Uno de los temas más candentes en este momento en Perú, y muy especialmente en las redes sociales, es la posibilidad que el ex presidente Alberto Fujimori, quien cumple una condena de 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad y corrupción, reciba un indulto humanitario del presidente Ollanta Humala, en base a un presunto delicado estado de salud.

No es la primera vez que este asunto divide a los peruanos, y en esta ocasión ha resurgido tras el anuncio de que partidarios y familiares del ex presidente estaban evaluando solicitar formalmente el indulto para después de Navidad, sosteniendo que su estado de salud era precario. Su hijo Kenji Fujimori, congresista de la República, declaró a un programa de la TV local: «La decisión de la familia (sobre el indulto) ya está tomada (…) Basta con ver a mi padre para uno [sic] darse cuenta que su salud no está bien».

En abril de 2009 Alberto Fujimori fue declarado culpable de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, y de los secuestros del empresario Samuel Dyer y del periodista Gustavo Gorriti. La sentencia (que llegó tras un mediático juicio que duró casi 16 meses) señalaba que el ex presidente fue «autor mediato» de homicidio calificado, asesinato con alevosía y secuestro agravado. Fujimori se declaró inocente.

Protesta contra posible indulto a Fujimori, 15 de julio, 2011. The Advocacy Project (CC BY-NC-SA 2.0)

En su momento, la sentencia causó revuelo a nivel mundial y fue considerada como un hito, ya que era la primera vez que un presidente era condenado por violaciones a los derechos humanos por un tribunal de su propio país. Asimismo grupos de activistas en derechos humanos, representantes de gremios, asociaciones de familiares de peruanos desaparecidos, y bloggers, expresaban su satisfacción con la sentencia; pero también había un gran sector de partidarios de Fujimori que no estaban conformes.

Fujimori y su familia anunciaron que apelarían la sentencia. Silvio Rendón anotaba en GranComboClub:

…el juicio no fue por “aprobar una estrategia” ni por avalarla, ni por defenderla, sino por ordenar asesinatos. A Fujimori le han dado 25 años, la pena máxima posible, por asesino. No por aprobador, defensor o avalador de estrategias que enmarcaron asesinatos cometidos por otros. Considero importante que como sociedad tengamos muy claro el contenido de la sentencia al ex-presidente…

Desde principios de este año 2011, en el marco de la reciente campaña electoral, corría el rumor de que se preparaban movidas políticas para indultar a Fujimori. El comentario general, especialmente durante la segunda vuelta, era que el APRA, el partido del presidente saliente Alan García, habría pactado su apoyo a Fuerza 2011, el partido de Keiko Fujimori, a cambio de la no investigación y archivamiento de ciertos escándalos de corrupción en los que estarían involucrados algunos de sus más conspicuos miembros. Se especulaba incluso que García aprobaría el indulto antes de dejar el sillón presidencial, lo que motivó encendidos pronunciamientos a favor y en contra: incluso, de cara a las elecciones, se organizó a través de las redes sociales una marcha contra el indulto, denominada «Marcha por la Dignidad, Fujimori nunca más».

La periodista y blogger Claudia Cisneros posteó por entonces:

Tenemos todo el derecho a protestar, a desconfiar y a impedir que una vez más el poder sea usado entre agrupaciones políticas para limpiarse mutuamente sus culpas y delitos. (…) Si esta vez Alan se atreve a usar el poder que el pueblo le ha dado para representarnos y lo hace para burlarse de la lucha anticorrupción, no será olvidado jamás. No solo sería un insulto a la igualdad de derechos ante la ley de miles de enfermos presos en el país, sería un insulto al sistema judicial y legal, a la justicia peruana…

García no indultó a Fujimori, y el caso siguió latente hasta que el electo presidente Humala declaró, antes de asumir el mando del país, que «le daría el indulto por razones humanitarias», porque «nadie tiene por qué morir en la cárcel«.

Como parte del encendido debate entre los partidarios del indulto y sus opositores se crearon los hashtags #FujimoriLibertad y #noalindulto en Twitter, aunque también se usaron otros como #terrorismonuncamas, #indulto, #terrorismo o #caviares.

