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Cuba: ¿Qué dicen los cables desde La Habana? (Parte III)

Categorías: Latinoamérica, Cuba, Gobernabilidad, Política, Relaciones internacionales, Tecnología

*Esta historia es la tercera parte de una serie. Aquí [1] puede leer la primera entrega y aquí [2] la segunda.

El 15 de marzo de 2007 el jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Michael E. Parmly, envió un cable [3] [eng] explicando los resultados de una reunión personal con Martha Beatriz Roque, una de las líderes de la oposición cubana. Durante el encuentro, Roque anunció que su objetivo principal en los siguientes meses sería “buscar una forma para lograr que un millón de cubanos saliera a las calles a demandar cambios políticos y económicos significativos”.

Para ello, señala el cable, aprovecharían el funeral del líder cubano Fidel Castro Ruz y el décimo aniversario de la creación del documento “La Patria es de todos”, escrito por los miembros del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna: Félix Antonio Bonne Carcassés, René de Jesús Gómez Manzano, Vladimiro Roca Antúnez y Martha Beatriz Roque Cabello.

Un cable fechado en abril de 2006 [4] [eng] da cuenta del seguimiento constante de la salud de Fidel y Raúl Castro realizado por la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana. En esta misiva, Parmly comentó la disminución de las apariciones públicas del presidente cubano y el deterioro de la salud de Raúl Castro, utilizando como fuente al embajador japonés, Iwata, quien afirmaba que “Raúl se encontraba en peor estado físico que Fidel”.

Pocos meses después, se anunció oficialmente la enfermedad de Fidel Castro que determinó su posterior renuncia. En este contexto, desde el 2 de marzo de 2007, comenzaron a organizarse eventos culturales por opositores “alentados por la Sección de Intereses”, según confirma un cable titulado “Oposición cubana al régimen: El show (artístico) debe continuar [5]” [eng], fechado el 5 de marzo del mismo año. A esto se sumó [6] [eng] “la permanente búsqueda de historias con valor humano u otras noticias que contribuyeran a desmitificar las proezas del sistema médico cubano”.

Con Fidel Castro fuera de la palestra pública y el aumento de las acciones desde la oposición, para la líder Martha Beatriz Roque [MBR en el cable] “se debía alentar una movilización en el momento exacto en que se pudieran generar transformaciones significativas”. Parmly, por su parte, reconocía que las acciones de la oposición, “aunque útiles y necesarias, eran insuficientes para lograr un cambio de régimen. Desde nuestro punto de vista, solo XXXXXXXXX [eliminado en el original] y Oswaldo Paya [principal autor del Proyecto Varela] cuentan con el reconocimiento nacional como para movilizar una cifra cercana a un millón de cubanos”.

Tres años después del envío de este cable, la propuesta de Martha Beatriz Roque aún no se ha concretado. Al parecer, contrario a los pronósticos de Parmly, las figuras más significativas de la oposición tradicional no cuentan con el apoyo popular necesario para desencadenar un levantamiento.

Su sucesor en la jefatura de la Sección de Intereses, Jonhatan D. Farrar, en un cable fechado en abril de 2009 [7] [eng], asegura que “es la nueva generación de disidentes no tradicionales quienes están más cerca de lograr un impacto a largo plazo en la Cuba post- Castro”. Por este motivo, durante los últimos años, la mirada se ha centrado en la actuación de otras dos figuras fundamentales: la Iglesia Católica [8] y los “blogueros alternativos” [9] [eng, ambos].

No obstante, en un cable fechado en agosto de 2009 [8] [eng] titulado La Iglesia Católica y la transición en Cuba, Farrar reconoce que “la iglesia se mantiene alejada de cualquier discusión pública que pueda ser considerada como contra-revolucionaria” e, incluso, “ha guardado distancia de reconocidas figuras de la oposición como Oswaldo Paya y Dagoberto Valdes, católicos devotos”.

Ante tal estado de cosas, la opción de los blogueros alternativos gana adeptos. Pero, para ello, resulta de vital importancia aumentar las vías de acceso a internet y abaratar los costos de la misma. El día 18 de abril de 2006, los disidentes cubanos Vladimiro Roca y Elizardo Sánchez pidieron una entrevista con el representante de la sección diplomática, Michael Parmly para discutir el retiro del servicio de internet a 10 periodistas independientes en el año 2004 por “conducta inapropiada”.

Durante la reunión, Parmly anunció [10] [eng] la gestión realizada para que otras embajadas con presencia en La Habana aumentaran el acceso a internet. Entre éstas se encontraban la oficina de Noruega, Holanda, Gran Bretaña y República Checa. La embajada canadiense también planificaba la creación de un centro de acceso a internet con alrededor de ocho computadoras.

Cuatro años después, en un cable [9] [eng] clasificado como “secreto”, Jonhatan D. Farrar reconocía que “la vieja guardia de disidentes se encontraba aislada y el gobierno cubano no prestaba mucha atención a sus artículos o manifiestos porque no tenían resonancia nacional o internacional”. Al mismo tiempo alentaba el seguimiento a los blogueros “cuya habilidad para estar un paso por delante en cuanto al uso de las nuevas tecnologías y la creciente popularidad internacional alcanzada estaba causando serios dolores de cabeza al gobierno”.