República Dominicana: Coloridos personajes del carnaval

Febrero es un mes muy especial para la República Dominicana. No solo se celebra un aniversario más de la Independencia Nacional, sino que tienen lugar las festividades de Carnaval e inicia el período de Cuaresma, dos eventos de una naturaleza tan diferente que a menudo chocan en la visión de la Iglesia Católica, que por años ha insistido en una separación de ambos eventos. Siendo el caso que el Carnaval está estrechamente ligado a la conmemoración de la Independencia Nacional, que se celebra el 27 de febrero, la Iglesia ha fallado en su intento por una separación real y efectiva de ambas festividades, las cuales en cierto modo muestran las dos caras de un pueblo que es profundamente religioso pero que al mismo tiempo es muy fiestero. Rossy Díaz escribe sobre cómo este tema se da año tras año:

Es ya conocida la campaña puntual de la Comisión Asesora Permanente para la Separación del Carnaval de las Fechas Patrias y la Cuaresma, en relación a la conveniencia de movilizar las celebraciones del carnaval(…) Nuestro carnaval, históricamente, se ha crecido con las muestras de patriotismo, con cada expresión viva de nuestra sociedad, con la fe, y seguirá creciendo en esencia, ante las penas y las alegrías de este Caribe que nos une.

Jonathan, un lector del blog En Segundos, está de acuerdo con que ambas fechas se separen:

Claro que es una locura… CARNAVAL significa Festival de la CARNE, y cuaresma es abstinecia de todo lo que supone “Carne”, sobre todo en el sentido espiritual, pero claro…. ESTA ES LA ISLA ALREVES!!!!!!

El carnaval dominicano es una tradición de siglos que se remonta a la era colonial, con documentación que data de alrededor de 1520. El mismo es una mezcla de herencias europeas y africanas, con el resultado que hay una amplia diversidad de personajes que van desde los Diablos Cojuelos de La Vega hasta los Papeluses de Cotuí, pasando por los Lechones de Santiago, los Macaraos de Salcedo, los Guloyas de San Pedro de Macorís, Robalagallina, Califé y otras expresiones populares.

Cojuelos Devils. Photo by kptyson and used under a Creative Commons license.

Diablos Cojuelos. Foto de kptyson y usada bajo una licencia Creative Commons.

Comparsas, desfiles y tours al interior del país forman parte del ambiente de carnaval. A nivel provincial destacan los carnavales de Santiago, con sus lechones pepineros y joyeros, y Bonao, que últimamente está adquiriendo fama. Pero por sobre todo el de La Vega -probablemente el más conocido a nivel mundial y donde el atractivo son los «vejigazos» de los diablos cojuelos- (se acostumbra que los diablos lleven pequeñas bosas hechas de vejigas de animal (vaca) y den «vejigazos» (golpes) a los que pasan). El dolor que acompaña a esto es descrito por Yaniris López quien escribe sobre la esencia del carnaval de La Vega en su blog:

Un sonido seco seguido de un dolor intenso que hace que te hierva la sangre se escucha cerquita. La rabia se apodera de ti. Un segundo golpe te deja sin fuerzas, seguido de una palabrota amortiguada por el dolor, un dolor tan fuerte que te priva, es decir, no te deja siquiera reaccionar, correr, pedir auxilio…

Y a medida que la sangre y los músculos asimilan el golpe llega la risa, una risa rencorosa que te recuerda que nadie te obligó a lanzarte a las calles y exponerte a los vejigazos de los diablos del carnaval de La Vega…

Las celebraciones de carnaval culminan con un gran desfile que se realiza en los primeros días de marzo a lo largo del Malecón de Santo Domingo con la participación de todos sus personajes, casi siempre a ritmo de «Baila la Calle«, canción inmortalizada por el compositor Luis Días, quien falleció a finales del 2009, y a quien está dedicado el carnaval de este año.

En contraste con el ambiente festivo del carnaval, una vez finalizan las celebraciones llegan los días de recogimiento típicos de la Cuaresma, que culmina en Semana Santa, y si bien se mantienen las tradiciones de ir a la iglesia, reflexionar, no comer carne, la realización de las procesiones, la quema de Judas y otros eventos relacionados, la Semana Santa en los últimos años se ha convertido en una excusa para tomar unas mini vacaciones. En esas fechas los resorts de playa se abarrotan de dominicanos que buscan escapar de la rutina, y aunque la iglesia condena la práctica, los hoteleros no se quejan.

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