El activista Maya Achí Jesús Tecú Osorio es un sobreviviente. Cuando era niño, presenció la masacre de Río Negro, una de las más espantosas masacres del conflicto armado de Guatemala. Muchos de sus amigos, su hermano de dos años y sus jóvenes padres fueron aesinados. Pasó algún tiempo forzado a trabajar, junto con otros 17 muchachos sobrevivientes, haciendo trabajo doméstico para el hombre que mató a su hermano.

Foto de Renata Avila

Años después, luego de ser entregado a la custodia de su hermana mayor, Tecú empezó a trabajar para exhumar las fosas comunes de los que murieron en la masacre. Al final, este trabajó llevó a la condena de tres hombres que participaron en las matanzas. Este trabajo ha sido crucial en la búsqueda de justicia y la preservación de la memoria histórica a nivel local e internacional.

Tecú escribió un libro llamado “Memoria de las masacres de Río Negro” donde cuenta su experiencia como niño sin hogar que sobrevivió a la guerra. Tadeo explica más acerca de la historia que cuenta Tecú:

Las fuerzas militares y paramilitares rodearon a todas las mujeres y los niños y los acusaron de colaborar con las guerrillas. Juntos procedieron a violar, torturar y asesinar a todos. Cerca de 177 seres humanos, incluidos 107 niños, fueron masacrados el 13 de marzo de 1982, en Río Negro. Los pocos sobrevivientes, en su mayoría niños muy chicos, fueron forzados a la esclavitud. En Las masacres de Río Negro, el sobreviviente Jesús Tecú describió haber sido esclavizado por el líder del Xococ PAC, un hombre que le arranchó a su hermano menor de sus brazos y lo balanceó pór los pies, destrozándole el cráneo en contra de las rocas, delante de sus ojos por que su esposa “no estaba acostumbrada a cuidar a un niño [tan] pequeño».

El caso de Tecú es diferente de muchos otros, porque él permaneció en su comunidad ayudandola a luchar por sus derechos humanos. Dirige la Clínica Legal para ayudar a las personas pobres y poco instruidas a pelear por sus derechos. Esta lucha de Tecú y otros sobrevivientes de la guerra civil de Guatemala llevó a la creación de la Fundación Nueva Esperanza (FNE). Se puede encontrar su misión en su blog:

Consideramos que una buena educación para nuestros hijos es la única manera de combatir la intolerancia, construir una paz verdadera, y mejorar la calidad de vida para nuestras comunidades en las que viven en extrema pobreza tantos sobrevivientes de la violencia pasada.

En su blog, Christina Gray de la organización Youth helping youth (Jóvenes que ayudan a jóvenes) describe cómo explica Tecú la historia de su aldea a los visitantes:

Domingo en la tarde, la delegación, practicantes y coordinadores se encuentran con Jesús Tecú Osorio, un hablante del idioma maya-achí sobreviviente de la masacre de Río Negro de 1982, que compartió con nosotros algo de la historia de Rabinal y las comunidades vecinas tal como está representada en los monumentos dedicados a los que fueron asesinados en las masacres, estos monumentos permiten a la comunidad y a los extranjeros recordar las vidas de los que murieron y hablar en contra del deseo del gobierno de olvidar.

Por su trabajo, Tecú fue galardonado con el Premio Reebok a los Derechos Humanos. En este video de Witness, Tecú explica su lucha por la justicia:

A pesar del progreso hecho por Tecú y la comunidad Achí, el trabajo continúa. Los sobrevivientes siguen presionando al gobierno guatemalteco para que condene a los responsables de las masacres, como lo muestra el Colectivo Guatemala Blog. A algunas de estas personas las están intimidando por su trabajo.

Recientemente, Tecú ha recibido llamadas amenazadoras. Padd Daniel de la Red Guatemala Solidaridad describe esta noticia:

En la tarde del 14 de setiembre de 2009, Jesús Tecú Osorio, defensor de derechos humanos, recibió  una llamada telefónica en su celular personal de un extorsionista no identificado que amenazó con secuestrar, torturar y descuartizar a cada uno de los hijos de Jesús, uno por uno, si no cumplía con sus exigencias. El que llamó demostró que sabe dónde vive Jesús con su esposa y sus hijos, así como la ubicación del colegio donde estudia su hijo mayor. Como muchos defensores de los derechos humanos en Guatemala, Jesús ha recibido muchas amenzas de muerte durante años, y ninguna de ellas ha sido adecuadamente investigada. Pero Jesús nunca ha dejado que las tácticas de intimidación le impidan seguir con su trabajo por los derechos humanos.

La acción no violenta ha jugado un rol clave en la lucha por el cambio social en Guatemala, como lo muestran los activistas locales como Jesús Tecú. Sin embargo, como lo demuestran las recientes llamadas amenazantes, todavía queda mucho progreso por hacer.