Honduras: Apoyando al turismo local

El bloguero y cantautor hondureño Guillermo Anderson es un firme creyente en que el turismo local puede ayudar a su país. En una entrada reciente llamada «Hay Un Hotelito«, publicada en su blog y reproducida con su permiso escribe que «Creer en el turismo a esa escala es creer que el país es bello, es creer en que las comunidades se pueden beneficiar, es tener esperanzas, creer que tenemos suficiente para que todos salgamos adelante sin tener que buscar el futuro en otras tierras».

Photo by Jose Luis Duron and used under a Creative Commons license.

Foto de Jose Luis Duron, reproducida bajo la licencia de Creative Commons.

Anderson tiene amigos en la industria del turismo de su país. Sin embargo, éstos no trabajan para grandes cadenas, sino que han trabajado árduamente para construir sus pequeños negocios. Anderson describe este trabajo de la siguiente manera:

Contestan el teléfono llevan los libros y después de una llamada, manejan el Van y dejan al cuidado de la oficinita a su compañera. Salen a atender sus turistas y hablan tres idiomas, conocen de historia, cultura y a veces el nombre y propiedad de cada planta en el camino. Cargan en sus espaldas cayacs, grandes balsas inflables, equipos de Canopy, de escalar, hieleras con frutas para sus clientes y aún así logran mantener una sonrisa y amabilidad para los turistas fascinados con nuestra flora y fauna y la belleza natural que nos rodea.

De igual forma, el autor hace una descripción de cómo ellos están construyendo la industria del turismo en Honduras:

Tengo amigas que con grandes esfuerzos han logrado convertir una casita en un colorido rincón o pueblo de mi país en los hotelitos y pensiones más acogedores del mundo. Amigos que que como magos, crean con piedras, bejucos, troncos y flores y con gran gusto y amor las decoraciones más creativas. La rueda de una carreta olvidada se convierte en una hermosa mesa para degustar el aromático café que una Sra. del pueblo sabe tostar, un viejo caracol se convierte en un tesoro y un cayuco que el mar dejó olvidado en la arena, en el macetero de flores tropicales más hermoso que ojos jamás han visto.

No obstante, Anderson señala que la crisis económica ha tenido un efecto radical sobre sus amigos ligados a la industria del turismo. Debido a la ausencia de clientes, muchos de estos hoteles han tenido que cerrar. Sin embargo, algunos permanecen abiertos gracias a los sacrificios de sus dueños. Anderson apela directamente a los lectores hondureños:
Si este verano hay hondureños que a pesar de la crisis están pensando hacer turismo aunque de manera modesta, quiero que piensen en las pequeñas operaciones y en estos lugares y que además de acogedores son lugares que creen en nuestro potencial , que creen en nuestra gente , en nuestra cultura y son pequeños nidos de esperanza.
Anderson resume el papel que los hondureños pueden desempeñar para asegurarse que lugares como los descritos arriba permanezcan abiertos y puedan mostrar la belleza del país en pleno:

Nosotros debemos ser los promotores más entusiastas de nuestro país. Sirva este medio para sugerir lugares y promover ese “hotelito “que conocemos en un hermoso rinconcito de Honduras donde nos atendieron bien y comimos un plato nacional que no habíamos probado antes. Esa pequeña agencia donde un tipo amable nos llevó a conocer una hermosa caída de agua y aprendimos sobre plantas y animales o donde vimos una celebración tradicional que nos hizo apreciar mas nuestra cultura ; Visitar y apoyarlos será un gesto de amor a un país que hoy tanto lo necesita.

Asistencia en traducción de Marco Cáceres.

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