Los peruanos que eran niños a comienzos de la década de los noventa recuerdan el muy popular programa de televisión Nubeluz. En esos días, el Perú atravesaba tiempos muy difíciles: los ataques terroristas eran noticia con frecuencia, la población estaba acostumbrada a los constantes apagones y, además de todo, la hiperinflación complicaba la vida todavía más.

En ese contexto, las mañanas de los sábados y los domingos se vieron iluminadas con un concepto nunca antes visto en la televisión peruana. Nubeluz se basaba en tres características esenciales: 1) se suponía que no era un programa de televisión sino una fiesta infantil (la palabra «programa» estaba prohibida); 2) la fiesta se realizaba en una nube mágica que iba de un lugar a otro bajo las órdenes de Glufo, que tenía dos amigas llamadas dalinas (idioma glúfico) y; 3) todos los juegos creados para entretener a los invitados tenían que incluir elementos de nubes.

Esta semana, Nubeluz está celebrando su vigésimo aniversario, y algunos bloggers hablaron sobre la ocasión. Hay una página en Facebook dedicada al programa y a la celebración del aniversario.

En Todo pasado (no) fue mejor, el blogger Sandro Escandón resume el contexto en el cual los niños veían el programa en el Perú:

[…] mientras nuestros padres (los mios y los de los de mi generacion) se debatian entre las colas,la hiperinflacion y el terrorismo sanguinario, la mayoria de nosotros,los niñas y niños de mi generacion, nos sumerguiamos en esa nube,cual burbuja de cristal contra el horrible presente y la realidad nacional que muchos desconociamos en su exacta magnitud, 5 horas-de 8 am a 1 pm- en ese mundo magico llamado «el mundo glufico» o «Nubeluz» en el que el capitan Glufo nos trajo a las dalinas,las cindelas y los golmodis un 9 de septiembre de 1990.

El blogger Jhon Núñez Sandman, del blog Diario de un soltero, en su post «Yo fui nubecino» comparte cómo se sintió cuando su padre le dijo que tenía entradas para ir a ver Nubeluz en vivo:

Año 1993, aquella infancia espectacular que nunca volverá, que se llevo lo mejor de mi niñez y me dejo los mas hermosos recuerdos.

[…]

Mi padre, una mañana llego y me dijo que tenia pases para ir a ‘Nubeluz’, salte tanto que no me lo creía, cuide las entradas como oro, las puse debajo del colchón, para que los traviesos de mis hermanos no las tocaran.

Niños en el programa Nubeluz en los años 90. Imagen del usuario de Flickr user medea_material, usada con licencia Attribution 2.0 Generic Creative Commons.

Tenían muchas canciones con mensajes para los niños y sus padres. Tal vez la más recordada sea ‘Papi, deja de fumar’, que recomendaba:

Papi, papi, papi, deja de fumar
Cuando me das un beso no puedo respirar
Deja ese cigarro si me quieres de verdad
No ves que a mí también me hace mal ¡basta ya!

Recordaron los miedos que enfrentaban en cada gira fuera del país ” En el estudio nos enfrentabamos a una cámara, pero cuando salíamos fuera, en las grandes presentaciones, en donde nos esperaban miles de personas, nos daba un poco de miedo, en realidad salíamos casi aterradas. Nos dábamos cuenta recién el éxito que tenía el programa y las miles de personas que lo seguían».

Pero toda la diversión empezó a terminar cuando grises nubes irrumpieron en este mágico mundo. Mónica Santa María, conocida como la ‘dalina chiquita’, se suició en marzo de 1994. Su personaje fue reemplazado con otras muchachas que, junto con Almendra Gomelsky, la otra dalina, hicieron su mejor esfuerzo para seguir adelante con la diversión.

El mágico mundo de Nubeluz terminó en 1996, pero los niños de los años 90's seguramente siguen escuchando «grántico, palmani, zum», (alg así como «en sus marcas, listos, ¡ya!» en idioma glúfico) cuando la diversión está a punto de comenzar.