El matrimonio para parejas homosexuales fue legalizado en la Ciudad de México [ing], luego que la Asamblea Legislativa modificara el Código Civil el 21 de diciembre. En la misma reunión, fue aprobada una ley que permite a las parejas homosexuales adoptar hijos.

Este fue el siguiente paso luego de la aprobación de las uniones civiles en el 2006, la cual reconocía legalmente ciertos derechos similares a los del matrimonio para las parejas homosexuales (conocidas como Sociedades de convivencia), siguiendo las acciones del estado de Coahuila que meses antes había aceptado este tipo de unión. En dos años cerca de 600 uniones fueron realizadas en la capital mexicana, como reportó el periódico El Universal en junio.

Foto por el usuario de Flickr Esparta. Usada siguiendo una licencia de Creative Commons: http://www.flickr.com/photos/esparta/2764876870/

La Ciudad de México es la segunda ciudad en América Latina que legaliza el matrimonio gay, después de Buenos Aires, Argentina. Apoyar los derechos y el matrimonio para homosexuales desafía la figura comúnmente aceptada del ‘macho’ y la estructura familiar conservadora, así como las fuertes creencias religiosas arraigadas en la cultura mexicana. Algunos líderes religiosos ya han opinado públicamente en contra de la decisión de la Asamblea. El cardenal católico Norberto Rivera ha llamado a la aprobación del matrimonio gay «una ley inmoral» y una “aberración”.

Martxele del blog La fuga del caos comparte una visión conservadora más suave, argumentando que el matrimonio gay y la adopción sólo beneficia a algunos cuantos, según lo sucedido en la Ciudad de México:

Justo ahora cuando la unión libre es el paradigma entre los jóvenes heterosexuales, cuando el matrimonio se ve como una cosa del pasado y muchos lo consideran un bonito lastre, sale nuestra asamblea capitalina a “bendecir” las uniones gays.

Porque ¿qué cosa es eso sino una “bendición” legal? Ya existían las sociedades de convivencia, muy poco socorridas, por cierto (en el primer año beneficiaron a menos de 1000 personas, o sea menos de 500 parejas, en una ciudad del 20 millones de habitantes, el 0.005 % si no me equivoco), ¿qué beneficio añadido puede darles? ¿Adoptar?

Del otro lado del espectro, la frase «Mexico city» («Ciudad de México») llegó a los trending topics [ing] de Twitter, mientras ciudadanos como Grisel García celebraban el logro:

Aprobaron en México City los matrimonios y la adopción de hijos para la comunidad lesbico-gay , woww que modernos nos estamos volviendo ;)

Foto por el usuario de Flickr ORNI¡. Usada siguiendo una licencia de Creative Commons: http://www.flickr.com/photos/orni68/702482232/

La comunidad, sin embargo, se mantiene un tanto escéptica. Cuando se trata de defender derechos, los ciudadanos mexicanos comparten sus dudas acerca de qué tan efectivos podrán ser los cambios para la comunidad gay en un país que sufre de corrupción política en todos los niveles. Marina y María, una pareja de Aguascalientes que escribe en el blog 2 lunas 5 estrellas, creen que la victoria no debe ser tomada a la ligera:

El paso se ha dado, familias homoparentales hemos de lograr el reconocimiento total de nuestros derechos, como siempre hace falta analizar con LUPA esta disposición pues sabemos que nuestro sistema judicial no se precia de ser muy transparente y claro que digamos, sin embargo, representa un TRIUNFO para la causa LGBT en nuestro país.

Para Iván Nieblas una cosa es decir qué es legal y qué no, y otra es cómo resulta finalmente, según expresó por Twitter:

Ahora falta que el matrimonio gay sea como la ley sobre el aborto: que les nieguen el servicio.

El usuario paródico de Twitter elnaquito cuestiona ácidamente quién tira la primera piedra en contra de la ley del matrimonio gay:

Dice la Iglesia q la adopción en parejas gays causa daño psicológico y moral en los niños… será que no quieren competencia?

El blogger anónimo de Machete en mano cree que el matrimonio entre homosexuales puede ayudar a integrar a la comunidad mexicana:

Esto simboliza para mi un buen avanze hacia una sociedad mexicana basada en la equidad y justicia. Espero ver mas y mas reformas liberales por parte del gobierno (aunque segun algunos sean aprobadas de formas “tramposas”) hasta el punto en que no existan “ciudadanos de segunda clase” o “raritos”. Ya que como mexicanos tomos somos iguales, o por lo menos se supone que lo somos.

El blogger Rino, un chico gay de 17 años de Cancún, considera que la legalidad es sólo el principio del cambio, no el final, pues la comunidad tiene la última palabra:

El problema siento yo, que a pesar de que ya sea legal, todavía falta que haya aceptación social porque no todas las personas ven esto como correcto, pero con el tiempo tengo cambiará, o al menos se verá como algo más normal.

Aunque no ha habido un censo formal para la comunidad homosexual, se estima que se encuentra entre el 5 y el 10 por ciento de la población del país. La Sociedad Mexicana de Sexología Humanista Integral recientemente reportó que el 20% de la población total (120 millones) tiene o tuvo en algún momento una relación con alguien de su mismo sexo, según fue citado por la BBC.