Las dos caras de la capacidad de ayuda de los voluntarios en Rusia

Vidas perdidas y medios de subsistencia destruidos en Derbent son otro recordatorio de la pasividad e incompetencia con la que las autoridades rusas responden a los desastres.

La noche anterior al miércoles 10 de octubre, cayeron unas fuertes lluvias en la localidad de Derbent, en Dagestán, una república montañosa del Cáucaso Norte de Rusia. La lluvia atacó las calles formando inundaciones y trayendo la devastación. Según las autoridades locales [en], 6 personas murieron enterradas bajo una avalancha de barro; 320 casas se inundaron; y alrededor de 1200 personas quedaron atrapadas en las zonas afectadas.

El día de las inundaciones, el usuario de YouTube Farid Pirahmedov capturó el caos resultante:

El reportero gráfico y bloguero Aleksander Belenkiy, conocido en Internet como macos [ru], visitó Derbent diez días más tarder; el relato de lo que atestiguó puede encontrarse en su LiveJournal [ru].

Para evaluar los daños del desastre, funcionarios de Daguestán visitaron [en] las casas afectadas por la inundación y las volvieron a declarar habitables. Sin embargo, el relato [ru] de Belenkiy, lo retrata de forma diferente. Algunas casas estaban completamente destruidas y muchas necesitaban bastantes reparaciones antes de poder volver a ser utilizadas como hogares. Belenkiy [ru] también describe a los ciudadanos de Derbent trabajando sin descanso para limpiar las calles y quitar el barro y las piedras de sus casas. Los residentes se pasaron más de una semana limpiando la localidad, una tarea que obligó a muchos a abandonar sus puestos de trabajo de forma temporal.

El abastecimiento de agua de la localidad también ha resultado dañado y una cisterna de agua potable tardaría días en llegar. Mientras, a los residentes no les quedó otra opción que comprar agua embotellada. Finalmente, los funcionarios restauraron en agua potable en Derbent dos semanas enteras después de la inundación, el 24 de octubre, según una fuente de noticias locales [ru].

La dedicación de los habitantes de ayudarse unos a otros representa un marcado contraste con la aparente indiferencia de las autoridades. En una de las fotos de Belenkiy [ru], se puede ver a una mujer y a su hijo limpiando la casa de su vecino, un profesor de literatura de 83 años que vive solo.

Consecuencias de las inundaciones en Krymsk, 11 de julio de 2012, foto de Maria Pleshkova, copyright © Demotix.

En su relato, Belenkiy hace comparaciones [ru] entre el desastre de Derbent y las devastadoras inundaciones que agitaron Krymsk anteriormente este año, donde al menos 171 personas murieron y miles de casas quedaron sumergidas. Varios funcionarios locales fueron despedidos cuando los ciudadanos se quejaron de que las autoridades no les advirtieron del peligro.

Казалось, что «крымская» история больше никогда не должна повториться: трагедия, всколыхнувшая всю страну, долго была в центре внимания общества. В зону чрезвычайного положения под Краснодаром приезжали политики и чиновники всех мастей, тысячи волонтёров, обычных людей, которые хотели помочь. […]

То, что случилось в Дербенте, очень похоже на события в Крымске. За исключением того, что сюда не приехали волонтёры со всей России, не прислали тонн гуманитарной помощи, а местные власти, похоже, вообще никакой помощи не оказали. До сих пор, спустя неделю, люди продолжают откачивать жижу и выкорчёвывать камни из стен своих домов.

Parece que la historia de Krymsk nunca más se repetirá: la tragedia resonó en todo el país, [y absorbió] la atención de la sociedad durante mucho tiempo. Políticos y oficiales de todo tipo visitaron la zona afectada y miles de personas se ofrecieron voluntarias para ayudar. […]

Lo que ha pasado en Derbent es muy parecido a lo que ocurrió en Krymsk. Con la excepción de que no se han apresurado a ir a Derbent voluntarios de toda Rusia, no se han enviado toneladas de ayuda humanitaria y las autoridades locales al parecer no ofrecieron absolutamente ninguna ayuda. Hasta ahora, una semana más tarde, la gente sigue sacando el barro de sus casas y desenterrando las piedras [incrustadas] de sus paredes.

La falta de una fuerte respuesta popular a la tragedia de Derbent es notable y decepcionante. Tras las inundaciones de Krymsk, Rusia vio un un gran flujo de esfuerzos por parte de los voluntarios [ru], con la sociedad civil y representantes de diferentes grupos políticos uniendo sus esfuerzos para ayudar a los ciudadanos de Krymsk. Quizás la indiferencia al sufrimiento de Derbent radica en el hecho de que Daguestán es una república plagada de insurgencias islamistas radicales, donde la violencia y la muerte ocurren a diario.

Las autoridades de Daguestán afirman [en] haber enviado un grupo de 180 trabajadores voluntarios formado por estudiantes de la capital de la República, Majachkalá. (Durante la visita de Belenkiy, esta armada de voluntarios no estaba [ru] por ninguna parte.) Los funcionarios de Daguestán también anunciaron [en] que el gobierno de la República negó la ayuda externa de otras regiones de Rusia.

El aspecto más sorprendente del relato de Belenskiy [ru] es el sinsentido de esta tragedia. Solo hace dos años, Derbent experimentó una inundación similar; torrentes de agua cayendo por las mismas calles. Las autoridades tuvieron bastante tiempo para mejorar la protección contra las inundaciones, pero nunca se hizo nada. Ni siquiera las desastrosas inundaciones de Krymsk bastaron para acabar con la negligencia de los funcionarios. Belenkiy termina el post de su blog lamentando el pésimo estado de la gobernanza en el país y preguntando retóricamente [ru]:

Вот скажите мне, сколько ещё должно случиться крымсков, сколько бесланов, чтобы наконец что-то изменилось?

Diganme, ¿cuántos desastres más como el de Krymsk o como el de Beslán [haciendo referencia a la masacre de la escuela de Beslán], tienen que ocurrir antes de que algo cambie?

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