupción] y ganó un peso político real.

Ahora respóndame: ¿qué son para Navalny los movimientos “Yabloko”, “Da-Debaty”, y “NAROD”? ¿Un juego? ¿Un ejercicio intelectual? ¿Una empresa? ¿Y merece la pena hablar de su campaña anticorrupción, si se ha olvidado que hay tres encarnaciones políticas anteriores? No sé.

Además, no olvide que casi todo el mundo se conoce en ambas partes. Han trabajando junto, a veces en los mismos proyectos políticos, y más tarde se separaron para asumir otros proyectos políticos y oponiéndose. ¡Con el motivo podría escribir un guión solamente de mi relación con Marina Litvinovich!

Es más, todo el mundo (es decir, literalmente cada persona) tiene una motivación completamente diferente. [Boris] Nemtsov quiere venganza contra Putin porque nunca fue presidente. [Garry] Kasparov trabaja abiertamente para el Departamento del Estado de EE. UU. [Oleg] Kashin odia el régimen por su derrota. Todos tienen sus razones. Aquellos en el otro lado, también.

Kevin Rothrock: Una última pregunta: ¿por qué los movimientos de la caridad, voluntariado y medioambientales se formaron en la blogosfera rusa, pero no movimientos políticos? Quizás tiene razón y la sociedad rusa es todavía demasiado soviética para activarse, pero ¿por qué ciertas partes de la sociedad aun así se han despertado? ¿Por qué han sido precisamente estos grupos?

Maksim Kononenko:  Porque por lo general no hay nada por lo que luchar en los movimientos de caridad y voluntariado, mientras que, en cualquier movimiento político, la pregunta clave es «¿quién está a cargo?» De hecho esta es la única razón del fracaso de todas las coaliciones políticas en Rusia durante los últimos diez años. Han sido totalmente incapaces de acordar quién está a cargo. Pero estas personas que no se ponen de acuerdo son gente del pasado — sus Nemtsovs, Limonovs, y Kasparovs.

Ahora han sido sustituidos por una generación nacida tras la URSS. Una generación de veintitantos. Ven la vida de forma un poco distinta y pueden comprometerse. Así que seguro que los movimientos políticos surgirán en la red. Simplemente deles tiempo.

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