Marruecos: Proyecto de tren TGV de fabricación francesa causa controversia

El jueves 29 de setiembre de 2011, el presidente Sarkozy de Francia visitó Marruecos para supervisar el inicio de los trabajos de construcción de un nuevo ferrocarril TGV entre las ciudades de Tánger y Casablanca. El tren a gran velocidad de fabricación francesa debe empezar a funcionar hacia diciembre de 2015 y tiene un valor estimado de 20 mil millones de dirhams (US$2.4 mil millones).

La agencia estatal marroquí de noticias M.A.P. alardea que «Marruecos es el primer país en África y el mundo árabe en tener una red de transporte tecnológicamente tan avanzada».

En una ceremonia presidida por el Rey Mohammed VI de Marruecos y el presidente Sarkozy, el Ministro de Transportes de Marruecos, Karim Ghellab [fr], explicó que se espera que el TGV genere nuevos trabajos y ofrezca oportunidades de capacitación en profesiones ferroviarias para marroquíes que buscan trabajo.

Sin embargo, el proyecto está causando revuelo en la blogósfera marroquí. Los bloggers están haciendo preguntas acerca de los motivos detrás de los planes y preguntándose si el país necesita un proyecto tan costoso.

TGV train in the French countryside. Image by Flickr user Joost J. Bakker IJmuiden (CC BY 2.0).

Tren TGV en la campiña francesa. Imagen del usuario de Flickr Joost J. Bakker IJmuiden (CC BY 2.0).

Motivos «reales»

Larbi, un veterano blogger marroquí, protesta en contra de un proyecto que considera un «crimen económico». Explica que el contrato le fue ofrecido a Sarkozy en 2007 como recompensa a los franceses después de perder un lucrativo trato de armas contra los estadounidenses. En ese tiempo, el gobierno marroquí prefirió los jets de combate Lockheed Martin F-16 de Estados Unidos sobre los Dassault Rafales franceses.

Marruecos ofreció comprar el sistema del TGV francés para consolar a Sarkozy, explica el blogger. Larbi escribe [fr], dirigiéndose al presidente Sarkozy:

C’est ainsi que cette aberration économique est née. D’un mélange d’ascendant psychologique que vous exercez sur les dirigeants marocains, de la volonté de ces derniers de vous plaire et du fait du prince, voire du caprice, du roi Mohammed VI. Un jour, sans étude préalable, sans aucune consultation ni étude de rentabilité, on a décidé de vous accorder un marché de TGV pour ne pas vous fâcher. En contrepartie vous avez bien voulu faire un beau discours au parlement marocain pour dire tout le bien que vous pensez du roi Mohammed VI et de la démocratie à la marocaine. C’était en 2007, c’était il y a mille ans. Mais force est de constater que ce sujet au moins vous n’avez pas changé d’avis, printemps arabe ou pas.

Así fue que nació esta aberración económica: de una mezcla del ascendente psicológico que usted [Sarkozy] tiene en los líderes marroquíes, del deseo de estos últimos de complacerlo, y la voluntad, o deberíamos decir, el capricho del rey Mohammed VI. Un día, sin ninguna consulta ni estudio de rentabilidad, se decidió premiarlo con un TGV para que no se moleste. En contrapartida, usted amablemente dio un bello discurso en el parlamento marroquí para decir todo lo bueno que piensa del rey Mohammed VI y de la democracia marroquí. Eso fue en 2007, hace mil años. Pero hay algo seguro [Sarkozy], usted no ha cambiado, con o sin primavera árabe.

«Sarkozy, ¡vete!»

La visita de Sarkozy a Marruecos llega en un momento en que el país sostiene un importante debate sobre reformas democráticas inspiradas por la primavera árabe, salpicada por pacíficas manifestaciones en las calles encabezadas por el movimiento juvenil a favor de la democracia «Febrero 20″.

Para muchos, la visita evidencia el abierto apoyo de Francia a las controversiales reformas encabezadas por el rey Mohammed VI. Para el activista Rachid Droit [ar] esto constituye una interferencia en los asuntos internos de Marruecos. Su mensaje a Sarkozy es claro:

"Sarkozy, get out! Morocco is not for sale". Poster by Rachid Droit, posted on Facebook.

"Sarkozy, ¡vete! Marruecos no está a la venta". Afiche de Rachid Droit, publicado en Facebook.

