India: Culpan a medios sociales de avivar disturbios de Assam

Este es el primer post de la serie de dos sobre el papel que desempeñaron los medios sociales en la India en los conflictos de Assam que se extendieron a lo largo del país y amenazaron con romper la paz de la nación.

El 25 de julio de 2012, informamos sobre los conflictos étnicos que estallaron entre la tribu indígena de los bodos y los colonos musulmanes bengalíes en el distrito de Kokrajhar, del estado indio de Assam.

En un principio, los principales medios de comunicación prefirieron evitar [en] el asunto y no informar de la realidad de los conflictos en el terreno. Tras el aluvión de preguntas y críticas [en] en los medios sociales sobre su silencio y la insuficiente cobertura de la situación en Assam, se dieron varias razones, entre las cuales quizá la más curiosa fue la de la «tiranía de la distancia» [en], que la zona donde estaban ocurriendo los conflictos de Assam era muy remota. Kokrajhar está situado a una distancia de 215 km en auto de la capital Guwahati (la distancia en línea recta sería de 150 km) y está fuera del alcance de los medios de comunicación nacionales, que no tienen vehículos necesarios para realizar reportajes.

Kokrajhar is located at a driving distance of about 215km from Guwahati, the capital of Assam

Kokrajhar está situado a una distancia de 215 km en auto de Guwahati, la capital de Assam

Y ahí es donde entraron los medios sociales. La gente informaba desde el terreno, los cibernautas se movilizaron y ofrecían información sobre refugios, hospitales, etc., por lo que en seguida se creó agitación en Facebook, Twitter, YouTube, blogs y varias páginas web.

Fue quizá la visita [en] del Primer Ministro, doctor Manmohan Singh, al distrito de Kokrajhar afectado por la violencia lo que hizo que los principales medios de comunicación centraran su atención en la situación, aunque la cobertura y el análisis de los acontecimientos dejó mucho que desear, ya que a menudo hablaban de los conflictos y sus causas con descripciones contradictorias y aportaban datos incoherentes sobre el número de personas afectadas. De esta manera, con su discurso y narrativa, los medios de comunicación fueron incapaces de calmar los ánimos con respecto al conflicto entre verdad y publicidad exagerada [en] sobre lo que estaba ocurriendo en el terreno.

Ranjona Banerji, columnista y editora consultora de MXMIndia, señaló [en] que «la violencia en Assam ha puesto al descubierto el mayor punto débil de los medios de comunicación de masas». En el mismo artículo añadía:

Aún tengo que leer (aquí la televisión es un completo fracaso) artículos publicados continuamente en la red sobre la situación de Assam… El mejor que he leído estaba en kafila.org [en] y, si los periódicos no tienen cuidado, Internet se va a adueñar de todo su territorio. Aunque teniendo en cuenta el nivel que tienen a veces los periódicos, ni siquiera sé si eso sería algo malo.

Aunque a la administración le tomó tiempo reaccionar y los medios convencionales (ahora con los disturbios en Assam en primera plana) debatieron ardorosamente sobre si los colonos musulmanes involucrados en los enfrentamientos eran o no inmigrantes ilegales [en], los alborotadores aprovecharon la oportunidad y utilizaron todos los medios a su disposición – ya sea por influencia sobre algunos medios de comunicación regionales o locales [en], usando Internet, medios sociales o incluso SMS y MMS con imágenes alteradas [en] – para propagar un sentimiento de victimismo e indignación entre parte de la población musulmana del país.

People returning home to Assam as news  spread that those hailing from the North Eastern states were being attacked and/or harassed across Western and Southern India. Image by Dipyaman Sarkar. Copyright Demotix (17/8/2012)

Gente volviendo a sus casas en Assam después de que las noticias difundieran que las personas provenientes de los estados nororientales estaban siendo atacados o acosados en las regiones del oeste y sur de la India. Imagen de Dipyaman Sarkar. Copyright Demotix (17/8/2012).

Mientras las autoridades se demoraban en actuar, la ciudad de Bombay vio el vandalismo captado por las cámaras [en] y un incremento de la violencia [en] desencadenado en los medios de comunicación. En Youth Ki Awaz, la bloguera Tanaya Singh describió [en] los incidentes de aquel día:

Durante una protesta que pretendía condenar la violencia en Assam y Myanmar, dos personas perdieron la vida en Bombay y 46 resultaron heridas. La manifestación de protesta organizada por la Academia Raza en el campo de Azad Maidan, tomó un cariz violento que llevó al incidente. La concentración reunía a unas 1000 personas, que se habían presentado para protestar contra el trato de los musulmanes de Assam. Según informan, la multitud se volvió agresiva de repente y prendió fuego a varios vehículos, entre los que se incluían furgonetas de medios de comunicación y un autobús público.

