Respondiendo a una afirmación [1] [en] de Gerald Knaus…
Atenas y Skopje enfrentan un [dilema del prisionero [2]]: si ninguno cree que una solución es posible, y actúa con respecto a esto, ambos lados perderán.
…Zarko Trajanoski [3] [en] escribió en Facebook:
No obstante, la analogía con el «dilema del prisionero» no solamente es falsa, sino muy ofensiva: Atenas no es un prisionaero, sino un guardia de prisión y tal vez un torturador político en este caso. Y el resultado de esta tortura política, con ayuda de Sofía también, es el auge del etnonacionalismo macedonio y el descenso del liberalismo, la democracia y los derechos humanos.
Luego ofreció una explicación más detallada en un post de su blog [4][mk [5]].