Hackathones a montones: ¿Cómo se organiza una hackathon?

En el siguiente artículo como invitado, J.J. Merelo, Doctor en Ciencias Físicas y profesor en la Universidad de Granada, España, nos cuenta de su experiencia organizando hackathones educativas a propósito de la Hackathón regional Desarrollando América Latina 2012 a realizarse el próximo mes de diciembre.

A priori la palabra hackathon no debería dar lugar a muchas dudas: marathon + programación. 52 kilómetros de programación hasta que alguien queda exhausto. Juntas a unos cuantos, les dices, hala, a programar. ¿Alguna duda? ¿No? Bueno, pues adelante.

En realidad, no es tan simple y nos dimos cuenta ya cuando organizamos el primer hackathon de proyectos de software libre en la UGR (Universidad de Granada).

Foto tomada del álbum Hackathon en Picasa, usada bajo una licencia Attribution-ShareAlike 3.0 Unported (CC BY-SA 3.0).

Foto tomada del álbum Hackathon en Picasa, usada bajo una licencia Attribution-ShareAlike 3.0 Unported (CC BY-SA 3.0).

Este hackathon se hizo para apoyar a los proyectos participantes en el Concurso de Software Libre, que se celebraba por segunda vez en Granada. La idea principal era difundir los proyectos, atraer a la comunidad y por supuesto darle un pequeño empujón para darles para el pelo al resto de los concursantes ayudar a los participantes de la UGR a trabajar en sus proyectos y resolver los problemas que tuvieran. No sé qué idea teníamos, la verdad. Que iba a venir el más experto de la UGR en Java, Python, entornos MVC y por supuesto metodología de programación.

Por supuesto, tuvimos de todo eso. Pero también el chaval de primero que venía con ansias de aprender y el teleco que sólo había visto Java y pensaba que Python era el nombre de un revólver. Y los traductores. Porque cuando haces un hackathon en la universidad, viene gente de toda la universidad. Y la universidad es muy grande y hay de todo.

Por lo que ponerse a programar desde el minuto uno es muy difícil. Hay que enseñar las herramientas usadas, principalmente herramientas de desarrollo colaborativo y redes sociales. Sí, redes sociales. Lo creas o no, hay más usuarios de Whatsapp que de Twitter. También metodología de desarrollo. No se trata de tú, haz esto y tú, aquello. Qué hacer, cómo hacerlo. Con quién hacerlo. A quién presentarle el resultado. Cómo comprobar que el desarrollo es correcto. Todo. Así empieza el hackathon: poniendo a todo el mundo al mismo nivel dentro de lo posible. Y con eso se van las primeras horas.

En realidad, las primeras horas se han ido mucho antes: en la previa al hackathon, todos los proyectos participantes tienen que organizar las tareas que se van a tratar de abordar en el mismo. Tareas para todos los niveles, desde el nivel Jennifer de IT Crowd que sabía darle al botón del ratón una y dos veces, hasta el nivel “No te preocupes, ya creo yo un nuevo intérprete para el lenguaje que me he inventado en una tarde”. Y, por supuesto, preparando las charlas específicas del proyecto en el que se vaya a trabajar. ¿Qué librerías estoy usando y por qué? ¿Tengo algunos criterios específicos de codificación? ¿Uso un lenguaje raro que nadie conoce y tengo que enseñárselo a la gente? En eso se van las siguientes horas.

Foto tomada del álbum Hackathon en Picasa, usada bajo una licencia Attribution-ShareAlike 3.0 Unported (CC BY-SA 3.0).

Foto tomada del álbum Hackathon en Picasa, usada bajo una licencia Attribution-ShareAlike 3.0 Unported (CC BY-SA 3.0).

Afortunadamente, luego viene la programación en sí. Que necesita espacio y tiempo. Tiempo suficiente para poder empezar y acabar la tarea y un espacio en la que se pueda desarrollar. Bien conectado, que tenga luz (en algún caso se fue la luz en la casa donde estaban trabajando) y, sobre todo, bien conocido por el chico de las pizzas para que pueda llegar rápida y eficientemente. Puede ser un bar, incluso. Pero que tenga enchufes y no te mire mal si te tiras con una cerveza una hora. O te ventilas tres cervezas en media hora. A veces la codificación necesita lubricantes de un octanaje alto.

Al final, hay tres claves para un hackathon con éxito: mucha difusión (y quiero decir realmente mucha, durante mucho tiempo, boca a boca, carteles, redes sociales, notas de prensa), preparación adecuada de los proyectos participantes (tareas suficientes y formación suficiente para los que vayan a participar) y proyectos atractivos (si alguien quiere hacer un compilador de Brainfuck no va a tener tanto éxito que si quiere hacer una aplicación móvil para encontrar pareja). Esto último, claro está, no lo puedes garantizar. Como da penita que algún proyecto no atraiga finalmente ningún participante, tú, organizador, ten algo previsto. Un hackathonero de guardia, por ejemplo.

¿Qué sale al final de los hackathones? Código, claro. Pero no deja de ser un evento social del que salen colaboradores en los proyectos y a veces hasta amistades. Por lo que no dejaremos de hacerlo, un año más. Si estás en España ¿Te apuntas al 5º hackathon de proyectos de la UGR? y si estás en Latinoamérica ¿Te apuntas al Dal2012?

Fotos tomadas del álbum Hackathon en Picasa, usadas bajo una licencia Attribution-ShareAlike 3.0 Unported (CC BY-SA 3.0).

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