[…] Aunque la Academia Raza intentó mantenerse a raya declarando que sólo se habían reunido para protestar y que lo que querían no era desatar la violencia, el presidente de esta academia, que era un organizador del evento, admitió que se había realizado un discurso «irresponsable» en el campo que pudo ser probablemente la causa de lo ocurrido.

[Nota del autor: el número de asistentes fue posiblemente mucho mayor, ya que la Academia Raza declaró más tarde que habían esperado un máximo de 2000 personas y no estaban preparados para una asistencia tan masiva. Se han realizado informes contradictorios en los medios de comunicación sobre las cifras reales; por ejemplo NDTV lo fijó [en] en unos 10.000, mientras el Hindustan Times aseguró [en] que fueron unos 20.000.]

Otras versiones, sin embargo, planteaban que las «imágenes provocativas» y alteradas disponibles por MMS o imprimidas de Internet habían circulado [en] entre los manifestantes y que eso llevó a la violencia.

A pesar de que más tarde la policía detuvo [en] a más de 20 personas y la Academia Raza [en], la organización que había convocado la protesta, ofreció una disculpa incondicional [en] por el incidente, el malestar se extendió y en seguida se informó en Pune, Hyderabad, Chennai, Bangalore, Lucknow, Kerala, etc. de ataques esporádicos y amenazas realizadas [en] a ciudadanos provenientes del noreste.

El devastador rumor continuó imbatible durante un tiempo, provocando pánico e inseguridad entre los habitantes de los estados nororientales y haciéndolos huir [en] de vuelta a sus ciudades natales. El blog Our Funerera, culpando al rumor de distribuirse mediante «fuerzas fundamentalistas», describía [en] los acontecimientos de la siguiente manera:

Tras la violencia de Bombay, mucha gente admitió haber recibido mensajes incendiarios e instigadores sobre la protesta organizada. Después los mensajes se extendieron a Pune y, según se informa, los estudiantes de la región noreste en la que está situada Assam fueron acosados y amenazados. Más adelante, las malas ideas invadieron Bangalore, el centro informático de la India. Los estudiantes del noreste, con pánico, comenzaron a huir de sus residencias a miles, tomando los trenes o vuelos disponibles.

Las fuerzas fundamentalistas están intentando crear una división comunitaria por toda la India convirtiendo a los estudiantes del noreste en objetivos con la excusa de la «venganza». El gobierno de la India y los estados implicados han estado tomando medidas para asegurar la seguridad de todos los habitantes de Assam y del noreste que vivan en cualquier parte de la India. Pero el rumor se expande y las fuerzas divisorias han de ser detenidas antes de que se centren en otras zonas.

Como la situación amenazaba con dispararse fuera de control, el gobierno actuó finalmente, principalmente contra los mensajes y los medios sociales. Se instauró una prohibición temporal a los SMS y MMS masivos [en]. La policía local se puso en marcha y comenzó a detener a ciudadanos [en] que reenviaban ejemplos de SMS de «odio». Se advirtió a los sitios web de redes sociales que monitorizaran y eliminaran [en] el contenido incendiario. Unas 310 páginas web fueron bloqueadas [en].

Mientras que Google y Facebook han prometido [en] cooperar, el gobierno ha amenazado a algunas plataformas sociales como Twitter con emprender acciones legales [en] por no cooperar, aunque se está informando ahora de que ciertas URL de Twitter se han vuelto inaccesibles [en].

Naga students from Bangalore arrive at the Dimapur train station amidst fears of communal violence against the North Eastern people. Image by Caisii Mao. Copyright Demotix (18/8/2012)

Estudiantes de Naga de Bangalore llegan a la estación de tren de Dimapur entre los temores de violencia comunitaria contra las personas del noreste. Imagen de Caisii Mao. Copyright Demotix (18/8/2012)

No obstante, aunque el gobierno afile su retórica sobre ciberterrorismo [en] y culpe a páginas web pakistaníes de avivar los rumores [en], no todo el mundo está satisfecho con tales polémicas. Por el contrario, mucha gente cree que la situación fue resultado del fracaso del gobierno de mantener el estado de derecho [en] e intervenir a tiempo (en cuestión de ofrecer tranquilidad, seguridad frente a los ataques o amenazas, prevenir el éxodo), así como de identificar y multar a los criminales con rapidez.

Por ejemplo, Karela Fry cree que ese juego de culpar a los medios sociales es el intento del gobierno de «tapar la falta de acción» por su parte a la hora de castigar a los verdaderos autores. Opina [en]:

Tendría que estar claro que existen grupos dentro del país que trabajan para crear problemas. Es posible que tengan apoyo en cuestión de organización, dinero y material desde el otro lado de la frontera. Sin embargo, hasta que el gobierno no actúe para identificar correctamente a estos grupos, aislarlos y luego castigarlos, estos ataques terroristas pueden tener lugar en cualquier momento.

En la siguiente parte de esta serie, analizaremos si esta postura de «culpar a los medios sociales» está justificada (o errada) y qué papel desempeñan los medios de comunicación de masas en este discurso.

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