En cuanto al estado de salud de Fujimori, los informes médicos acreditan que «no tiene un cáncer activo«, y que padece «transtornos propios de su edad, pero ninguno de ellos es amenazante con su vida», con lo cual queda claro que no se encuentra en estado terminal, lo que dejaría sin su principal fundamento a la solicitud de indulto humanitario.

Muchos usuarios de redes sociales se oponían abiertamente al indulto, como Doc Holliday (@TheGunMan) o como Martha (@Marta_dm) quien tuiteó:

Lo unico q digo es q si@Ollanta_HumalaT da indulto va a perder mucho apoyo empezando por mi. Cc @NadineHeredia #noalindulto

Marco Silva Santisteban escribe en Facebook:

¿Crees que Fujimori pensó en la depresión y el dolor de sus víctimas inocentes entre las que había un niño de ocho años? Justicia no es venganza, indulto es impunidad..

Otros se expresaron abiertamente a favor del indulto, como Sydney Fernández de Castro:

Y así, el Poder Judicial se convirtió en Terrucos Airlines. Ollanta, ahí está tu línea aérea de bandera. La Berenson de vacaciones navideñas en New York (tremenda atea) y Mellado seguro veraneando en Viña. Y calladitos los caviares.  Sí al indulto a Fujimori!!!

O como Malumarket (@Malumarket):

Gracias Fujimori!!! Por haber logrado que podamos pasar la navidad sin terrucos, sin coches bomba y sin miedo!!#FujimoriLIBERTAD

Se llegó a decir incluso que el APRA continuaba aliada con el fujimorismo, y que el grupo de congresistas apristas estaría negociando su apoyo a Humala a cambio del indulto para su líder. Los congresistas fujimoristas, encabezados por Martha Chávez, salieron a desmentir esa versión.

Pero los rumores cobraron más fuerza después de que un conocido jurista aprista, Javier Valle Riestra (un ex Primer Ministro de Fujimori, en 1998) publicó una columna sobre el tema y declaró en la televisión local que Fujmori debería ser liberado aunque se encontrase sano: «…El indulto y la amnistía son en pro de la pacificación nacional (…) Fujimori puede ser un atleta, pero debe liberársele…».

Juristas y activistas de derechos humanos argumentan que los condenados por delitos de la gravedad de los cometidos por Fujimori no pueden acogerse al indulto. El bloguero Herbert Mujica anota al respecto:

En el caso de Fujimori, no es solo una ley que prohíbe el indulto por el delito de secuestro que ha sido condenado, sino dos. La Ley 26478, promulgada por él mismo en 1995 antes de su condena; y la Ley 28760, dada durante el gobierno de Alejandro Toledo. Ambas son leyes expresas que la Comisión de Gracias Presidenciales debe acatar, salvo que sus 5 miembros quieran asumir su responsabilidad penal por encubrimiento personal, delito previsto en el Artículo 404° del Código Penal. Igual suerte correría el Presidente Ollanta si concede el indulto pese a todo, violando leyes prohibitivas expresas. Su rol presidencial es cumplirlas. La Constitución no le faculta violar las leyes aprobadas por el Congreso y promulgadas por el mismo Presidente.

Entretanto, pese a todo, algunos manifiestan su apoyo a Fujimori votando por él como «El Peruano del Año 2011» en la encuesta online de una radio local.

Prensa Alternativa (@PrensaAlterna) tuitea:

La defensa de los DDHH es la piedra angular de toda sociedad democratica.Quedarse callado es hacerle el juego al autoritarismo #NoAlIndulto

El impacto y las repercusiones en la opinión pública han sido tan grandes que al parecer los mismos promotores del indulto se van convenciendo que es mejor esperar una coyuntura más favorable, pese a que una reciente encuesta señala que un 42% cree que Fujimori debe ser indultado (mientras que un 27% piensa que que debe continuar preso, y 26% opina que debe pasar a arresto domiciliario).

Indudablemente, este asunto no ha terminado y dará para largo, como vaticina el tuitero Omar Zevallos (@omarzev):

Nos espera una dura batalla contra el indulto a Fujimori #noalindulto