La conexión Alstom

La empresa francesa Alstom, que ganó el contrato para construir el TGV marroquí, está en la lista negra de la campaña BDS [en] (Boicot, retiro de capitales y sanciones) desde que surgió en enero de 2010 [en] que la empresa participó en la construcción de un proyecto de teleférico en Jerusalén diseñado para conectar Jerusalén Occidental con los asentamientos ilegales en los territorios palestinos ocupados de Jerusalén Oriental y sus alrededores.

Mamfakinch!, un sitio web administrado por un grupo de activistas marroquíes, plantea el tema y se pregunta [fr]:

Lors de l’attribution à Alstom de ce projet a-t-on pris en compte sa participation à la construction d’un tramway reliant Jérusalem-Ouest, via Jérusalem-Est, à deux colonies de Cisjordanie? (Pour rappel : la ligune arabe, dont le Maroc est membre, a voté une résolution condamnant le projet de tramway de Jérusalem)

Cuando se atribuyó el proyecto a Alstom, ¿se tomó en cuenta la participación de la empresa en la construcción de un teleférico que conectaba Jerusalén Occidental y Oriental y los dos asentamientos de la Ribera Occidental? (Para que recuerden: la Liga Árabe, de la que Marruecos es miembro pleno, aprobó una resolución de condena al proyecto del teleférico de Jerusalén -a comienzos de 2010.)

La alta velocidad cuesta caro

Mucha de la controversia que rodea el proyecto del TGV surge de su costo estimado. El blogger Omar El Hyani escribe [fr]:

Le coût du projet avancé jusque là était de 20 milliards de DH (dirhams), soit un peu moins de 2 milliards d’euros. Et au début de ce mois-ci, une autre surprise attendait le contribuable marocain : le coût prévisionnel du projet n’est plus de 20 milliards, mais bien de 33 milliards de DH (~3 milliards d’euros) ! Oui , vous avez bien lu, une augmentation de 13 milliards de DH (plus d’un milliard d’euros), soit 65% d’augmentation, sans qu’aucune explication ne soit fournie!

El costo inicial del proyecto se estimó en 20 mil millones de dirhams marroquíes, un poco menos de dos mil millones de euros. Pero a comienzos de este mes, una sorpresa aguardaba a los contribuyentes marroquíes: el costo estimado del proyecto ya no es 20 mil millones ¡sino 33 mil millones de dirhams (unos 3 mil millones de euros)! Si, leyeron bien. Un aumento de 13 mil millones de dirhams (más de mil millones de euros), es decir, un aumento del 65%. ¡Y hasta el momento no se ha dado un sola explicación!

Omar sigue explicando por qué piensa que el costo del proyecto no ha sido objeto de un análisis democrático:

Ne soyons pas naïfs. Il existe une catégorie de projets sur lesquels les parlementaires et les ministres n’ont aucun droit de regard. Des projets tombés d’en haut. Exécutez, trouvez du financement, et venez présenter sur un tapis rouge. De préférence devant beaucoup de caméras. Quid des règles de base de gouvernance économique, des études d’utilité, de rentabilité et d’impact socio-économique, de l’état des finances publiques? Quelle hérésie!

No seamos ingenuos. Hay una categoría de proyectos sobre los cuales ni parlamentarios ni ministros tiene control: los proyectos que caen de arriba, ejecutados, financiados y presentados con alfombra roja, de preferencia frente a muchas cámaras. ¿Qué hay de las reglas básicas del gobierno económico? ¿Casos de negocios? ¿Estudios de impacto económico y socioeconómicos? ¿Qué hay del estado de las finanzas públicas? ¡Qué locura!

Un TGV – ¿para qué?

El blogger Kingstoune duda que el TGV sea la respuesta correcta a los problemas de transporte público en Marruecos pues, sostiene, se ha probado que es una solución inadecuada y costosa en la propia Francia. Para él, el TGV es más la expresión de un capricho real que una verdadera necesidad. Escribe [fr]:

Je me demande si les responsables politiques et technocrates avaient vraiment étudié ou abordé de manière critique ce projet.
La LGV [Ligne Grande Vitesse], succès technologique, risque d’être un flop financier à l’instar de la France.
Elle semble donc être une sorte de caprice, un éléphant blanc dont certains responsables seront fiers, mais qui a de fortes chances de ne pas être utilisée par des millions de marocains comme ils l’espèrent.

Me pregunto si los políticos y tecnócratas han estudiado o discutido este proyecto de manera crítica.
El TGV, un éxito tecnológico, corre el riesgo de ser un desastre financiero, como lo fue en Francia.
Parece ser una especie de capricho, un elefante blanco del que algunos funcionarios están orgullosos, pero que probablemente no sea usado por millones de marroquíes como esperan.

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