Cuba: El Maleconazo

Los blogs cubanos están llenos de especulaciones acerca de cómo serán resueltos los actuales retos que enfrenta la isla, aunque éstos reflejan las mismas condiciones que impactaron a Cuba hace 15 años. El 5 de agosto marcó el décimo quinto aniversario del mayor levantamiento por descontento que el gobierno revolucionario de Castro haya enfrentado desde los primeros años de triunfo de la revolución. El Maleconazo, como es conocido, ocurrió en 1994 en la muy bien conocida vía frente al mar alrededor de La Habana, cerca del puerto donde el ferry (transbordador) que va a Regla está anclado.

Aquí, cientos tomaron las calles cuando surgieron rumores acerca de que los ferrys habían sido secuestrados y estaban siendo llevados a Estados Unidos. Cuando colapsó la Unión Soviética, los subsidios de la otrora súperpotencia cesaron, lo que significó un deterioro importante en la economía estatal de Cuba. La situación económica se volvió precaria, con apagones y recortes en los alimentos y muchos de los jóvenes cubanos -entonces igual que ahora- literalmente escaparon a EE.UU., tomando el camino que sabían, sería el mejor escape a la falta de oportunidades y libertades en Cuba.

La respuesta del gobierno a estas acciones fue desplegar las brigadas estatales de acción rápida (oficiales del departamento de seguridad del estado) en el puerto, en un esfuerzo por controlar cualquier levantamiento posible. Lo que encontraron fue una gran protesta de los cubanos que proclamaban: “Libertad; Cuba si, Castro no” y se enfrentaron a la policía mientras expresaban su insatisfacción por las condiciones en la isla. Los residentes de La Habana empezaron a abarrotar las calles, aumentando significativamente el número de protestantes. El descontento por la falta de alimentos y otras necesidades básicas que había ido acumulándose como en una olla de presión, explotó.

Una crisis similar parece estar fermentándose hoy en Cuba como resultado a los recortes en los alimentos, consumo de energía y otras necesidades de servicios. El blog  Asociación Pro Libertad de Prensa, el cual es manejado por periodistas independientes en Cuba, publicó:

…puede afirmarse que las condiciones políticas, económicas y sociales del país han empeorado.

El artículo concluye que:

La impopularidad del régimen alcanza cotas difíciles de ser superadas… perdida la confianza y hasta la esperanza… el pueblo espera inútilmente por una muestra de racionalidad o al menos, por un poco menos de egoísmo por parte del gobierno.

Fotos tomadas por la alemana Karen Poorts que visitó Cuba en 1994 – así como también vídeos caseros anónimos del incidente que han sido publicados en YouTube – muestran grandes grupos de gente marchando por las calles, expresando (sin temor a las repercusiones) su descontento con el gobierno.

Yoani Sanchez, una «bloguera» premiada, grabó en vídeo el sitio del Maleconazo,  a la vez que otros activistas y blogueros reportaron las medidas tomadas por el estado para prevenir otro Maleconazo o como se le llama, el Día de la Resistencia. Como ha sido el caso en los pasados dos meses, la conexión a Internet ha sido muy lenta, convirtiendo en un verdadero reto para los blogueros en Cuba el envío de imágenes y reportes a otros blogueros en el extranjero, quienes publican sus noticias. Los activistas cubanos en derechos humanos y libertades civiles recibieron la prohibición de participar en cualquiera de los eventos conmemorativos. Los agentes de la policía de seguridad utilizaron la ahora común práctica de rodear los vecindarios, advirtiendo a la gente que no salieran de sus hogares ni recibieran visitantes, ni siquiera para pequeñas reuniones.

De manera interesante, las protestas continuaron en línea – al menos desde fuentes fuera de Cuba – incluyendo el blog de Josan Caballero demostrando su solidaridad a través de una iniciativa en Facebook:

La idea nos llega de Facebook. Joel Riev nos propone utilizar hoy, cinco de agosto, este vídeo, junto a las siguientes palabras, que hacemos también nuestras:
‘Propongo a todos de publicar este vídeo en sus páginas (blog y perfil fb) este 5 de agosto, para no olvidar cómo nos cortaron las alas. Yo estaba allí y me arrestaron…’

Penúltimos Días escribe un artículo que detalla la perspectiva de un cubano sobre El Maleconazo, a la vez que el blog sin EVAsión se suma a la ocasión de esta manera:

Quince años atrás yo no estaba en el Malecón, pero recuerdo ese día como una muestra de la rebeldía de numerosos cubanos, que levantó la expectativa de cambios en muchos de nosotros. Ese día creímos que estaba cercano el fin de la dictadura. Yo nunca he querido irme de la isla; he creído (románticamente, lo sé) que soy más útil aquí, que pertenezco a este lugar y que mi resistencia es también mi particular homenaje y mi respeto a la Cuba que queremos todos, incluyendo a los que se rebelaron aquel día. Ellos, estén donde estén, son un ejemplo de dignidad. Me gusta pensar que somos algo más que 110 mil kilómetros cuadrados de geografía…Ellos dijeron “basta”; no importa ahora cuán efectiva fue su acción: fue la última muestra de rebeldía popular masiva que recuerde Cuba.

La descarada reseña del Granma a propósito de la fecha me obliga a insistir en un derecho que nos corresponde: el 1 de enero todavía es suyo; el 5 de agosto es (y será) nuestro.

La foto pequeña usada en este post, “Pescador en el malecon”, es de Fredo photo, y usada bajo una licencia Creative Commons. Visite El álbum de fotos de redo photo en flickr.

1 comentario

  • Una de las cosas que ayuda mucho a la dictadura cubana a mantenerse en el poder es el control que tienen sobre los medios de difusión, yo recuerdo que estaba en cuba en ese tiempo y me entere que hubo una revuelta, pero hasta hoy en el exilio es que vengo a enterarme mejor de como fueron las cosas y la magnitud que tubo, en cuba recuerdo que lo que dijeron fue que golpearon a un policía con un ladrillo.
    Si hoy se diera un maleconazo fuera mas difícil esconder la realidad, hacen falta unos cuantos maleconazos.

Únete a la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.